Puede que haya estado en un lugar que nadie conoce. En un pasaje donde también hay guerra pero los luchadores son inéditos. Motohiro Hayakawaa dibuja monstruos, bestias, criaturas desconocidas, alienígenas y guerreros que pelean por vivir.
Esas legiones surgidas de lo más profundo de su imaginación habitan sus dibujos. Las criaturas de Hayakawaa despliegan contiendas inundadas de rayos pop y tiros láser de trazo de regla hasta que la lucha sale del papel para “hacer estallar nuestro mundo en pedazos”. Así lo siente Manuel Donada y por eso ha traído la obra de Hayakawaa a su galería, Watdafac (Madrid).
Los primeros dibujos tan solo tienen cuatro años. El japonés empezó a dibujar por un recuerdo. En casa de un amigo vio un monstruo de juguete y cientos de recuerdos saltaron a su cabeza. Hizo entonces la primera ilustración y, cuando ya había varias, empezó a publicarlas en internet.
No pasó mucho tiempo cuando Donada lo encontró en Tumblr. Estuvo investigando sobre su obra y, según cuenta, quedó sin pestañear tres meses. Después le escribió. Quería traer las contiendas a su galería. Entonces “no era tan conocido en el entorno por donde me muevo pero enseguida supe que esto iba a ser grande”, relata. “Su obra empieza ahora a dominar el mundo y me parece lo más normal porque, para mí, es un genio”.
La decisión era buena para ambos. Harían la exposición Makuu Kuukan. “Enviar sus pinturas desde Japón era muy caro, así que tuvimos que hallar el balance perfecto para que no se nos fuera de las manos”, indica Donada. “Sus obras son grandes y es una pena no poder contar con todas. Pero menos mal que no mandó todas las que teníamos pensadas porque las aduanas nos han puesto muchos problemas. Ahora no pasan una. Si llega a enviar una más, me hubiese visto obligado a cancelarlo todo. En la exposición, de todos modos, habrá impresiones de calidad y originales”.
Antes de esta muestra, sus ilustraciones pasaron por Los Ángeles. No quedó una pieza. Vendió todo. “Me escribió sorprendido y asustado porque no le daba tiempo a crear obra nueva”, cuenta el galerista. “Al final se puso manos a la obra y lo consiguió. ¡Que tío más guay! Menudo genio”.
Y así fue como llegaron a Madrid esta especie de “fotografías tomadas por un corresponsal de guerra en algún planeta lejano. Imágenes de batallas entre mundos”, indica Donada. “Somos una especie de testigos de cómo distintas razas y seres del universo luchan por dominar galaxias. Sin peligro, agazapados en algún escondite”.
“Creo que Motohiro ha estado donde nadie ha viajado jamás”.