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No sin mi moto


Estamos en agosto y toca hablar de calor. Los telediarios ocupan buena parte de sus espacios con noticias sobre las altas temperaturas y de totales de ciudadanos que nos dan sus consejos para soportar el superavit de grados centígrados. Pero ¿qué pasa con otras cosas típicas del verano como, por ejemplo, las motos?
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La llegada del buen tiempo es una buena noticia para todo motero. Es el momento perfecto para organizar quedadas o hacer turismo sobre dos ruedas. De ahí el importante aumento del número de motos en circulación que se suele producir en estos días.
Aunque si hay algo para lo que se utiliza la moto en verano es para realizar trayectos cortos. Comprar el periódico, hacer una gestión en el banco o ir a la playa se convierten en verano en excusas para coger la moto.
Pero, a veces, estas ‘excursiones’ no tienen un final feliz. Al ser paradas de corta duración, muchos conductores se confían y descuidan las medidas de seguridad que siempre hay que tener con este tipo de vehículos propiciando el aumento de robos de motocicletas.
Para evitarlos, Mapfre ofrece una serie de consejos como que se aparque la moto lo más alejado posible de la calzada y siempre en zonas habilitadas para evitar que la carguen en una furgoneta o camión, o estacionarla en un garaje o parking, a ser posible vigilado, y situarla entre una pared y un coche para impedir el fácil acceso, en el caso de paradas más prolongadas.

Teniendo en cuenta que sólo se recupera un 10% de las motos robadas y que el factor tiempo es una de las claves para lograr rescatarlas de manos de los amigos de lo ajeno, toda estas medidas son altamente recomendables. De hecho, seguro que si Manolo Escobar las hubiera tenido en cuenta, seguro que su carro hubiese corrido otra suerte…
 

 





Por Yorokobu

Yorokobu es, ya sabes, esta revista que estás leyendo.

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