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Creatividad

Las nubes de interior de Berndnaut Smilde

La descontextualización convierte fenómenos en apariencia cotidianos en algo extraordinario y cautivador. Mirar a la nubes y descubrir sus siluetas, sus formas semejantes a la realidad que tenemos esbozada en la mente, es una tarea lúdica que alberga algo de normalidad, por bella que sea. Llevarte las nubes bajo un techo es una provocación a los patrones conocidos. Ese es el sendero experimental que ha creado Berndnaut Smilde con su última actuación creativa.

La lírica que reúnen las nubes, dando siempre forma a pensamientos y contornos sugeridos, se limita a las propuestas que la propia naturaleza ofrece, a condiciones irrepetibles que nunca son iguales. Hay mucho, o todo, de fugacidad en el devenir del tiempo.
Berndnaut Smilde ha querido reproducir esos chispazos incontrolables y para ello ha creado una máquina de humo que fabrica nubes bajo techo. El humo dibuja su forma, imposible de predecir, que dura un breve lapso en el tiempo, y el artista holandés captura el momento para dejar constancia de cómo fue algo que nunca podrá volverse a reproducir de la misma manera. Ese es el testimonio de lo cambiante en un mundo que tiende a permanecer. Esa es la historia que Smilde cuenta con sus nubes.





Visto en Ignant.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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