Estos números son la continuación de la rama de un árbol. Alberto Rodríguez los dibujó al dictado de la naturaleza para la revista Yorokobu de este mes de septiembre. El diseñador se fija en las plantas, las flores y, en general, la vida más allá del cemento para convertirlas en criaturas gráficas.
“Me gusta pasear. Me voy fijando en muchas cosas e intento ver formas planas. Si algo me interesa, hago un apunte mental y luego lo sintetizo en el ordenador”, relata Rodríguez. “Me pareció apropiado trabajar estos números como si fuesen pequeñas ramas de árboles, aunque jugué un poco con la forma, llevándolo a mi terreno”.