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OFFF Sevilla: cómo conectar a grandes artistas y creativos de todo el mundo

La artista sudafricana Joëlle Snaith es una fabricante de sinestesias. La parte más estimulante de su trabajo es acudir a festivales o a discotecas para tomar el sonido y convertirlo en imagen. Entonces pone al límite sus habilidades de alquimista sensorial: «Trato de crear una atmósfera donde la música y las frecuencias de audio impulsen los visuales y trabajen juntos», explica.

Snaith es una diseñadora audiovisual que usa la tecnología para comunicar los sentimientos que afloran en ella mientras escucha melodías. Por eso, sus creaciones representan el fluir imprevisible de las emociones: «Mi estilo puede describirse como minimalista, un poco caótico, abstracto, experimental», reconoce.

Snaith será una de los artistas presentes en el OFFF Sevilla que se celebrará del 6 al 9 de diciembre. El OFFF aterrizará por primera vez en Andalucía. En su tour alrededor del mundo, ya se ha celebrado en Cincinnati, Quebec, México, Viena, Milán o Tel Aviv. Su trotamundismo engarza con su vocación de ser: el OFFF busca conectar la escena creativa desde la escala local a la internacional.

Participarán creadores y estudios de la talla de The Mill, Joshua Davis, Musketon, Steve Simpson, Paloma Rincón, Malika Favre, Cocolia, María Hesse, FabLab Sevilla o Chácharas, entre otros. Se viajará por todo tipo de disciplinas: diseño, fotografía, film, animación, ilustración, tipografía, programación, branding o música.

La alquimista del sonido Joëlle Snaith desvelará algunos misterios de sus performances en vivo. Por ejemplo, que «a menudo, los mejores resultados surgen de momentos accidentales y errores mientras aprendes o juegas». También relatará su historia: «Deseo alentar a las personas a que combinen sus pasiones y desarrollen proyectos paralelos porque te hacen crecer como persona y te brindan libertad creativa», explica.

La alquimia visual de Snaith

El desarrollo artístico de Snaith es una lucha contra el tiempo, una lucha dentro de un ring: «Muchas noches practico boxeo para equilibrar las largas horas sentada frente a la pantalla y ganar espacio mental», cuenta. El boxeo, en resumidas cuentas, se trata de bailar y encontrar espacios a los que lanzar el brazo.

Este deporte es una metáfora de la vida de Snaith: trabaja durante la semana en aplicaciones iOS/Android y dedica los huecos a lo audiovisual. «Me encanta levantarme muy temprano y trabajar en imágenes cuando todo el mundo duerme».

OFFF Sevilla busca artistas de gran capacidad creativa y mira más allá en ellos para ofrecer una experiencia completa. El festival entiende que la historia de vida (cambios, aciertos, entusiasmos, dudas…) detrás del trabajo es parte inseparable del aprendizaje que lleva a alguien a convertirse en un gran creador.

Los participantes aportarán conocimientos técnicos, ejemplos de formas de moverse en el sector y de mantener una actitud mental propicia para la creación: «Lo fundamental es la curiosidad y no tomarse demasiado en serio. Estar siempre aprendiendo, estar abierto y tener ganas de compartir conocimientos», expresa Snaith.

Compartir, conectar, que el talento se multiplique a sí mismo. Pinkmorro de Cocolia valora así los festivales como el OFFF: «Ahora estamos todos detrás de la pantalla, alejados… El hecho de estrechar la mano, darte un abrazo o poder hablar y tomarte una birra no tiene precio. Te crea un aparador de posibilidades, te abre un abanico de contactos y situaciones enriquecedoras».

Cocolia es un estudio de creación 360 grados que aporta a las marcas (como Absolut o Adidas) unos elementos gráficos (identidades, bodegones, murales, audiovisual…) con una visión propia y experimental.

No siempre fue así: «La gente se piensa que somos un estudio supercool y moderno que ha nacido ahora, pero llevamos 10 años; antes éramos un estudio tradicional», cuenta Pinkmorro. La crisis los obligó a cambiar, y así comenzó el camino que los convirtió en una referencia a la vanguardia del diseño.

Pinkmorro no quiere destripar la charla que dará en el OFFF, solo adelanta que su modelo de negocio anterior se quebró y estuvo todo un año sin cobrar. Pasaron de explotar la creatividad solo una vez al año, con la felicitación de Navidad, a convertir la experimentación en su razón de ser.

Cocolia desarrolló un estilo inconfundible con dos almas: una más geométrica, delicada y rectilínea, y otra más surrealista, abstracta y espontánea. Las marcas los buscan no para someter su estilo a un briefing, sino para tomar prestada su magia y empaparse de ella.

Gracias a crear un sello propio, su trabajo con las marcas se realiza con grandes dosis de libertad. También contribuye a ello, la pasión de Cocolia por seguir trabajando de modo artesanal: «Siempre que entregamos un boceto a un cliente decimos que es una idea, pero que luego, mientras construyes la pieza, cuando juntas materiales o fluidos, se te ocurren cosas que no estaban planeadas: es la magia de lo analógico y lo manual», relata Pinkmorro.

Bodegón de Cocolia

Las historias de Joëlle Snaith y Cocolia, la primera, del último rincón de África (aunque afincada en Londres), y los segundos, de Barcelona, son un ejemplo de la vocación de conexión de OFFF. Una conexión que es multidireccional: personal, de conocimientos, ideas y proyectos, y también como forma de potenciar el tejido creativo y empresarial andaluz al conectarlo con la red mundial del festival.

Como anotaba Pinkmorro, del 6 al 9 de diciembre, en el Teatro Lope de Vega y en el Casino de la Exposición, serán días para que todos esos trabajadores que pasan largas horas dialogando con su propia creatividad delante de las pantallas puedan estrecharse la mano, mirarse a los ojos y conversar.

*Más información en OFFF Sevilla

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