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¿El último viaje de Dexter Morgan y su oscuro pasajero?

El 30 de junio comienza la octava temporada de Dexter. Durante siete años, la serie nos ha mantenido cautivados con la misma fórmula como si se tratara de un cuento de hadas, y nosotros, los espectadores, los niños que piden «cuéntamelo otra vez».
Y quizá, Dexter sea eso: un cuento antiguo… Aunque Dexter se llama así mismo un lobo, en realidad es el cazador de Caperucita que llena la barriga del lobo de piedras para ahogarlo en el lago…

Dexter, nuestro oscuro pasajero

Debra Morgan, Deb, es la Caperucita que cada temporada acaba en la boca del lobo, y necesita el rescate de Dexter, el cazador. (Incluso se ha llegado a meter en la cama con uno de ellos). Un cazador que no tiene licencia para cazar en los bosques de Miami.
Un cazador que acumula 125 muertes (sin contar las víctimas reducidas a muestras de sangre). Las víctimas de Dexter son asesinos en serie, violadores y pederastas; a menudo, miembros reconocidos de la comunidad con poder e influencias para eludir a la justicia. Lobos disfrazados con pieles de cordero.
Dexter también es responsable de la muerte de dos funcionarios de la ley. Estas muertes son momentos que perturban al espectador. El espectador sabe que los funcionarios hacen su trabajo; pero no desea que Dexter sea atrapado. Por lo que los asesinatos de los funcionarios son males necesarios para que el héroe tenga otra temporada.
Por otro lado, las muertes de los funcionarios no dejan de ser ajustes de cuentas contra el «sistema imperfecto que deja suelto a asesinos y violadores», como expresa la voz popular. Al fin y al cabo, los cuentos son para entretener al pueblo.

Dexter y las ejecuciones

Los asesinatos cometidos por Dexter son ejecuciones en las que ejerce como juez, fiscal y verdugo. Forman parte de un ritual amplio, que nunca elude la serie.

[pullquote]El espectador es un verdugo que encuentra satisfacción en los cuchillos, las hachas, las sierras, los martillos…[/pullquote]

Al espectador no le importa la repetición. Es más, quiere que Dexter repita una y otra vez los mismos pasos: la elección de la víctima, el seguimiento, la preparación de la escena del crimen y ver cómo los cadáveres acaban en el océano.
El ritual significa orden, significa que un tipo malvado acabará muerto.
El espectador es un verdugo que encuentra satisfacción en lo cruento. Dexter lo sabe, y usa cuchillos, hachas, sierras, martillos… Objetos que implican el uso de la fuerza y el derramamiento exagerado de sangre.
Dexter actúa movido por su oscuro pasajero. Por otro lado, Dexter es nuestro oscuro pasajero.

El rincón más oscuro

Salvo excepciones, Dexter asesina en la oscuridad, y en lugares apartados y cerrados. El sentimiento de comunión con Dexter aumenta. El asesinato es mostrado como un pecado menor, pero necesario, a espaldas de una sociedad que Dexter considera asustada e hipócrita.
La luz del sol borra los pecados. Transforma al hombre salvaje en un hombre civilizado: buen ciudadano, esposo, padre y trabajador.
El cazador que raja al lobo de arriba a abajo se sienta en la mesa con sus hijos para tomar cereales.

Dexter, el cazador de Caperucita

Los cuentos de hadas nos ayudan a enfrentarnos a un mundo que no tiene sentido. Por esto, Dexter es un cuento perfecto. Charles Perrault escribe:

«Para castigar al lobo malo, el cazador le llenó el vientre de piedras y luego lo volvió a cerrar».

… Dexter abre a sus víctimas en canal.

«Cuando el lobo despertó de su pesado sueño, sintió muchísima sed y se dirigió a un estanque próximo para beber. Como las piedras pesaban mucho, cayó en el estanque de cabeza y se ahogó».

… Dexter arroja los cadáveres al océano.
[pullquote align=»right»]… el espectador espera que Dexter cumpla su papel.[/pullquote]
A lo largo de tres siglos nadie ha cuestionado la crueldad del cazador. La acción de este es punitiva. No espera que el lobo pida perdón ni se redima. El oyente encuentra coherente que un lobo que come abuelitas y se acuesta con niñas acabe de manera agónica. De la misma manera, el espectador espera que Dexter cumpla su papel.
Sin embargo, igual que el cazador de Perraut desapareció con la pedagogía moderna, Dexter quizá desaparezca… Pero no nos abandonará. Es nuestro oscuro pasajero. Nos une a nuestro yo más primitivo, a la justicia de ‘aquí y ahora’.
Larga vida a Dexter Morgan.

Por Javier Meléndez Martín

Soy guionista desde 1998. He trabajado en producciones de ficción y programas para Canal Sur, ETB y TV3.

Co-escribí el largometraje para televisión Violetas (Violetes), una película para Televisió de Catalunya, Canal Sur Televisión y Canal 9. (2009).Violetas consiguió dos premios y dos menciones.

Imparto talleres de guion desde 2010.  Ahora, en Portal del escritor.

Puedes leer mi blog La solución elegante (recomendado por la Universidad Carlos III de Madrid para estudiantes de guion).

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