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Para darle de tortas: Los vídeos del viernes

Ya saben cómo va, ¿no? Está, por un lado, la jefa de las animadoras, con sus pompones y su pelo rubio sedoso y por otro el quarterback del equipo de fútbol, un tipo que es buen estudiante, blanco, católico y jodidamente guapo. Es decir, un tipo hostiable hasta terminar con los nudillos en carne viva. Pues bien, aquí tienen a ese tipo. Se llama Johnny McEntee y está en la Universidad de Connecticut. Fight!


No es necesario disponer de más de tres minutos para contar una buena historia. En este caso, basta con el trailer de un videojuego para sentar cátedra acerca de cómo atemorizar al personal. ¿Quién quiere jugar el juego después de haber visto algo tan bien hecho?

Cuando Marcus Hurst pide al resto de Yorokobus que nos esforcemos por ofrecer contenido de calidad, intentamos hacerle caso. He aquí su última aportación. Así está el patio.


A mí me enseñaron que el fuego había que combatirlo con fuego. Así que, ante un vídeo exasperante, otro más exasperante aún. Sí, amigos. En Yorokobu podría elegir los vídeos hasta un mandril.

Nada como tener estudios. Unas tablitas, un poco de agua coloreada, una cámara y ¡te sale una estructura basada en las ilustraciones de Escher! ¡Tirado!

Un clásico que nunca muere. Cuando hay que discutir qué Dios es el verdadero, la estupidez humana alcanza límites que se suponían inexplorados. Este sketch lo refleja a la perfección.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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