A la hora de lograr la conciliación entre vida laboral y familiar, no todo es cuestión de proponérselo. Por lo general, una ayuda extra suele resultar fundamental. Piano C propone una vía para conseguir que el trabajo no sea un obstáculo para disfrutar de la familia, y tampoco a la inversa.
El espacio coworking abrió sus puertas el pasado año en Milán con un claro objetivo: “propiciar la reinclusión, o mejor dicho, una mejor incorporación al mundo laboral de talentos que de alguna forma han sido marginados por las reglas que aún imperan en la organización de nuestros sistema económico”. Esas reglas a las que se refiere Raffaele Giaquinto son en muchos casos las mismas que regulaban las jornadas de trabajo de los blue collars a principios del siglo pasado: horarios, fórmulas para medir la productividad, etc.
Frente aquellas fórmulas obsoletas, Piano C propone un espacio donde se dé pábulo a la diversidad, a la expresión, y donde cada uno sea capaz de darse cuenta de su propio potencial: “Queremos demostrar hasta qué punto un espacio de trabajo feliz puede influir en la productividad. Estamos convencidos que es así, y por eso solemos hablar de felicidad productiva”.
Uno de los colectivos en los que más ha pensado Piano C a la hora de poner en marcha su proyecto piloto es el de las madres trabajadores. Y también al de los padres trabajadores, por supuesto. Tanto para unos como para otros está disponible el servicio Cobaby de Piano C, un espacio paralelo en el que cuidadores especializados entretienen y cuidan a los niños de entre 3 meses y 3 años mientras sus padres trabajan. El coste, unos 6 euros la hora.
Esta especie de guardería está pensada para adaptarse a los horarios de la mayoría de usuarios de su espacio coworking, por lo que permanece abierta de 8,30 de la mañana a 7 de la tarde. A partir de las 4 de la tarde, además, Piano C ofrece otro de sus espacios a niños con edad escolar cuyos padres necesitan tirar de ‘canguro’ una vez que estos salen del cole para seguir trabajando, mantener alguna reunión, etc.
Freelances, diseñadores gráficos e investigadores, son, según Giaquinto, los principales usuarios de este servicio.
Tanto estos como el resto, disponen también la oportunidad de contratar el llamado Servizi Salvatempo: “Mientras los usuarios de nuestro espacio coworking trabajan, nosotros nos ocupamos de que no descuiden sus labores caseras (lavandería, tintorería, compra, etc.) mediante una serie de acuerdos con proveedores locales”, resume Raffaele.
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