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PictoEscritura: el dibujo como instrumento para enseñar a leer y escribir

Ninguna generación ha estado tan expuesta a la imagen como la que nació con el actual milenio. Nunca antes los niños habían tenido tal acceso a dispositivos que les permiten engullir contenidos audiovisuales en cualquier momento y lugar. Pero ¿qué impacto tiene esto en su imaginario?

Tenerlo lo tiene, según Roser Ballesteros: «Numerosos estudios, realizados sobre todo en países anglosajones, dejan patente que más del 80% de los adolescentes cuenta con un estilo cognitivo preferentemente visual».

El problema, añade la fundadora de VoxPrima y emprendedora social de Ashoka, es que, como sociedad, aún no lo hemos asumido. El desfasado sistema educativo actual es una muestra de ello. Todavía son escasas las iniciativas pedagógicas que tienen en cuenta la huella que el mundo invadido de imágenes en el que nos movemos deja en el proceso de aprendizaje de los escolares.

Hace ocho años, Ballesteros se propuso contribuir a cambiar esta realidad mediante una metodología que no solo tuviese en cuenta tal impacto, sino que lo aprovechase en la enseñanza de la lectura y la escritura. Comenzaba a barruntar la idea de la PictoEscritura.

«Se trata de un procedimiento que hace un uso instrumental del dibujo como herramienta para aprender a leer y escribir y desarrollar el pensamiento creativo», explica Ballesteros.

En la PictoEscritura son los propios niños los que crean los contenidos. Ellos son los que generan las historias «a partir de su propio imaginario».

«Implica un cambio de todo el proceso porque los niños no trabajan con material pautado, sino que son ellos los que lo producen. No se limitan a rellenar huecos; son ellos los que crean contenidos a partir de sus sueños, anhelos, inquietudes… Y eso es algo que responde a su realidad social y a su momento histórico, algo que es esencial».

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La utilización del dibujo como instrumento básico de aprendizaje asienta al alumno en la realidad predominantemente visual en la que vive. «Son niños que crecen con los dos lenguajes (dibujo y escritura), por lo que no tienen ningún tipo de freno a la hora de utilizar uno u otro». Algo que, lamentablemente, no puede decirse de generaciones anteriores. «Cuando nacemos, disponemos de una capacidad creativa innata que desarrollamos sobre todo a través del dibujo. Sin embargo, cuando nos convertimos en adultos, dejamos de hacerlo, lo que resulta realmente absurdo».

La posibilidad de personalizar el aprendizaje es otra de las ventajas de este sistema. «Se trata de que la metodología se adapte al niño y no al revés». Algo necesario porque, según Ballesteros, se sigue hablando de «niños buenos o malos en Lengua» cuando existen numerosos matices. «Puede que al niño le cueste leer y sin embargo posea un vocabulario muy rico».

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Para detectar las competencias lingüísticas de cada niño, se recurre a material personalizado concebido por un equipo de lingüistas y con el que los niños trabajan cada semana. «Lo hacen mientras juegan en la tablet o móvil. De esta forma es posible averiguar qué competencia concreta hay que trabajar con ese niño, y así no hay que rebajar el nivel del resto, lo que podría provocar su desmotivación y perdida de interés».

Junto a estos mismo profesionales, VoxPrima llevó a cabo un seguimiento durante tres cursos en seis escuelas públicas de Barcelona en las que se aplicó la metodología en cuatro cursos de primaria. Las conclusiones del mismo recogían el positivo impacto de la PictoEscritura sobre el rendimiento escritor de los niños y la comprensión lectora. Pero también en otros aspectos como el refuerzo de la autoestima y la motivación.

«Con el trabajo pautado, el niño entiende que debe limitarse a cumplir el expediente y no se implica. Pero cuando trabajas desde la creatividad e imaginación del niño, el ambiente de aula se transforma. Al final se trata de que miren hacia dentro. Por ejemplo, a la hora de describir algo no se limitan a hacer un inventario, sino que utilizan su percepción. Eso aumenta el respeto entre unos y otros, lo que a su vez repercute en la autoestima».

Para Ballesteros, la PictoEscritura es una metodología difícil de explicar precisamente porque va más allá de los resultados académicos. «Utilizar la creación de contenidos, por ejemplo, en la resolución de conflictos en el aula resulta maravilloso. Los personajes se convierten en el alter ego de los alumnos porque se llegan a identificar muy rápidamente con ellos».

¿Estamos ninguneando el potencial educativo de las imágenes?

Su faceta de madre de tres hijos tuvo mucho que ver en la decisión de Roser Ballesteros de dejar su puesto de trabajo para lanzarse a crear VoxPrima. «Mis hijos seguían aprendiendo a leer con métodos que se utilizaban en mi generación, incluso diría que en la de mis padres».

Metodologías monolenguajes centradas en el lenguaje verbal que, según Ballesteros, «ningunean el potencial emocional y creativo que tiene esa parte del cerebro que piensa en imágenes, mapas, etc.». Fórmulas que, además, se revelan ineficaces ya que más de la mitad de los niños pasan de curso pese a no haber aprendido a leer o escribir de una manera competente.

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A esta preocupación se le sumaba la animadversión que el sistema educativo demuestra hacia todo aquello que huele a creatividad. «Seguimos educando con metodologías muy rígidas, de respuesta única, en lugar de estimular la capacidad del niño de jugar, el prueba y error… Todo eso cuando sabemos que hoy en día, si alguna capacidad van a tener que disponer en un futuro, es la de adaptarse a las diversas circunstancias; porque los adultos del futuro van a tener que cambiar de trabajo, reinventarse…»

Cuando pensó en la posibilidad de un método como la PictoEscritura, se topó con otra de las grandes trabas del actual sistema: «Todo sigue separado en departamentos estanco, por lo que parecía que para desarrollar la metodología tenía que elegir entre dibujo o escritura. Y eso era algo que yo no podía entender. He crecido en un entorno de artistas visuales (pintores, escultores…), mientras que mi lenguaje natural siempre ha sido la escritura».

Por eso Ballesteros decidió no prescindir de ninguna de ellas y tiró para adelante. Además de aunar los dos lenguajes, contribuir a transformar el sistema educativo y contar con la colaboración de profesionales creativos, Roser Ballesteros tenía claro que la PictoEscritura no sería una extraescolar, sino que debería implementarse como en el eje central de la Educación Primaria: la asignatura de Lengua. «No se trataba de hacer talleres para compensar las carencias del aula, que es lo que solemos hacer la mayoría. Sobre todo porque esto genera una gran desigualdad en función del entorno socioeconómico de los niños».

Apoyo virtual

La larga trayectoria en el sector editorial permitió a Roser Ballesteros tirar de agenda y recurrir a sus numerosos contactos en el mundo de la ilustración y la literatura para el desarrollo de la metodología, los contenidos y la formación de los docentes. «La labor de escritores e ilustradores es puntual. En el aula se trabaja a partir de galerías o historias creadas por ellos, pero los verdaderos generadores de contenidos son los niños y los profesores».

Además, VoxPrima puso en marcha hace un par de años una plataforma digital para la aplicación de la metodología en las aulas. Vídeos y tutoriales, guías didácticas, herramientas de maquetación, asesoramiento por parte de editores, chats, pruebas de evaluación por competencias,  lecturas recomendadas o la posibilidad de invitar a ilustradores a que visiten el aula son algunos de los instrumentos que la plataforma pone a disposición de los docentes.

«La metodología en sí es una formación para ellos porque no se trata de una programación que ya está elaborada, sino que él también participa en el proceso de generación de contenido, creación y cocreación en grupo… Es decir, el maestro vive el mismo proceso que vive el niño, por lo que conecta con su creatividad, aprende a interpretar los dibujos de los niños, escribe…»

Uno de los grandes objetivos de la plataforma es que la metodología escale y no quede en mera anécdota. Que los colegios que utilizan la PictoEscritura puedan intercambiar contenidos es una de sus razones de ser. «Es increíble comprobar cómo los alumnos conectan con historias y personajes creados por niños de otras escuelas».

 

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