Hay planos de personajes de espaldas a la cámara con más fuerza dramática que primeros planos. En recopilaciones del tipo los 100 planos más bellos del cine no falta una veintena de planos con el personaje de espaldas a la cámara.
Por supuesto que la mayoría de los planos de espalda son utilitarios: personajes en una conversación (en un plano-contraplano), que salen de habitaciones, o sugieren —con una cámara inquieta— que el personaje está siendo espiado. Pero un realizador talentoso sabe cuándo una espalda puede conmover como las lágrimas o perturbar como un grito de espanto. Encontramos bellos ejemplos, de distintas épocas del cine, en el montaje de Zach Prewitt (Estados Unidos).
Prewitt reúne planos de artistas frente al público, de guerreros frente a sus ejércitos y de líderes frentes a las masas. Planos obligados en sus géneros que nos coloca en la posición del personaje, pero Prewitt también escoge planos significativos. Reflexionemos, sin herniarnos, sobre algunas de estas imágenes.
El resplandor demuestra la fuerza del plano de espaldas del niño. Comparemos dos planos:
El plano del niño de espaldas —en perfecta simetría— nos coloca en la misma posición que el personaje. Apela a nuestro miedo de que el monstruo nos pille. (Un tipo de plano que décadas después funciona en los videojuegos). El espacio cerrado influye en la apreciación del peligro por el público.
De manera muy inteligente, Sergio Leone invierte el orden en Hasta que llegó su hora:
Si los malos estuvieran al fondo, estarían rodeados de aire, y aunque peligrosos, no inquietarían tanto al público. Es una forma de crear claustrofobia con la cámara en lugar de con el escenario.
El vídeo de Prewitt muestra planos generales con personajes —aislados— de espaldas en amplios escenarios o habitaciones amplias. En cualquier caso, el aislamiento intensifica la emoción que sugiere la escena: tranquilidad o inquietud o peligro o esperanza. Nos hace sentir minúsculos como los personajes rodeados por la naturaleza real u onírica, como en Los sueños de Akira Kurosawa.
CUANDO EL PERSONAJE ES PRESENTADO DE ESPALDAS
El vídeo de Prewitt, con toda su belleza, deja fuera otros usos de los planos de espalda, menos llamativos, pero no menos interesantes. Por ejemplo, la presentación de los personajes de espaldas a la cámara.
Por lo general, el villano es un personaje presentado de espaldas. Un cliché que aporta poco salvo que para el bien de la intriga quiera ocultarse la identidad del canalla durante un tiempo. Otro ejemplo, la chica que camina dando la espalda a la cámara y que al girarse encandila o repele porque es un señor con bigote.
Hitchcock era un maestro a la hora de presentar a personajes de espaldas. Algunos críticas dicen que el director inglés presentaba así a los personajes que le resultaban antipáticos. Como si el plano de espaldas fuera feo porque sí. Discrepo. Hitchcock da un sentido a cada plano y este no obedece a su simpatía o antipatía por los personajes. Hitchcock presenta de espaldas a personajes con una identidad secreta o que ocultan sus verdaderas intenciones.
(Nota: pocas imágenes como la de Marnie alejándose provocan lecturas tan variopintas. Para Joe McElhaney, profesor de Universidad de la Ciudad de Nueva York: «El bolso que vemos en el plano inicial […] tiene la intención de sustituir el cuerpo de la misma Marnie, un símbolo vaginal bastante contundente»).
La idea de mostrar de espaldas a la cámara al personaje con una identidad falsa la recoge Mad Men en los créditos de inicio.
La idea de secretismo se mantiene con el primer plano de Don Draper en la serie. Weiner nos advierte: Draper es hermético; tiene un saco de secretos.
Recordemos también la presentación de espaldas de un personaje ya conocido (rizar el rizo, vaya): la de Saul Goodman —aunque antes de ser Goodman— en Better call Saul. Aunque sabemos qué aspecto tiene, Vince Gilligan, el creador de la serie, presenta a Saul fragmentado y de espaldas. ¿Por qué? Es la presentación de un farsante: Gilligan nos recuerda la naturaleza de este personaje.
Los ejemplos anteriores no significa que todos los personajes presentados de espaldas tengan secretos. La presentación que Spielberg hace de Lincoln sugiere, por contra, cercanía del personaje. Spielberg presenta a un líder atento a los problemas de sus hombres.
¿La diferencia con la presentación de Don Draper? La cámara está SOBRE Don Draper: como una persona que está mirando el cogote a otra. Por el contrario, la cámara no planea sobre un Lincoln que no está en el centro del plano como un villano, sino a la izquierda. (Se sugiere así cierta vulnerabilidad).
Planos de espaldas que prueban que no hay planos anodinos. Un plano es bello y útil por lo que expresa.
¡Y chimpún!
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