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El prefijio que se enamoró de un sustantivo

El prefijo Ex siempre vivía solo. Se consideraba un espíritu libre. No quería ataduras. Había tenido sus romances con uno y otro género, cierto. Pero siempre había puesto distancia entre él y su amante ocasional interponiendo un guión o un frío espacio. Hasta que un día conoció a un Sustantivo y se enamoró perdidamente.

Era verlo y sentir la irrefrenable necesidad de unirse a él. Pero el Sustantivo, educado en valores tradicionales, si bien se sentía atraído irresistiblemente por el gallardo prefijo, no terminaba de salir del armario. El prefijo Ex, lejos de amilanarse ante la negativa de su adorado Sustantivo, insistió una y otra vez en declararle su amor. Hasta que un buen día el Sustantivo acudió a la sabia RAE y le pidió autorización para unirse sin complejos a su pretendiente. La RAE le dio el sí y desde entonces, Ex y su Sustantivo viven unidos y felices para siempre.

Este relato tan poco apto para homófobos sirve para presentar una de las novedades en cuanto a ortografía que fijó la Real Academia en su última revisión, y que todavía, por lo que se lee, no acabamos de asumir.
¿Y qué es lo que dice la Academia sobre ‘Ex’ y demás prefijos en sus nuevas normas de ortografía? Vamos al grano, como diría Torrente frente a un espejo.

Por norma general, los prefijos se escribirán unidos a la base —si es una palabra—, independientemente del tipo de vocablo que sea (sustantivo, adjetivo, verbo o adverbio). O separados de ella por un espacio, si es pluriverbal (o sea, más de una). Por tanto, hay que escribir: ‘viceministro’, ‘exmarido’, ‘minientrevista’; perooooo: ‘ex teniente coronel’, ‘anti pena de muerte’ o ‘super de moda’.

¿Es todo? No: si la palabra a la que preceden es una sigla, un número o un nombre propio, se intercalará un guion. Un ejemplo para facilitar las cosas: sub-21, pro-Obama o anti-OTAN.

Y lo mejor que tienen las nuevas normas ortográficas en cuanto a los prefijos es que la Academia da cuartelillo en estos temas a los creativos del mundo. ¡Albricias, albricias! De esta manera, nos permitirá usar un guion en casos como ‘re-presentar’ (por ‘presentar de nuevo’) o ‘pre-texto’ (texto previo). ¿Veis como no son taaaan rígidos? De vez en cuando nos dejan jugar.

Así pues, niños y niñas: lo que la RAE ha unido en la gramática, no lo separe el hombre (u ‘hombra’, según el idioma Aído) en la cuartilla.

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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