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Cómo los guionistas te manipulan con tus prejuicios sobre la belleza femenina

Hay chistes que funcionan porque el cómico conoce o comparte los prejuicios del público. Uno de estos prejuicios considera que una mujer vale tanto como lo bella que es.

Prejuicios del público y argumentos de guion

Esta idea errónea está presente en frases como:

Son frases que dicen hombres y mujeres, y que los guionistas traducen en argumentos:

(Argumentos que con frecuencia rezuman el rencor de sus guionistas. Que conquistar a la reina del baile es una venganza en papel).

El caso Sheldon: el chiste que funciona porque ella es bella

The Big Bang Theory es un ejemplo de cómo los guionistas usan los prejuicios sobre la belleza. Durante temporadas, conquistar a mujeres bellas fue una meta para los protagonistas masculinos. Excepto para Sheldon Cooper.

Primero, los guionistas juegan con el desinterés de Sheldon en el El vórtice psíquico (3×12). Sheldon —con puños de Hulk— y Raj caen en gracia a dos chicas en una fiesta. Acaban todos en el piso de Leonard y Sheldon. Raj se lía con su chica. Sheldon se retira a dormir, y la chica con la que pasó la noche hablando lo sigue con ganas de sexo.

«Dormiré en el dormitorio de Leonard. Buenas noches», dice Sheldon dejando a la chica plantada.

En este punto de la serie, Sheldon rompe con a Amy y quiere conocer a otra mujer para pasar página. En este momento, los guionistas recurren a los prejuicios sobre la belleza:

En La observación de la cita misteriosa (9×08), Sheldon publica enrevesados acertijos en una página web. Considera que la mujer que los resuelva dentro de un plazo será digna de él. Apenas acabado el plazo, una mujer atractiva llama a la puerta.

SHELDON: ¿Puedo ayudarte?

VANESSA: ¿Eres el físico que colocó el anuncio en Craigslist?

SHELDON: Sí.

VANESSA: Hola, soy Vanessa Bennet. Siento haber llegado un poco tarde, pero estaba atrapada en una aburrida conferencia sobre espectroscopía atómica cuando encontré tu anuncio. Me salvó la noche. Algunos de tus rompecabezas fueron realmente divertidos. Nunca antes traduje del klingon al sánscrito antiguo.

SHELDON: Cuidado, es adictivo.

VANESSA: Chija”e’vlKub je. O como dicen en sánscrito: Ahm asman matey-bee ta-teyva.

SHELDON: Y así te vuelves drogadicta al klingon-sánscrito.

VANESSA: Solo tuve que encontrar a la persona responsable de una idea tan brillante. Y no hay muchos hombres que aman la física, las lenguas muertas y las banderas del mundo.

SHELDON: Soy un unicornio. Bueno, la verdad, pareces una dama especial. Pero sabes, pasaste de la hora límite, así que… gracias por jugar.

Sheldon cierra la puerta. Vuelve al sofá.

En este punto, los editores de vídeo añaden exclamaciones de público sorprendido. Incitan al televidente a decir: ¡Qué idiota! El público no necesita estas risas. Está predispuesto a considerar la belleza como un valor.

Los guionistas de la serie, no contentos, remarcan el chiste: Raj y Howard están de pie, nerviosos, perplejos. Un escandalizado Raj grita:

«RAJ: ¡Cómo le has dicho que no!»

Una risa perdida remarca la frase de Raj.

¿Hubiera funcionado el gag con una chica poco agraciada? No. El público pensaría: «Bueno, no es bonita. Es lógico que la rechace».

Las bellezas ficticias en los programas de crímenes reales

Los prejuicios sobre la belleza se trasladan a los programas que recrean crímenes reales. Actores y actrices atractivos interpretan a personas de físico común o poco agraciadas.

Los actores rara vez se parecen a las auténticas víctimas o testigos o investigadores. Las mujeres definidas como fatales tienen una brisa que mece su pelo en una habitación cerrada.

¿El físico de los personajes reales influyó en el desarrollo de las historias? No. Las cosas pasan porque la gente está cerca de la gente. La belleza no influye en las relaciones fatales.

¿Y por qué los personajes reales y los ficticios son tan diferentes físicamente?

Quizá porque la belleza es un cliché. Un truco para el público. Un atajo para la recreación de los hechos. En el cine y las series —sobre todo en el cine—, un atajo para llegar cuanto antes a la pasión, al sexo y al amor. De nuevo, los prejuicios sobre la belleza condiciona la percepción del público.

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