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El dropbox de los testículos (y los ovarios)

Martin Varsavsky quiere que dejes de tener sexo para procrear. No tiene nada en contra de quien decida hacerlo de forma lúdicofestiva, simplemente está convencido de que ha llegado el momento de desecharlo como principal método reproductivo.

El emprendedor argentino lleva varios años estudiando la industria de la infertilidad y dice haber encontrado un fallo de base en su planteamiento. «El problema es que las personas acuden a las clínicas cuando es demasiado tarde y su reloj biológico ya no está preparado. Esto contribuye a que una de cada tres parejas que intentan tener hijos, no lo consigan. Un número demasiado alto teniendo en cuenta que esto puede acarrear importantes daños psicológicos».

La solución de Varsavsky se llama Prelude Fertility y tiene como cometido convencer a los jóvenes de congelar su esperma y sus óvulos antes de llegar a la treintena, para mejorar sus posibilidades de tener retoños sanos cuando tomen la decisión de concebirlos. Con este sistema, está convencido de que la probabilidad de éxito ascenderá al 90% en sociedades industrializadas, donde la media de edad para tener hijos es cada vez más alta.

A cambio de una cuota mensual, la compañía se encargará de congelar el esperma o los óvulos. «¿Por qué lo llamamos el dropbox de los testículos?», cuestionó el argentino bromeando en una charla celebrada en Menorca Millennials. «Tu información genética es la cosa más importante que tendrás jamás. ¿La guardarías en tus testículos o tus ovarios o preferirías que estuviesen almacenados en un laboratorio en nitrógeno líquido a -196°C?».

Martin Varsavsky presentando Prelude Fertility en Menorca Millennials (Foto: Menorca Millennials/Marc Alsius)

El proceso está basado en varios elementos que mejoran la probabilidad de tener hijos, según Varsavsky. El primero y más importante es que la calidad del esperma y de los óvulos son mucho mejores cuando una persona es joven. «Por ejemplo, el esperma de un hombre mayor tiene más posibilidades de causar enfermedades mentales en su hijo que el de un hombre menor de treinta».

La segunda pata es que una vez que una pareja o una persona decida sacar los óvulos y el esperma del laboratorio, Prelude los someterá a pruebas de cribado genético (PGS) para determinar su calidad. «Se trata de hacer todo lo posible para que el niño salga sano. Nos permite escoger las células en mejor estado para implantar a tu cuerpo. No está diseñado para cambiar el color de sus ojos ni nada por el estilo».

Con este proceso se reducen los cuatros principales problemas relacionados con la reproducción según Varsavsky. La infertilidad, los abortos naturales, los abortos clínicos que ocurren al detectar enfermedades graves en el feto y las enfermedades congénitas. Todas estas afecciones son más comunes cuando se intenta tener hijos a edades más tardías. Con este método un individuo tendrá material genético de su juventud en su cuerpo durante la madurez.

Su misión no será fácil ya que dependerá sobre todo de su capacidad de convencer a jóvenes (o a sus padres) para invertir dinero en algo que puede estar muy lejos de sus planes cuando tienen veintipocos años. De momento, Varsavsky cuenta con 100 millones de dólares en financiación para poner en marcha Prelude Fertility.

De la quimioterapia al mainstream

La congelación de esperma lleva décadas funcionando de forma efectiva pero ha sido sólo en los últimos años cuando se ha conseguido hacerlo con efectividad con los ovarios de las mujeres. El proceso, llamado vitrificación de óvulos se empezó a ofrecer a féminas jóvenes que sufrían cáncer. Congelarlos permitía conservarlos antes de someterse a quimioterapia y otros tratamientos que podían afectar su fertilidad. Esto mejoraba las posibilidades de quedarse embarazada en caso de recuperarse de la enfermedad.

En 2014, el tratamiento tuvo eco en los medios cuando Apple y Facebook anunciaron que empezarían a ofrecer el congelamiento de óvulos a sus empleadas.

«Había una chica joven que trabajaba en Facebook que había sido diagnosticada de cáncer. (…) Vino a mí y me dijo ‘voy a someterme al tratamiento y eso significa que no podré tener hijos a no ser que congelen mis óvulos y no me lo puedo permitir porque nuestro seguro médico no lo cubre’. Lo hablé con nuestra responsable de recursos humanos y le dije: ‘Dios, deberíamos cubrir esto’. Nos miramos los dos a la cara y nos dijimos: ‘¿Por qué limitarnos a mujeres con cáncer? ¿Por qué no ofrecerlo a todas las mujeres’?», explicaba Sheryl Sandberg, COO de Facebook, sobre esta decisión en una entrevista concedida a Bloomberg en 2015.

Fertiberia

España es uno de los países pioneros en tratamientos de fertilidad y vitrificación de óvulos. Empresas como IVI tienen clínicas por todo el país y reciben miles de turistas al año que vienen a tratarse. «Tiene una regulación mucho más flexible que países como Francia o Alemania. España tiene la tasa de natalidad más baja del mundo pero paradójicamente está contribuyendo a distribuir su material genético por toda Europa», explica Varsavsky.

¿Pero es completamente fiable el «método Prelude» cómo lo describe el emprendedor argentino? Un artículo de la clínica neoyorquina Centre for Human Reproduction publicado a finales del pasado diciembre pide cautela ante este ‘nuevo modelo de industrialización de la fertilidad’ (así lo describen). «Hoy en día, con interesas comerciales importantes invertidos en estos productos, se recurre al marketing agresivo antes de que existan pruebas de su utilidad», aseguran.

Aunque están de acuerdo con la premisa básica de Varsavsky de que las personas suelen someterse a tratamientos de fertilidad cuando es demasiado tarde, echan en falta más pruebas científicas. «El problema es que se está enamorando de un concepto hipotético sin hacer suficientes investigaciones preliminares para validarlo».

Finalmente siembran dudas sobre el sistema de análisis que se usa para estudiar el esperma y los óvulos. «El modelo prelude y su plan de utilizar pruebas de cribado genético (PGS) para todo el mundo es simplemente absurdo teniendo en cuenta que los estudios apuntan cada vez más a la poca efectividad de las pruebas de PGS».

Estas críticas no parecen tener mucho efecto sobre Varsavsky. «A lo largo de mi carrera, me he acostumbrado a que se mofen de mis ideas. Decían que los datos y el Bluetooth matarían al wifi. Cuando lo que ha acabado pasando es que la gente usa las redes de 3G o 4G sólo cuando no encuentran wifi. Me han dicho que la energía solar nunca funcionará en referencia a mis inversiones en el sector. Dijeron que el cloud computing era una locura. ¿Quién va a guardar sus datos en otro lugar que no sea su casa?».

«Antes, la gente tenía su bebé en casa», continúo. «Estoy seguro de que cuando empezaron a intentar convencer a las mujeres que tuviesen hijos en una clínica, lo encontraron raro. Pero hoy es algo completamente normal». Y a eso dedicará los siguientes años Varsavsky. A convertir en normal que las personas dejen de practicar sexo para tener hijos.

Por Marcus Hurst

Marcus Hurst es Cofundador de Yorokobu y Redactor Jefe de Ling Magazine. Puedes seguirle en @marcushurst

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