Pienso, luego tengo premio

«Dadme una palanca y moveré el mundo», soltó Arquímedes por la boquita hace ya unos cuantos siglos, así de sobrado iba el buen hombre. Pero nosotros, que somos más de creatividad y de metáforas, preferimos cambiar lo de palanca por buena idea, porque si hay algo que realmente mueva este mundo que habitamos es eso.

Por esta razón, hemos creado unos premios que nos identifican, porque desde que comenzamos este caminito de rosas —y alguna espina— hemos hablado de un montón de proyectos y de personas que le han dado bien y duro al coco para regalar a la sociedad un poquito de luz y mucho bienestar. Son los Premios Yorokobu a las Buenas Ideas y tienen como objetivo reconocer a quienes creen en su poder para cambiar el mundo a través de soluciones ingeniosas y responsables.

Ya, sí, muy creativos no hemos estado con el nombre, pero hemos preferido sacrificar la creatividad en pos de la claridad, que luego nos dispersamos y no estamos a lo que estamos.

Nuestros premios van a reconocer ideas que no solo sean originales, sino también funcionales, inspiradoras y con un impacto real en la sociedad. Aquellas que celebren la creatividad y la innovación y estén aplicadas a resolver problemas cotidianos.

Y los vamos a dividir en categorías: Mejor Idea Sostenible, Mejor Idea Gastro, Mejor Idea en Arquitectura, en Diseño, en Educación, en Divulgación, en Tecnología, en Moda, en Arte y en Movilidad.

Pero ojo cuidao, porque estas solo valen para este año. En las siguientes ediciones ya veremos, porque nunca se sabe a priori qué genialidad va a surgir en cualquier otro campo de actividad próximamente. Lo que sí habrá seguro cada año es el Gran Premio a las Buenas Ideas, o lo que es lo mismo, a la campaña con más impacto en la sociedad.

¿Quiénes eligen a los ganadores? Los mendas lerendas (que en Yorokobu hay mucho boomer y teníamos de dejarles expresarse también). Y como nos gusta más un sarao que los torreznos, vamos a dar a conocer a los ganadores en un evento que tendrá lugar en enero, del que ya os iremos hablando. Así que estad atentos, mi gente, no os despistéis.