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¡Que mala hierba nunca muera! El making of de la portada de Yorokobu enero


Dicen los artífices de esta portada que día tras día paseamos por las calles sin darnos cuenta que entre baldosas y ladrillos de fachadas viejas, suelos de solares abandonados, en el asfalto y el arcén o en cubiertas de tejados destartalados crecen hierbas entre las grietas, dejando paso a insólitas e inesperadas muestras de vegetación. Paseamos por callejones en los que encajes de asfalto están agrietados por el desgaste y el paso del tiempo, calles pisadas día tras día, llueva, sople el viento o haga sol. Sin embargo, estos pequeños brotes luchan sin hacer ruido para sobrevivir.
Esta portada es el homenaje de Ladyssenyadora a las malas hierbas, “esas que, a pesar de estar rodeadas de condiciones adversas, resisten y crecen en un entorno complicado”, dicen sus componentes (Montse Raventós, Jordi Roca y Raimon Benach).

La historia empieza como cualquier día: desayunando. Los protagonistas de este desayuno fueron los mencionados componentes del estudio junto al fotógrafo Toni Galitó y el florista Foix Cervera. “Cinco malas hierbas amantes del trabajito de chinos, el land art y el slow design que, en ocasiones, crecen juntas para llevar a cabo instalaciones de este tipo”. Les gusta ensuciarse las manos y trabajar con el material que proporciona el mismo entorno para contar historias.
El desayuno transcurre en el mismo escenario de la foto, un solar decrépito en algún lugar del Penedés. Este mismo hecho hace que la idea surja de forma espontánea y natural, entre amigos, fuera de cualquier estudio, lejos de ordenadores y espacios cerrados.
¡Que mala hierba nunca muera!







La Portada:

Por Yorokobu

Yorokobu es, ya sabes, esta revista que estás leyendo.

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