Pensar es más interesante que saber, pero menos interesante que mirar.
Goethe
Sale en una película un tipo en calzoncillos y, por lo general, nos hace gracia o nos resulta repelente. ¿Por qué? Sólo es un tipo en calzoncillos: realmente carece de significado dramático o cómico.
Intentaremos explicarlo…
PASTA DENTRÍFICA BREAKING BAD
Walter White (Breaking Bad) se limpia los dientes mientras —Hank cuñado y agente antinarcóticos— informa a sus subordinados que hay un nuevo capo con habilidades especiales y muy peligroso.
Me río a carcajadas.
—¿Te das cuenta? —dice Mo. Es una aguda observadora—. Un tío está en su cuarto de baño haciendo lo que tú haces todas las mañanas, algo que en realidad no tiene gracia, y te ríes.
—Hay un contraste entre la imagen y el texto —intento explicarme.
—Sólo es un tío en un momento íntimo. Pero coges eso, lo pones en una película y una serie, y ya no es real: es parte del espectáculo. ¿Te parece ridículo que un tío se cepille los dientes?
EL DESAYUNO DE DEXTER
Las palabras de Mo me ayudaron a comprender por qué la introducción de Dexter resulta perturbadora. El mecanismo es similar: los créditos de Dexter encuadran acciones cotidianas y provocan emociones.
Dexter MUELE café, CORTA un filete crudo, ROMPE un huevo, ESTRUJA un pomelo… Acciones corrientes con verbos violentos, sí, pero acciones simples y por sí mismas carentes de emoción. Pero la cámara nos pone donde nunca hemos estado y nos provoca una sensación parecida a la observación de los ojos de una mariposa.
Enmarcar la realidad se convierte en un recurso poderoso para el escritor, el cineasta o el creativo publicitario. La idea nace de enmarcar lo que tenemos ante nuestras narices.
La rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos.
Alejandra Pizarnik