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Del individualismo a la conexión: el renacer de las relaciones genuinas

manos unidas. relaciones genuinas

Vivimos en una era paradójica. A pesar de estar hiperconectados digitalmente, la soledad se ha convertido en una de las preocupaciones más latentes de nuestro tiempo. El individualismo extremo, impulsado por una sociedad centrada en la autonomía y la autosuficiencia, está dando paso a una nueva reflexión colectiva: la necesidad de comunidad y relaciones genuinas.

Esta es una de las tendencias clave del informe Consumer Trends 2025*. El exceso de individualismo ha traído consigo efectos colaterales en la salud mental y emocional de la población. El coste emocional de esta desconexión no es menor. La sensación de aislamiento puede desencadenar problemas como ansiedad, depresión e incluso afectar a la salud física. 

La soledad no deseada afecta ya a miles de personas en el mundo; así lo demuestran los datos. En España, el Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada de la ONCE estima que su impacto económico alcanza los 14.141 millones de euros anuales, cifra que equivale a un 1,17% del PIB. Por su parte, en Silicon Valley, cuna de la tecnología y la innovación, el 45% de sus residentes afirma sentirse aislado, lo que ha llevado a que la soledad sea considerada un problema de salud pública de primer orden. Asimismo, una encuesta de Forbes reveló que el 79% de la Generación Z se siente agotada por las aplicaciones de citas, lo que refuerza la idea de que determinadas herramientas digitales, en lugar de acercarnos, generan desconexión. 

En este sentido, a medida que la inteligencia artificial y la virtualización de la vida cotidiana avanzan, la sensación de desconexión se intensifica. Los algoritmos han sido diseñados para optimizar interacciones, pero a menudo sacrifican la espontaneidad y la profundidad de las relaciones humanas. 

La sociedad está comenzando a reaccionar a esta crisis de autenticidad. Las personas buscan recuperar la esencia de las relaciones genuinas, aquellas que se construyen con el tiempo, el contacto real y la confianza. Un cambio que también está impulsando a compañías y marcas a repensar sus estrategias, pues solo aquellas que comprendan la urgencia de facilitar espacios y experiencias que fomenten conexiones reales tendrán un papel clave en el futuro de las relaciones interpersonales. Es fundamental que las tecnologías emergentes sean utilizadas para mejorar la interacción humana y profundizar en la calidad de las conexiones, más allá de las pantallas.

El ‘match’ ya no funciona

Si bien es cierto que las aplicaciones de citas revolucionaron la forma en que las personas se relacionan, prometiendo facilitar el encuentro del amor verdadero, tras años de swiping interminable y conversaciones online sin resultados satisfactorios, llega lo que muchos denominan la fatiga del match. La paradoja de la elección, el exceso de opciones y la mentalidad de usar y tirar han llevado a la saturación y al agotamiento emocional.

Datos recientes indican que, en España, solo el 18,6% de las parejas se han conocido a través de internet, pese a que el 40% de la población usa estas aplicaciones, según Kaspersky. Porcentajes que sugieren que, aunque las plataformas digitales ofrecen acceso a un sinfín de opciones, no necesariamente facilitan conexiones significativas y duraderas. El problema radica en la superficialidad de las interacciones. Las charlas efímeras y la búsqueda constante de algo mejor generan un círculo de insatisfacción y muchas personas terminan sintiéndose frustradas y desmotivadas, preguntándose si realmente encontrarán una relación significativa en este ecosistema digital.

Así, ante el creciente descontento, se reinventa la forma de conectar. Mientras determinadas aplicaciones de citas buscan salvar su crisis reputacional con pequeños ajustes, otras plataformas apuestan por una transformación más profunda y abandonan la dinámica del scrolling infinito en la búsqueda de promover encuentros cara a cara.

El comportamiento de las personas consumidoras refleja esta transición. Cada vez hay una mayor demanda de experiencias reales que trasciendan lo superficial. La nueva tendencia no se basa en el match, sino en la autenticidad, en espacios donde las interacciones tengan valor y permitan el desarrollo de vínculos profundos. Surgen nuevos formatos de eventos y espacios de socialización diseñados para facilitar encuentros presenciales significativos. Desde cenas temáticas hasta actividades en grupo con intereses compartidos, estas iniciativas buscan redescubrir la magia de las conexiones humanas sin la intermediación de un CTA.

Redescubriendo la autenticidad

Estamos presenciando un cambio de paradigma. De la era del individualismo y las conexiones digitales superficiales, avanzamos hacia un mundo en el que la comunidad y las relaciones genuinas cobran protagonismo. La clave está en encontrar un equilibrio entre la tecnología y la interacción humana, en crear entornos en los que las personas puedan conectar de manera significativa y sentirse realmente acompañadas y comprendidas. 

Una llamada a la acción para instituciones, empresas y comunidades. Fomentar iniciativas que faciliten el contacto real y la construcción de lazos sólidos será clave en el bienestar de las sociedades futuras. El reto: transformar la forma en que nos relacionamos, recuperando la esencia de las conexiones humanas en una sociedad cada vez más digitalizada, apostar por la calidad sobre la cantidad y por la empatía frente al algoritmo.

 

 

 

 

Miguel Zorraquino es presidente de Zorraquino 

* Consumer Trends es un estudio de tendencias de mercado y consumo realizado por Zorraquino para entender las necesidades y demandas de la población que determinarán el devenir del año y las respuestas y estrategias que pondrán en marcha compañías y entidades para responder a este sentir.

 

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