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Cuando dos son multitud

Signo de Interrogación era un viajero impenitente. Siempre viajaba solo. Le gustaba esa sensación de libertad, de hacer lo que quisiera. Moverse libremente. Y recogerse en sí mismo al final de cada día meditando sobre lo vivido durante la jornada.

Signo de Interrogación era un espíritu libre. Algunas veces, pocas, había hecho algunos tramos del camino en compañía de otros signos. Una vez incluso tuvo un tórrido idilio con Coma, muy pizpireta ella, a la que se le agrandaban las pupilas cuando le miraba. Pero prefería la soledad.
Un día, en un viaje en tren, se le sentó a su lado Punto. Era un tipo muy desagradable, ocupaba prácticamente todo el asiento del vagón y a Signo de Interrogación le cayó mal desde el primer momento. Por si fuera poco, Punto era un charlatán. Desde que se acomodó junto a él no paró de hablar y hablar y hablar. Y cuando supo que Signo de Interrogación iba en la misma dirección que él, decidió quedarse a su lado para terminar el viaje juntos. Signo estaba horrorizado. Así que cuando el cansancio, por fin, consiguió vencer al molesto Punto y se quedó dormido, agarró su petate, salió con sigilo del vagón y se tiró en marcha. Y de esta manera, el solitario viajero continuó su aventura sin más compañía que la suya.
Todos lo hemos sentido alguna vez, ¿verdad? Esa angustiosa sensación de que te sobra la compañía de determinados personajes. Pues quedaos con la copla porque detrás de los signos de interrogación y de exclamación NO SE ESCRIBE PUNTO.
Así que aquellos que tendéis a escribir frases como la siguiente: *¿Qué cenaremos esta noche?. Tortilla de patata, ya podéis ir quitándoos esa fea costumbre porque lo estáis haciendo muy mal.
Con el signo de cierre (? !) ya estamos señalando que la frase está terminada, así que volver a poner un punto solo es una redundancia. También por esta razón la siguiente frase después de esos signos empieza por mayúscula.
Otra cosa diferente es colocar una coma o un punto y coma o un paréntesis, que sí se admiten. Pero un punto… ¡no, hijos, no!
Recordad:
*¿Quieres salir conmigo?. ¡Soy un partidazo! (¡Erroooooor!)
¿Quieres salir conmigo? ¡Soy un partidazo! (¡Aciertooooo!)
Así que…, que no os vuelva a ver yo ponerlo mal…

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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