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¿Qué pasaría si Hobbes estuviera equivocado?

El binomio comercio colaborativo caerá en desgracia en unos meses. Palabras como alternativo, autoempleo, sostenible, etc, ya acusan el efecto de la quemazón que produce ser expuestas día sí día también en los titulares de los medios de comunicación Así que aprovechemos el gap. Perdón, aprovechemos la ventana de oportunidad. Uf, hay que admitir que a veces tres letras dicen más que una veintena.

Relendo es una plataforma de consumo colaborativo que permite el alquiler de productos entre personas que se encuentran en una misma zona. Como Wallapop, pero alquilando, vaya. Sus fundadores se plantean, ¿cuántas cosas tenemos en casa que casi no utilizamos… pero de las que no queremos desprendernos del todo? O al revés, ¿cuántas cosas necesitamos y no queremos (o no podemos) comprar porque les vamos a dar muy poco uso? «En el mundo hay un montón de productos en desuso (más de 500 billones) y nosotros queremos darles una segunda vida», lo expresa más formalmente el CEO de la empresa, Dhiren Chatlani.

En realidad lo que propone Relendo es una nueva forma mucho más eficiente y sostenible de consumo, en la que se le dé una mayor importancia al acceso que a la propiedad. No hay duda de que la economía colaborativa está revolucionando la manera en la que las personas utilizan bienes y servicios. Cada vez son más quienes están dispuestos a compartir y alquilar sus cosas, y si no ¿quién iba a pensar hace unos años que la gente compartiría los gastos de un trayecto en coche, o incluso sus propias casas?.

Pero hasta ahora nadie se había ocupado de cosas más pequeñas o más manejables, como una cámara de fotos profesional, una tienda de campaña, o un reloj de marca para dar el pego en la cena con los suegros, no vayan a descubrir que somos mileuristas.

Relendo – ¿Cómo funciona? from Relendo on Vimeo.

Es posible que debamos ir cambiando, paso a paso, nuestro sentido de la propiedad, nuestra responsabilidad social y nuestra percepción del peligro a que nos roben o engañen. Es como una larga fila de fichas de dominó, hay que tirar la primera para ver cómo las demás caen. Prejuicios, temores, ideas preconcebidas… Homo hominis lupus, dijo Thomas Hobbes en el siglo XVII (traducido del latín, «El hombre es un lobo para el hombre») y desde entonces desconfiamos de todo el mundo, sobre todo si se acerca a nuestra cartera.

Pero ¿qué pasaría si Hobbes estuviera equivocado?

 

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