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Creatividad

Los requisitos para ser artista, según Kandinsky

Definir a Wassily Kandinsky como el padre del arte abstracto quizá sea mucho decir. Lo que sí es cierto es que fue uno de sus grandes impulsores. Sus teorías sobre el arte y sobre lo que debía ser un artista quedaron plasmadas en dos libros: De lo espiritual en el arte (1911) y Punto y recta sobre plano (1926).

La obra de este ruso genial es fácilmente reconocible: líneas, puntos y color, mucho color. «Parece la obra chapucera de un niño sin talento de ocho o nueve años», dijo de su estilo Adolf Hitler en 1937. Viniendo de semejante personaje, esa descripción se convierte en el mejor de los piropos. Sin embargo, refleja también lo incomprendido que fue su trabajo en la sociedad de la primera mitad del siglo XX.

Pero ¿qué llevó a Kandinsky a pintar como lo hacía?

«Cualquier creación artística es hija de su tiempo y, la mayoría de las veces, madre de nuestros propios sentimientos», afirmaba el genio ruso. Por tanto, cada movimiento artístico habla y da respuesta a cada periodo histórico en el que se desarrolla.

Para el pintor, el arte nace de la libertad. Cada artista debe encontrar sus herramientas y maneras de expresarse, debe elegir su camino, independientemente de los gustos artísticos de la época en la que se enmarque. Es la manera de avanzar, de crecer. Y, para ello, es fundamental liberarse también de la utilización de la naturaleza como modelo.

Kandinsky comprende que para identificar la realidad no es necesario referenciar sus formas. El arte, asegura, debe ser abstracto por completo. Si se quiere llegar a la esencia, se debe abandonar el modelo.

Sin embargo, algo no puede ser considerado arte si no muestra los sentimientos y la psique del artista que lo ha creado. Kandinsky piensa que la representación del yo interior de cada artista es crucial para lograr la integridad moral. Si una obra no refleja los sentimientos de su creador, no vale nada.

Color Study – Squares with Concentric Circles

«El artista debe tener algo que decir porque su deber no es dominar la forma sino adecuarla a su contenido», afirmaba en De lo espiritual en el arte.

Pero ese yo interior debe ser comunicado de forma eficiente, por lo que el arte debe utilizar sus propios medios, que no son otros que el color y la forma. El mensaje llegará adecuadamente al espectador si ambos logran establecer un diálogo entre sí. Debe existir, pues, un equilibrio entre los dos.

En su ensayo «Sobre la cuestión de la forma», incluido en el libro El jinete azul, Kandinsky afirmaba que la forma debe adaptarse al contenido, que no es otro que el mundo interior del artista.

Vassily Kandinsky, 1923 – Composition 8, huile sur toile, 140 cm x 201 cm, Musée Guggenheim, New York

El color, por su parte, tiene efectos físicos y psicológicos en el espectador. Y cada una de ellos tiene un significado, una personalidad inherente. Así, el verde es como una vaca: pacífica pero fuerte. El amarillo, cálido y terroso, también representa la rabia, la ira, y puede resultar tremendamente perturbador. El azul, sin embargo, representa la serenidad y lo celestial y podría interpretarse como una especie de espiritualidad trascendente.

Kandinsky entiende que esos colores y formas son como las notas musicales de una sinfonía. Unas y otros están asociados. Por eso, asociamos las notas más altas con colores como el amarillo, mientras que las más bajas se identifican con el azul. En función de los tonos que el artista use en su obra, estará provocando distintas «vibraciones en el alma».

Igual que la música no está basada en fenómenos de la naturaleza y es capaz de comunicar el mundo interior del artista, la pintura puede expresar también ese yo interior a través de formas y colores en un número infinito de combinaciones.

Composition X

Un cuadro es, por tanto, como una partitura. Al igual que una composición musical, debe tener ritmo. En su obra Punto y recta sobre plano, profundiza sobre esto. Un artista debería experimentar con la repetición, el orden y la escala no solo con los colores, sino también con el uso de líneas, puntos y otras figuras geométricas.

Todas estas teorías no sirven de nada si no se ejercitan. «El espíritu, como el cuerpo, se fortalece y desarrolla con el ejercicio», decía Kankdinsky en De lo espiritual en el arte. «El cuerpo abandonado se vuelve débil e impotente, y lo mismo le sucede al espíritu. La intuición innata del artista es un talento evangélico que no debe enterrar. El artista que no hace uso de sus dotes no es más que un esclavo perezoso».

Composition IX

Por tanto, era fundamental para el genio ruso experimentar continuamente, porque el arte y el artista están llamados a contribuir al desarrollo y a la sensibilización del ser humano, de su espíritu, ya que ayuda a hacernos más conscientes de lo que nos rodea y de lo que vivimos en nuestro interior.

El principal cometido del artista es iluminar el alma humana. Sus pensamientos, sentimientos y actos tienen el poder de afectar a la espiritualidad de la sociedad. El artista está obligado, en su opinión, a crear un impacto positivo en el mundo en el que vive.

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

3 respuestas a «Los requisitos para ser artista, según Kandinsky»

Una concepción muy contemporánea del arte, tal vez muchos no entendemos la postura de Kandinsky… pero el arte es así: se adelanta a su tiempo.

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