Atribuyen a George Bernard Shaw ese viejo axioma de que la estadística es esa ciencia por la que si uno tiene dos coches y tú no tienes ninguno, uno de esos es tuyo. Viniendo de alguien que fue capaz de ganar un Nobel y un Óscar, lo que estadísticamente le sitúa entre el conocimiento y el espectáculo al más puro estilo Miki Nadal, no es una frase casual.
Las estadísticas, a diferencia de las encuestas, sirven para representar lo que se ha sido y normalmente ya no es. Quieras que no, recopilar los datos, cribarlos, contabilizarlos y representarlos lleva su tiempo. Para hacernos una idea, el INE tarda casi un año en publicar los datos de población, así que, por definición, cuando se publican ya son obsoletos porque pertenecen al año anterior. Ahora bien, ¿hay algo más voluble y caduco que los datos demográficos de un país entero?
Ese mismo INE publica cada año un anuario estadístico, recogiendo las cifras más llamativas y representativas de nuestro país. Son, parafraseando a Shaw, un retrato homogéneo de un territorio tan plural como cualquier otro. Fiables en lo matemático, claro, pero que de nada sirven sin contexto.
Sin embargo, lo curioso del pasado es que muchas veces sirve para ilustrar el futuro: para entender la crisis de hoy nada mejor que ver las cifras económicas y bancarias de hace una década, así que… ¿qué mejor manera de esbozar cómo será nuestro país en el futuro que viendo cuáles son las tendencias actuales —perdón— recientes?
Cifras sobre el futuro
España es un país de futuros abogados y economistas: uno de cada cinco jóvenes estudian para ello en nuestras universidades. Bueno, en realidad también es un país de eso ahora mismo porque, pensándolo bien, muchos de los puestos de trabajo que hay en la administración pública (incluyendo políticos) y en la gestión empresarial vienen de ahí. Eso sin contar, claro, con los futuros profesores, porque si juntas los de Infantil y los de Primaria logran superar a los abogados (que ya es decir).
Ahora bien, un dato para la reflexión: hay tantos estudiantes de Ciencias Jurídicas y Sociales como de ingenierías, Arquitectura, ciencias (así, en general), Artes, Humanidades y Ciencias de la Salud juntas. Y eso que hay un 5% menos que el año pasado.
Habrá que ver en ese futuro si estas carreras, además de ser las más demandadas, dan también dinero, así en general. Porque de momento ese mapa del futuro pasa porque menos de la mitad de la gente es dueña de su casa. Esto quizá en otros países con una potente cultura del alquiler no sería un problema, pero en España es sintomático. Además, casi una de cada tres viviendas tiene pagos pendientes —es decir, en manos de bancos o deudores—.
Pero tranquilos, que hay buenas noticias: la esperanza de vida aumenta a un ritmo de 0,2 años por cada año que pasa. Eso de momento no nos convierte en técnicamente inmortales, pero teniendo en cuenta que la esperanza de vida actual es de 82,87 años, si se mantuviera el crecimiento actual para el año 2102, la media sería ser centenario. Y con eso ya da para pagar la hipoteca tranquilamente.
Cifras demográficas
Por seguir hablando de cifras demográficas, aunque sin abandonar el filón de la vivienda, hay que tener en cuenta que todo depende de la cantidad de gente que viva allá donde estés: si en tu zona hay mucha vivienda vacía para poco demandante lo normal sería que el precio bajara, ¿no? Bueno, claro, no, estamos hablando del mercado inmobiliario. Seguimos entonces.
España será una (de momento), pero muy igual no es. Por poner dos extremos en lo que a densidad de población, en Melilla es diez veces mayor de lo que es en Madrid. Y, además, la cosa va para largo porque en la Ciudad Autónoma, a base de estar juntitos, la natalidad casi cuadruplica la de Zamora. El roce hace el cariño, ya se sabe.
Así las cosas, tenemos hijos, pero mucho más tarde que antes (y esto, claro, tendrá efectos en los padres de la España futura): la edad media actual de la maternidad es a los 31,8 años (en esto sólo se cuenta a las mujeres por motivos evidentes). Y España en esto es líder: en ningún país de la UE se tienen hijos siendo tan mayores.
España ya no es lo que era, ni en lo de tener hijos ni en lo que antaño iba indefectiblemente ligado a eso: casarse. Ahora mismo menos de la mitad de los niños (un 42,7%) nace de padres casados, y eso que los matrimonios repuntan (un 3,7% más)… aunque los divorcios repuntan aún más (un 5,7%). Así las cosas, nos casamos menos y nos separamos más. Y encima, nos casamos más tarde: a los 32 años ellas (después de tener hijos, según diría Shaw) y a los 34 ellos.
España no es lo que era, y ni siquiera es lo que es, porque no es igual de española en todos los lados: en Jaén apenas hay población extranjera, con apenas un 2,5% de la población. Por no ponernos de acuerdo ni siquiera nos morimos igual: en Ourense la tasa de mortalidad dobla a la de Las Palmas. Será por el tiempo.
Cifras sobre sexos
En plural, malpensado: sexos (es decir, géneros), no sexo. En esto, tristemente, España no ha cambiado tanto y quién sabe si lo hará en el futuro: en nuestro país las mujeres ganan de media un 76% de lo que ganan los hombres.
También hay diferencias en los puestos de trabajo: casi ningún hombre (menos de un 20% del total) es enfermero, psicólogo, logopeda, terapeuta ocupacional o dietista. Mucho más igualado está el ratio de dentistas, veterinarios, podólogos o químicos, por citar algunos ejemplos.
La salarial, por desgracia, no es la diferencia más marcada entre sexos: hay el doble de mujeres víctimas de la violencia doméstica (aunque por presencia en los medios el ratio parecería aún más desequilibrado) y el triple de hombres denunciados por esta razón (aunque, de nuevo, parecería que el ratio fuera aún mayor)
La pregunta, por tanto, de si la España del futuro será más igualitaria pasa tanto por el ámbito laboral como por el social. Todo hace pensar que sí —por ejemplo, que ahora se visibilice, cosa que antes no sucedía—.
Cifras empresariales
Quizá, quién sabe, el futuro pase por que cada uno se monte su empresa. Eso que antes llamaban autónomo y ahora llaman emprendedor, sin ser lo mismo, y que se supone que viene a paliar el problema del desempleo. Pues bien, actualmente más de la mitad de las empresas activas en España no tienen asalariados y sólo un 4,1% tiene más de 10 trabajadores.
¿Y a qué se dedican esas empresas tan pequeñas en su mayoría? En el pasado España exportaba, vivía mucho del turismo y tenía hasta industria. Ahora España es un país eminentemente centrado en los servicios (turismo incluido), pero no somos líderes en eso: el único sector productivo en el que somos líderes es en el de transporte y almacenamiento.
El negocio, en cualquier caso, es la venta de productos, que centra el 77,8% del ingreso total, aunque los servicios —que incluyen venta— son los mayores empleadores (el 76% de los trabajadores están ahí).
Ahora bien, la pregunta del millón para dibujar la España del futuro inminente es: ¿dónde está el dinero? Estas son las profesiones en las que más se paga. Otra cosa será que en el futuro inmediato la cosa siga igual.
5 respuestas a «Retrato de la España que viene»
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Hola soy mexicano viviendo en Madrid hace un año, vengo de vivir 8 años en Austin, Texas USA, lo digo y lo repito, los españoles se menosprecian. España esta mejor que Estados Unidos, se vive mejor y tiene mas que ofrecer. España es una potencia, Turistica, Agroalimentaria, Universitaria, Cultural, de Ingenieria, Deportiva, etc. Estoy encantado de ayudar y crecer a mi familia aqui.
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