El huevo Pokémon de los 2 kilómetros, de los 5 km, de los 10 km. Energía cinética para conseguir productos virtuales. Me pregunté si el próximo paso sería 15 millones de méritos (2012), el episodio de Black Mirror (si no te gustan los spoilers, no sigas). En él, jóvenes que viven en cubículos pedalean en bicicletas estáticas para impulsar un avatar tridimensional a través de distintas pantallas y generar electricidad.
Los jóvenes reciben méritos (puntos) por los kilómetros recorridos que canjean por agua y comida, y productos virtuales y televisión de pago. Sería un bonito sueño capitalista: una sociedad que genera beneficios sin ser consciente de ello. La palabra juego es más divertida que la palabra trabajo. Una metáfora del capitalismo al que algunos intelectuales dan por muerto. No. El capitalismo no se muere ni anda moribundo: ha sabido adaptarse a los tiempos y las circunstancias y las tecnologías.
El capitalismo pasó en poco tiempo del «si trabajas duro, podrás conseguir tus sueños» a «si tienes trabajo, no te quejes». La publicidad es un reflejo de la metamorfosis. Durante la supuesta bonanza, la publicidad decía: «presume de…». Ahora, la frase estándar es: «[esto no es necesario, pero] date un capricho». «Mímate», «cuídate», «date un respiro», «porque yo me lo merezco (tras un duro día de trabajo mal pagado)». Así, en piquitos, el dinero cuya capacidad adquisitiva mengua, sigue manteniendo el sistema capitalista.
La idea de «date un capricho» también está presente en 15 millones de méritos. Aunque para muchos, pasarse el día jugando es un sueño, para otros es una manera forzada de ganarse la vida. El sistema, consciente del descontento de algunos, controla la mentalidad crítica con regalos virtuales. Una nueva gorra para el avatar, sexo virtual o videojuegos o violentos programas de televisión acallan las réplicas agotando cuerpos y mentes. Hasta el próximo día. De la bici al cubículo y del cubículo a la bici.
La única vía para escapar de la rutina en 15 millones de méritos es colocarse en un canal de televisión. No importa haciendo qué. El primer paso es hacerse con 15 millones de méritos. La televisión está a medio camino entre el subsuelo y la superficie en la que el zumo de naranjas es natural. Hay que caer en gracia al público y al jurado réplica de Factor X.
Puede que no tengas talento para cantar, pero si eres mona, el público masculino te adorará. Si estás gordo, puedes servir para el desahogo ajeno si estás dispuesto a soportar las burlas.0
Bing, el protagonista, tiene como intención revelar al mundo «grandes verdades». Lo hace. Y recibe el aplauso de las masas. Y tal como en Network, un mundo implacable, se convierte en el disidente oficial, el iluminado cuyas frases dan para camisetas. Otra metáfora de la supervivencia del capitalismo: patrocinar a un revolucionario. Como tantos otros en la historia.
Las últimas escenas cuentan que el capitalismo permite la disidencia lucrativa. No es nuevo. El episodio mismo es una paradoja. Si se quiere, incluso una burla. Black Mirror está producido por Endemol, creadora del alienante Gran Hermano y otras telerrealidades. Alienante en tanto que ha dicho a una generación de espectadores que para salir en televisión no necesita ser cantante o actor o haber hecho algo relevante.
Endemol ejemplifica la dualidad del capitalismo: congrega el pensamiento poco crítico (Gran Hermano) y satisface al pensamiento autodenominado diferente (Black Mirror). Tras Endemol está Goldman Sachs, uno de los grupos de banca de inversión y valores más grandes del mundo. Esto no es raro.
Por ejemplo, tras Mr. Robot está Comcast Corporation, propietaria de NBC Universal que posee a USA NETWORK, productora de la serie. Además de producir televisión, Comcast provee internet y telefonía a Estados Unidos y Latinoamérica, y posee los derechos de las Olimpiadas de Río para Estados Unidos.
Las consignas antisistema con las que se publicitó Mr. Robot están calculadas. Disidencia mercantilizada. Parece que pocos han reparado en ello. Esto no resta interés a la serie, pero lleva a pensar: ¿hay disidencia sin patrocinio? Hace ver que el capitalismo no teme dar alas a quien le cuestiona… si atrae a millones de seguidores, millones de clientes. La disidencia es otro nicho de mercado.
25 respuestas a «Black Mirror: el capitalismo permite la disidencia si produce beneficios»
Falso. Estas series alimentan que las sospechas son ficción. Al final, si se da una conversación algo seria —casi imposible, la gente no quiere ni problemas ni complicarse que bastante sufre ya en x…— sólo sirven para que alguien termine usando la muletilla de «como en las series» y en realidad entrelazando esa posibilidad a ficción. Porque no se puede llegar a ningún tipo de conclusión sólo viendo esos capítulos, es necesario procesar muy variada información y pensamiento propio. El poder tras el capitalismo jamás permitiría que se desgranasen con sencillez didáctica los sencillos trucos que impiden a los ciudadanos acceder al control de su poder. Todo es muuuuuuy complicado.
[…] El capitalismo permite la disidencia si produce beneficios […]
No, no… tienes razón. Si algo te enseñará el capitalismo es a vender, por encima de si te estás metiendo con él o con quién. La «diana» del capitalismo es cambiante, salta de uno a otro, y encima es anónimo… no hace mucho que se acusaba con razón en la tele a cierta clase social y religiosa; yo temo más por los símbolos que significan, manipulan (o dicen que conectan) a qué gente, descendientes de qué ideas… porque al final lo que destroza no son los pensamientos, sino las ideologías llevadas a un extremo y ejecutadas como un preso.
Lo que está claro es que, la venganza, incluso contra el propio sistema, no lleva a nada sino a más violencia, o incluso represión si se trata de dialéctica. «Todo cae por su propio peso», pero si en lugar de denunciar, criticas y señalas, estamso ganando todos más.
Pensaba que hablaría más de los «problemas» que podría generar un programa o aplicación que literalmente «hiciera mover al mundo», solo veo ventajas, qué quieren: consumo local, desgaste de calorías, menos gasto en salud por problemas cardíacos, y mejora de la relación social.
El problema viene cuando se quiere Imponer o Controlar y manipular hasta la natalidad o gestación de una sociedad entera como puede ser hasta el gran apagón de NY.
Fuera de si ficción o no, toda ficción es realidad, pero no toda realidad es ficción.
En el mismo sentido del artículo, recomiendo el libro «Rebelarse vende» de los profesores Joseph Heath y Andrew Potter https://books.google.es/books?id=HFLrOwAACAAJ&dq=el+rebelarse+vende&hl=es&sa=X&redir_esc=y
Las élites buscan distinción y, para ello, patrocinan la vanguardia. Siempre ha sido así en el arte y es la base de su progreso.
En mi opinión no existe un verdadero movimiento anti sistema por la sencilla razón de que sólo hay un sistema y, por lo tanto, cualquier variante está incluida en él. El cambio de sistema lo dará el sistema mismo en su conjunto cuando llegue a su límite de crecimiento. Nunca será sólo por el impulso de una de sus partes.
Me temo, JFRM que hemos visto series distintas. El mundo de ’15 millones de méritos’ no está en la cabeza de los protagonistas. Los villanos de ‘Mr. Robot’ existen en el mundo de Elliot Alderson (aunque este hombre tenga visiones). Los protagonistas no se despiertan como Antonio Resines en ‘Los Serrano’ y ven que todo ha sido un sueño. Los protagonistas no son Quijotes que ven molinos. No. Estas series no alimentan que las sospechas son ficción. Lo que no significa que todas las sospechas sean ciertas en el mundo real, en el tuyo y el mío. Por eso coincido contigo en que la realidad es demasiado compleja para encerrarla en las series.
Sí. Estoy de acuerdo: estaría bien que el movimiento del cuerpo creara energía, pero no como en Black Mirror. Lo tomo como punto de partida. Estoy de acuerdo contigo de no emplear la violencia para hacer un mundo más justo; sería una incoherencia.
Gracias por la pista, Pedro.
Disidencia controlada…. Ya.
Claro, por eso no vemos que el capital promocione a gente como Chomsky, David Harvey, Marx, Bakunin, Durruti, Emma Goldman o Rosa Luxemburgo.
Claro, por eso vemos al capital perseguir cualquier alternativa a su modelo de organización social a través de sus fuerzas represivas.
Claro, es que entender que Mr Robot o Black Mirror, o cualquier serie de ficción emitida en canales de tv capitalistas, o cualesquiera otros productos «culturales» que siguen los canales de producción y distribución capitalista, es disidencia demuestra una ignorancia tan grande que revuelve el estómago.
En este medio, capitalista también, deberían dedicarse a analizar las series como lo que son, sin más pretensiones.
Y que dejen el anticapitalismo para los que lo tienen un poco más estudiado. Y la disidencia para quien le caracteriza por su forma de entender el mundo.
El capitalismo no promociona Chomsky, David Harvey, Marx, Bakunin, Durruti, Emma Goldman o Rosa Luxemburgo porque no dan dinero. El título del artículo lo deja claro: ‘El capitalismo PERMITE la disidencia si produce beneficios’. No puedes negar, Fel, que estas series se han vendido para gente que creer pensar contra el sistema o está harta de él.
Ahora, tengo una duda: supongo que estás de acuerdo con la libertad de expresión, pero me pides que no escriba porque no hablo de lo que te gusta en los términos que te gusta. Sin embargo, yo te invito a que comentes lo que desees de todos mis artículos. 🙂
Lo de que no dan dinero, ¿se plantea desde la perspectiva capitalista? Si es así, lo mismo nos sorprenderíamos…
Que un producto capitalista se venda como disidente solo puede convencer a quien no tiene ni idea de lo que es el capitalismo, ni lo que es su «disidencia». De ahí que esa ignorancia provoque náuseas.
En cuanto a la libertad de expresión, claro que estoy de acuerdo con ella. Y cuando digo que sería mejor que en este medio se dedicaran a analizar las cosas de otra manera, teniendo en cuenta el nivel de conocimiento de lo que es el sistema capitalista, su funcionamiento y sus medios de represión para la «disidencia», es simplemente un consejo. El uso del condicional así lo refleja. Usted es guionista, debería tenerlo claro. Y por otro lado, ni puedo ejercer, ni ejerceré poder sobre su libertad de expresión para coartarla, o prohibirla. Ya sabe usted que «ejercer el poder corrompe, y someterse a él, degrada».
Y claro que no me gustan los términos que se usan para hablar de lo que aquí se habla. Y por eso lo digo. ¿Hay algún problema? ¿Por qué siempre que a algún articulista se le critica, saca a relucir la liberad de expresión para defender SU libertad de expresión, sin darse cuenta de que esta poniendo en tela de juicio la libertad de quien le critica?
Por cierto, su «Estás publicando comentarios demasiado rápido. Frena.», ¿qué tal?
Fel, ¿te aparece “estás publicando comentarios demasiado rápido. Frena.”? Es un mensaje de WordPress que no anda fino.
Ningún problema con tus comentarios, Fel. Solo intecambiamos puntos de vista.
Es porque no viste el capítulo y no has visto la serie. Te la recomiendo
A pesar de que hay algunas cosas que no comparto del todo, tu artículo me ha parecido extremadamente interesante. Y hay una frase en la que coincido completamente: «Otra metáfora de la supervivencia del capitalismo: patrocinar a un revolucionario. Como tantos otros en la historia».
En cuanto lo he leído no he podido evitar pensar directamente en Tyler Durden, tanto el que nos vendieron en ‘Fight Club’ (película) como en «El Club de la Lucha» (libro). En ambos casos se puede entender a este «antihéroe antisistema» como una especie de mesías (dejando de lado la lectura heteropatriarcal del personaje) para la destrucción del capitalismo y de todos los valores, la moralidad y la ética de la sociedad occidental contemporánea. Pero ahí está. Y es ficción.
Y, para colmo, esa frase (tu frase) coincide todavía mejor con la secuela de «El Club de la Lucha» (libro): «El Club de la Lucha 2» (cómic). El mito queda desmitificado y el capitalismo, absuelto.
Gracias por tu artículo. Me ha encantado.
Bien traído lo de ‘El Club de la Lucha’.
El capitalismo da cabida a «revolucionarios» si estos van a llevar al desagüe al resto. Black Mirror no sé, pero en Mr Robot sólo pueden hacer la revolución un grupo de hábiles informáticos con unos cuantos ordenadores. ¿Y el pueblo, qué? Es el mismo cuento de siempre contado de otra forma. Son sólo las élites, los grupos más capacitados, los que mueven el mundo. El resto del pueblo está de adorno, contemplando la moneda caer, rezando para que caiga cara o cruz, sin poder hacer nada.
Y si vendes ese cuento, el capitalismo te recibe con los brazos abiertos, como es el caso de Podemos. Tienes un día a Pablo Iglesias cantando la Internacional y al siguiente diciendo que Ana Botín no es «casta», que la OTAN democratizó el ejército español y que a lo máximo que podemos aspirar es «a un papel redistributivo desde el Estado», «los revolucionarios somos muy pocos y mañana hay que dar de comer a la gente».
El capitalismo y los capitalistas tienen muy claro su enemigo, no nos equivoquemos. En 26 de febrero del 2000, Timothy Garton Ash escribía para El País las conclusiones de una cena de empresarios, políticos e intelectuales durante la cumbre anual del Foro Económico Mundial celebrada ese mismo año, en el que se plantearon la siguiente pregunta. ¿Cuál fue la mayor metedura de pata del siglo?: «Mi principal candidata (…) es la decisión del gobierno imperial alemán de conceder a Vladimir Ilich Uliánov (alias Lenin) un salvo conducto por tren a través de la Europa Central (…) de Zúrich a Finaldia, y desde allí, a la estación Finlandia en San Petersburgo en 1917. (…) Fue el billete de tren más caro de la historia.» La toma del poder en la URSS y la fundación del primer Estado socialista fueron la primera ficha caída del dominó del capitalismo mundial.
Por supuesto, cualquier rabieta subjetiva contra el sistema, cualquier proyecto aparentemente revolucionario pero que no planteé estos objetivos (¿y qué consideramos revolución sino la toma del poder?) tiene cabida dentro del capitalismo y puede generar beneficios, o en el caso de partidos como Podemos, o en su día el PSOE y el PCE, reconducir por el desagüe todo el movimiento popular contra el expolio y la opresión.
Creo que el hecho de que la serie la produzca Endemol es una simple coincidencia. No creo que exista una conspiración para reírse de nosotros en la cara (aparte de la de los que están saqueando el país).
Si buscamos conspiraciones, a lo mejor podríamos fijarnos en que este capítulo sí fue finalmente censurado, porque cuando se eliminó de la edición en blu-ray española, supuestamente por un problema de derechos musicales pero, seguramente, (música de misterio) debido a oscuros intereses.
Vamos, tuvo que ser una conspiración (CHANNNN) fijo, porque:
-Endemol también es la productora de Operación Triunfo, que se basa en música ajena. Tendrían que saber negociar los derechos musicales mucho mejor de lo que han demostrado aquí.
-Este capítulo es una maravilla, para mí el mejor, y dejarlo fuera es absolutamente inexplicable y un motivo para no comprarse esa edición (que, de hecho, acabó saldada).
Si esa situación no se arregla, digo yo que lo que habrá que hacer es un remake español en el que suenen canciones más fácilmente conseguibles, por ejemplo de Isabel Pantoja, Alejandro Sanz o El Fary.
No entiendo la «reflexión» del artículo… Black Mirror tiene lo mismo de disidente que Gran Hermano (o sea, nada), ninguna de las dos fue creada para generar una revolución. No conozco a nadie -dudo que lo haya- que después de ver un capítulo de Black Mirror decida cambiar su realidad o su vida.
Al final son productos televisivos para generar dinero; por lo que tampoco sorprende, ni es un gran descubrimiento quién está detrás de su producción y distribución. Es más que obvio que serán grades compañías capitalistas. No conozco ninguna productora o distribuidora integrada por anarquistas revolucionarios y que aparte cuenten con el capital para una producción de esa magnitud.
En pocas palabras que Black Mirror tenga una temática disidente no la hace para nada algo disidente. Y sí hay disidencia sin patrocinio, pero dudo que la encuentres en una serie televisiva.
H., en ninguna línea de este artículo, NINGUNA, está escrito que estas series estén concebidas para promover una revolución. NINGUNA. Están concebidas para satisfacer a quiénes quieren que las cosas cambien, pero no tienen fuerzas ni medios ni esperanzas.
No hablo de conspiraciones, Danda. Solo hablo de aparentes contradicciones de cómo tras los mensajes «revolucionarios» de series y películas está la financiación de grandes corporaciones. Pero no por que conspiren para esto o lo otro. Simplemente, son negocios.
Escuchar a la Pantoja pedaleando sería para muchos cosa de una distopía realmente perversa.
«Rezando para que caiga cara o cruz, sin poder hacer nada», sí María, por desgracia así estamos.
[…] series, y en la cultura de consumo en general, viene también a ser adecuada al verla. Recomiendo este artículo, que se centra en Black Mirror, pero que también es aplicable, y de hecho menciona, a Mr. […]
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