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Rob Fitzpatrick: «Los emprendedores tienden a hablar solo de lo bien que van sus proyectos»

Rob Fitzpatrick es un joven emprendedor londinense que en los últimos cinco años ha arruinado con éxito 2 empresas, Habit Industries y Nvana. Recientemente ha ayudado a General Assembly en su expansión por Europa y, actualmente, combina sus clases en la Escuela Universitaria de Londres (UCL) con su trabajo de mentor y consultor en algunas incubadoras y aceleradoras de prestigio. Con su último proyecto, 10K GBP Bootstrap Challenge quiere demostrar que con 10.000 libras es posible construir un portofolio de proyectos de los que poder vivir.

El ingenio de Rob Fitzpatrick y el entusiasmo de David Guerra, de Motion For Startups se unieron la semana pasada en las oficinas de Wayra en Reino Unido para relanzar la sesión de charlas y conferencias de Iniciador en Londres.

¿Qué recuerdas como lo mejor y lo peor de tus inicios como emprendedor?

Mi primera empresa la inicié junto con unos amigos nada más salir de la universidad y la sacamos adelante gracias a un programa de Ycombinator. Éramos cuatro amigos muy creativos y no sabíamos decir que no a nada. Eso fue a la vez bueno y malo.

Cuando se lanza un producto al año, solo puedes aprender de ese único proceso pero cuando creas o diseñas un producto o idea cada semana, puedes aprender algo nuevo cada semana. Ese primer proyecto llegó a ir bastante bien. Trabajamos con clientes de la industria del entretenimiento como Sony o la MTV pero terminó siendo un negocio que me disgustaba mucho y que finalmente abandoné. La publicidad puede ser un negocio muy cínico.

¿Por qué cuentas tan orgullosamente tus fracasos empresariales?

Es muy importante ser consciente de que nuestra empresa o proyecto puede fallar y hay que prepararse por si eso ocurriese del mismo modo que nos preparamos para el éxito. Todo emprendedor tiende a prepararse para el éxito y pensamos en qué haremos con el dinero de la siguiente ronda o en qué invertiremos la fortuna que haremos cuando vendamos.

Muy pocos tienen en cuenta que el fracaso o el no es también una opción y, por tanto, cuando esto ocurre, cuando falla el proyecto -muchos lo hacen-, la caída es muy dura.

En los eventos o reuniones de emprendimiento, los empresarios tienden a hablar de lo bien que van sus empresas, de lo maravilloso que son sus productos, de la gran aceptación que está teniendo en el mercado, etc. Eso, la mayoría de las veces, es mentira o no del todo cierto. Son muchos los momentos duros, se cometen errores a diario y a cada momento surgen problemas nuevos que hay que aprender a resolver. La competencia es dura y se necesita ayuda. Es importante ser honesto con uno mismo y no tener miedo a contar esta realidad de nuestros negocios, productos y mercados.

¿Has conocido mucha gente interesante con la que trabajar en estos últimos años?

Hay gente de muchísimo talento por todos sitios pero honestamente, ahora mismo yo solo podría nombrar tres o cuatro personas que haya conocido a lo largo de mi vida con las que me embarcaría en un nuevo proyecto. No se trata solo del talento, que lo hay, sino de que esa persona te inspire la confianza y transmita la motivación suficiente como para dejar todo y compartir tu vida durante los próximos años. Encontrar a ese tipo persona en tu entorno no es fácil.

¿Qué hay de verdad y qué de falso en toda la escena Start-ups? ¿No crees que hay mucho ruido y que están apareciendo demasiadas celebrities?

Es cierto que hay mucho ruido y a veces cuesta centrarse y separarse de él. También hay celebrities en este mundo pero por suerte aquí (en Londres) aun no llegamos al nivel de San Francisco, donde incluso hay un reality show con emprendedores e inversores. Hay que aprender a reconocer la crema y cuando es necesario hay que saber abstraerse de las distracciones. No obstante, ese ruido es a veces divertido y necesario para crear la comunidad que una ciudad necesita para emprender.

Y tú, ¿cómo te abstraes de ese ruido?

En Londres yo vivo en la zona donde se concentran la mayor parte de la comunidad tecnológica de la ciudad y es muy fácil verse envuelto en ella y ser arrastrado y distraído con eventos o reuniones que no son siempre necesarias. No obstante, cuando realmente necesito centrarme en algo que requiere mi atención al 100% o necesito programar, me quedo en casa trabajando o me voy a una cafetería recóndita, me pongo los cascos y programo mientras escucho música durante algunas horas sin que nadie me distraiga.

¿Y qué música escuchas en esos momentos?

Suelo escuchar listas de reproducción que la gente crea en las radios online. Últimamente he programado escuchando listas de rock, de blues o de clásica. Para trabajar también me gustan las óperas rock y las baladas folk.

¿Qué otras artes o artistas te gustan?

Me gusta lo que hacen algunos humoristas como Louis CK, Ricky Gervais, etc. Para mí la carrera de estos monologuistas tiene un gran paralelismo con la carrera de un emprendedor. También me gusta ver como algunos progresan de “grafiteros” a “artistas callejeros” y finalmente pasan a ser “artistas super ricos”. Banksy fue el primero y recientemente en mi barrio ha ocurrido con Malarki y Pablo Delgado. Es un itinerario o recorrido contrario a lo que podría parecer ser lo correcto y que en cierta medida me recuerda a construir proyectos web “ridículos o bobalicones” que se abandonan para terminar convirtiéndose en puntos de entrada a otro tipo de “negocios serios”

Muchas gracias, ¿quieres una cerveza?

Si

Rob comparte su experiencia, sus conocimientos y los progresos de sus proyectos en The Startup Toolkit y se le puede encontrar cada lunes en la Startup Burger Night que él mismo organiza.

Por José Alberto Benavides

José Alberto Benavides dialoga en Twitter con el nombre de usuario @JoseLond.

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