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Rompotodo, en Festivalet: «La artesanía es una forma de activismo»

Candelabros fantasmas, serpientes posavasos, saleros con forma de corazón, barita mágica, gatos difusores… «Cosas raras», puntualiza Nikki, la creadora y fundadora de Rompotodo. Todas esas ideas salen de su cabeza y toman forma a través de la cerámica. Una técnica que, dice, descubrió como por arte de magia y que le permite expresarse a través de su trabajo. «Es una manera de relacionarme con el mundo».

Autodidacta al 100%, la inquietud mental y manual de la argentina la llevaron a experimentar con todo tipo de materiales y técnicas (fanzines, felpa…) hasta que se decidió por la cerámica. «Me permite crear diseños más mágicos». Formas que transmite a objetos cotidianos porque para ella hasta lo más mundano puede ser bello. «Lo necesito para vivir».

Hace un tiempo, sus anilleros que emulan unas «piernitas vueltas del revés» se convirtieron en uno de sus productos estrella. Ahora lo son sus pipas. «Es un mercado nuevo. Con la legalización en EEUU y Canadá hubo un crecimiento exponencial de lo que es el movimiento del cannabis. Me encanta ser parte de él».

Tantos estas como el resto de sus productos los vende por internet, «su hogar», como lo considera: «No salgo mucho, me manejo sobre todo en la red. Ahí encontré mi nicho, mi espacio sin límites». Frente a los que despotrican sobre la hiperdigitalización de este mundo, Nikki considera a las redes sociales un acicate para movimientos como el feminismo o la ecología. «Sin internet no habría tanta conciencia global sobre estos temas».

Para ella, además, es su principal canal de venta. La cuenta de Instagram de Rompotodo es su escaparate. Desde allí vende sus productos sin límites geográficos y de ningún otro tipo: «Van dirigidos a todo aquel al que le puedan ser útiles. Al igual que a mí, porque todos mis diseños son inventos que necesitaba que formaran parte de mi vida. Así que si a alguien más les sirven, ¡bienvenidos!».

La elección del nombre vino sola. Rompotodo es el apodo que Nikki eligió para sus perfiles en redes sociales: «Rompotodo soy yo. Soy como un rompecabezas que nunca encontró su lugar. Rompo todo, así soy. Porque para construir algo hay que destruir primero las viejas estructuras».

Mientras termina de preparar «las valijas» para viajar a Barcelona con su familia y buena parte de sus creaciones, Nikki confiesa por teléfono que la razón de ser de Rompotodo se lo debe, en gran medida, a su psicólogo: «Fue él quien me animó a compartir con el resto de gente. Antes creaba todo el tiempo, pero no lo compartía con nadie. Me animó a hacerlo y así, lo que empezó como un hobby, terminó siendo un negocio en el que trabajamos mi marido y yo, y que se ha convertido en nuestra fuente de ingresos».

El motivo del viaje transatlántico de la familia Rompotodo (además de Leo, su marido y 50% de la firma, también viajan sus hijas) es la presencia de la marca en Festivalet, la feria de artesanos y diseñadores independientes que celebra su 12ª edición el 14 y 15 de diciembre en el Museu Marítim de Barcelona.

Es la primera vez que Rompotodo participa en un evento fuera de Argentina. Nikki no esconde su entusiasmo ni lo necesario que considera este tipo de encuentros: «La artesanía es un tipo de activismo, tanto para el que crea como para el que compra. Consumir algo que hace una persona no es lo mismo que comprar en un supermercado algo hecho en una fábrica. Es humanizar el consumo. Es respeto, tanto para el que lo hace como para el que lo consume. La compra irracional solo sustenta estructuras que no son útiles».

Filosofía que comparte con los organizadores de Festivalet, que desde 2009 apuesta por el consumo responsable apoyando a los pequeños emprendedores artesanos.

«Desde el inicio del festival hemos visto muchos cambios en la sociedad y en el consumidor. Y ahora más que nunca es tiempo de replantearnos la forma en la que consumimos. Comprando a pequeños creadores estás ayudando a la economía local ya que los artesanos producen en talleres y fábricas de su entorno y reduces el impacto ambiental adquiriendo productos de proximidad», explican en nota de prensa.

Otro de los alicientes para los visitantes, añaden, es la oportunidad para desvirtualizar a marcas y artesanos que han conocido a través de internet y descubrir otras muchas. Además de encontrar regalos que no existen en los circuitos comerciales habituales, comprar sin intermediarios y conocer a la persona que creó ese producto.

En esta edición, el encuentro volverá a contar con los talleres creativos impartidos en colaboración con la editorial Gustavo Gili. La oferta de este año se compone de los siguientes:

  • Construye tu propio terrario con cristal reciclado.
  • Aprende a hacer terrazo de colores con resina.
  • Tricot punto nórdico con agujas circulares.
  • Cosmética natural.
  • Tapiz de alto lizo para principiantes.

Los interesados en participar en alguno de ellos, tienen hasta las 23:00 h. del viernes 13 para inscribirse aquí.

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