Icono del sitio Yorokobu

Run, Forrest, run! (Lo quiero para ayer)

slowlife

«¡Corre, Forrest, corre!» le gritaba Jenny a Gump, y eso es lo que el mundo nos grita ahora. Deprisa, deprisa. No querrás quedarte atrás, no puedes llegar tarde, lo quiero para ayer… Quién no ha ‘parido’ una campaña la noche antes de su presentación y ha visto el sol preparando bocetos, stories, animatics… Quién no ha recibido un briefing del equipo de cuentas a dos días de la fecha límite. Quién no ha escuchado la odiosa pregunta: «¿Esto te lo quitas rápido, verdad?»

El mundo que estamos creando cada vez nos da más dolores de cabeza y nos quita más satisfacciones. La familia, la pareja, los amigos… han pasado a ser secundarios en pos del trabajo y las obligaciones que éste exige. Pero el trabajo tampoco nos recompensa pues las satisfacciones que debería aportarnos, al menos para aquellos que amamos lo que hacemos, se ven reprimidas por los tiempos de entrega y la velocidad con la que debemos actuar y trabajar.<

Cada vez más gente se pregunta qué tiene de bueno esa velocidad que todos veneran. Cómo podemos preferir hacer las cosas lo más rápido posible a hacer las cosas lo mejor posible.

Cuestionando esta dinámica crece el movimiento Slow. Nacido Slow Food como contrapunto del concepto Fast Food, este movimiento se ha ido expandiendo a otras áreas, slow reading, slow parenting, slow travel, slow art y slow design.

En palabras de Carl Honoré, autor del best seller In Praise of Slow: How a Worldwide Movement is Changing the Cult of Speed. Vintage Canada (2004), «es una revolución cultural contra la idea de que más rápido es siempre mejor. La filosofía de Slow no se trata de hacerlo todo a paso de tortuga. Se trata de tratar de hacerlo todo a la velocidad correcta. Saboreando las horas y minutos en lugar de sólo contarlos. Hacer todo lo mejor posible, en lugar de tan rápido como sea posible. Se trata de la calidad sobre la cantidad en todo, desde el trabajo a los alimentos para la crianza.

Disfrutando del trayecto

Apunta también Honoré que estamos tan obsesionados con el destino que hemos perdido el arte de disfrutar del camino. Debemos pararnos y pensar detenidamente cómo dedicarle a cada cosa el tiempo que ésta precisa. Hablamos del trabajo, pero también de la familia, de los amigos, y lo más importante, de uno mismo.

Somos una pareja de diseñadores-directores de arte-conceptualizadores, que vinimos a México a comenzar una nueva vida. Pensamos, escribimos y diseñamos campañas de comunicación, desde creación de identidad corporativa hasta campañas multimedia.

Al igual que el movimiento Slow, defendemos la utilización inteligente del tiempo, tanto en lo personal como en lo profesional. En un mundo que sobrevalora el tiempo por encima de todo, debemos pensar más en el cómo y menos en el cuándo, debemos pensar más en la calidad y menos en la cantidad. Y para ofrecer lo mejor de nosotros mismos, debemos estar satisfechos con lo que hacemos y tenemos, y dedicar a cada faceta de nuestra vida, ocio o trabajo, el tiempo que éste precisa.

Slow no es trabajar menos, es trabajar mejor, y es vivir mejor.

Dicen que desde la distancia uno adquiere perspectiva. Quizás por eso, tras meses de trabajar sin una estructura tradicional (en cuanto a fondo y forma), dedicando por completo nuestros esfuerzos a nuestros mejores clientes, esos que confían en nuestro hacer y nos conceden ese ‘espacio’, decidimos dar este ritmo a nuestro trabajo y nuestra vida, y decidimos plasmarlo en un manifiesto, para tenerlo siempre presente: Sloooow.

Sloooow es nuestra respuesta al ritmo actual del mundo, tanto en el ámbito de los negocios como en la vida. Sloooow es nuestra manera de ver el diseño, con dedicación, con cariño, con atención. Sloooow es nuestra apuesta por hacer un trabajo de calidad que disfrutemos todos, clientes, diseñadores y usuarios.

Sloooow manifesto

Nuestro trabajo es nuestra vida, pero nuestra vida no es el trabajo.

Amamos lo que hacemos y vivimos el arte y el diseño en cada aspecto de nuestra vida, pero son las demás parcelas, familia, hijos, amigos, las que nos convierten en las personas felices que somos y las que nos permiten aportar una visión más optimista y creativa a todo lo que hacemos.

Hacerlo más rápido no es hacerlo mejor.

Dedicamos a cada proyecto el tiempo que requiera para que se convierta en lo mejor que puede ser.

Pequeños detalles hacen grandes proyectos.

Ponemos toda nuestra atención en cada pequeña parte del trabajo, pues son las cosas que apenas se notan las que completan los grandes proyectos.

Trabajar despacio no es trabajar menos.

Trabajamos con detenimiento y cuidado, dedicando tiempo a pensar lo que hacemos y por qué lo hacemos.

De uno en uno, por favor.

El tiempo dedicado a cada proyecto es únicamente para ese proyecto y recibirá 100% de nuestra atención.

Perspectivas globales, recursos locales. Tenemos una perspectiva estratégica global pero nos apoyamos en proveedores locales, estemos donde estemos.

SlowManifesto

Salir de la versión móvil