Categorías
Creatividad

Si la sociedad es un montaje, sabotéala (pero con color)

En el vasto mundo del arte callejero, hay nombres que resuenan con fuerza y dejan una marca imborrable en la ciudad y en la conciencia colectiva. Uno de esos nombres es el de Sabotaje al Montaje, también conocido como Matías Mata, un talentoso artista canario cuyas obras impactan tanto por su belleza visual como por su profundo mensaje social.

Recientemente galardonado con el Premio al Impacto Social en la última edición del Street Art Cities, Sabotaje al Montaje ha capturado la atención del público con su impresionante mural en Ondarroa, una pequeña localidad en el País Vasco. Pero ¿quién es realmente este enigmático artista y qué lo inspira?

Aunque algunos compañeros prefieren trabajar con bocetos, él confía en su intuición y experiencia de más de tres décadas para crear collages mentales con las imágenes que captura durante su investigación.

Sabotaje al Montaje es mucho más que un simple artista callejero: es un narrador de historias, un guardián de la memoria y un agente de cambio social. A través de su arte, nos invita a reflexionar sobre nuestra propia identidad y a reconectar con nuestras raíces culturales.

Veo la sociedad como un montaje que hay que sabotear, y mi manera de hacerlo es mediante el color

El proceso creativo de Matías Mata va más allá de simplemente pintar paredes. Antes de ponerse a pintar el mural de Ondarroa, el artista canario se sumergió en una comunidad local durante una semana en una residencia de artistas. Allí exploró temas sociales y culturales que lo llevaron a descubrir historias fascinantes sobre la vida y las tradiciones del lugar. Una anciana con un pañuelo vasco se convirtió en su musa, inspirando el colorido y evocador mural que ahora adorna las calles de Ondarroa.

Al optar por colores rojos y verdes en su obra, Mata rinde homenaje al paisaje y la historia del País Vasco. «Utilicé el rojo para representar el sudor y la sangre por las entrañas de la memoria, y el verde para evocar la belleza natural de la región». Su arte es un reflejo de la memoria colectiva y un diálogo con la escena urbana, destinado a ser apropiado y valorado por la comunidad que lo rodea.

«Al fin y al cabo, mi trabajo está terminado cuando la gente del barrio lo hace suyo, cuando se crea el diálogo entre el mural y la escena de la ciudad. No me hace falta volver a ver un mural, no es común que lo haga. Cuando mi trabajo está terminado, deja de ser mío».

Salir de la versión móvil