Cuando despertamos, el virus estaba ahí y nuestro único escudo para protegernos y luchar contra él ha sido la sanidad pública. Parece que hemos entendido, a golpe de miedo y contagio, que sin un servicio básico como este no podríamos vencerlo. Ahora toca seguir defendiéndolo. No solo la sanidad pública, también la educación, las políticas sociales, la renta básica universal, los servicios sociales…
Eso es lo que piensan, al menos, los impulsores de Salva lo público, un movimiento y plataforma organizados por artistas de campos como la pintura, la fotografía y otras artes plásticas que nació en Madrid y que ahora se ha extendido a casi toda España.
«No creemos que sea el arte la fuerza impulsora para salvar lo público. Eso requiere de muchísimas energías y muchísimas fuerzas de toda la sociedad», comenta el pintor y cineasta Carlos García-Alix, uno de los organizadores de esta iniciativa. «Nosotros lo que podemos hacer básicamente es ser un altavoz, contribuir a apoyar estas causas, a defenderlas, a impulsarlas, a ayudar en lo que nosotros podamos».
Salva lo público quiere constituirse como un espacio de debate, de reflexión y de discusión. ¿Cuál es la relación que se establece entre la cultura, el arte y lo público? ¿Qué tipo de relación queremos? ¿Por dónde va? Por eso aspiran a convertirse en un catalizador de esas líneas de pensamiento. «Si no hacemos nosotros esa reflexión, una vez más la harán por nosotros y no puede ser. Nos toca hacerla a nosotros».
El proyecto nació cuando algunos médicos recurrieron a estos artistas para que colaboraran con sus trabajos en distintas webs de fundaciones de la sanidad pública. Por eso un gran número de las creatividades que hay colgadas en la web de la plataforma hacen alusión a esta defensa.
Pero García-Alix y sus compañeros, que han pasado de los seis o siete que firmaron originalmente el manifiesto a los 240 de hoy, entendían que su defensa debía extenderse también a otros campos de lo público.
El pintor piensa fundamentalmente en la escuela y la universidad. «Yo, personalmente, creo que la gran inversión hay que hacerla en educación. La cultura se construye desde la educación», asegura con rotundidad.
No solo eso. También apuestan por plantear que «el arte necesita de un poder público fuerte, de un poder colectivo público fuerte. Que no podemos seguir, simplemente, en manos de lo que llamamos el mercado del arte y de intereses de sector más privados», matiza el pintor y cineasta. «Pero Salva lo público no quiere configurarse como una plataforma sectorial», sino llamar la atención sobre el deterioro de una serie de servicios estatales que se han visto mermados por años de políticas neoliberales. «Nos gustaría subir por encima de un interés sectorial y llamar la atención de algo que nos concierne a todos».
Carlos García-Alix insiste en desvincular la plataforma del carácter gregario que siempre ha mostrado el gremio de los artistas. No está de acuerdo con esas reivindicaciones surgidas de destacadas figuras de la cultura pidiendo ayudas económicas para su sector. En su opinión, hay que dejar aparte el «ombliguismo» y el «qué hay de lo mío» y «colocarse en una posición más generosa, en una posición más de vanguardia social».
«Por eso alzamos la voz con todos los medios que tenemos a nuestro alcance: con la web, con dibujos… Hacemos también proyecciones por la noche sobre fachadas, pegamos carteles por la calle, colocamos pancartas… Realmente es una labor de agitación, poco más, pero creo que es eficaz», concluye García-Alix. «Creo que llega, que da calor. Algo se está moviendo. Porque si lo que va a aparecer de la cultura y del arte es otra vez “qué hay de lo mío”, “queremos dinero para…”, a mí me parece indecente».
El movimiento Salva lo público busca, además, consolidarse, no quedarse solo en el plano virtual. Alejado de cualquier motivación económica (los artistas que firman el manifiesto ceden sus obras altruistamente), ha visto cómo otros movimientos de países europeos como Francia o Portugal se han interesado por ellos. «También queremos conocer exactamente cuál es el debate no solamente en España, sino en Europa. Qué se está diciendo, qué se está planteando, cómo lo están afrontando desde distintos puntos».
La plataforma está en marcha desde marzo, cuando de decretó el estado de alarma en España. Sus impulsores agradecen el impulso que ha dado al movimiento contar con el apoyo de destacados artistas como Alberto García-Alix, Óscar Mariné, Chema Madoz y Alejandro Castellote. «No comercializamos las creatividades, no hemos querido relacionarlo con ningún aspecto comercial», puntualiza Carlos García-Alix.
«Lo que sí queremos, y vamos a trabajar por ello, es exponer las obras en una institución pública y sin ánimo de lucro. Estamos hablando con algunas instituciones como el Instituto Cervantes; creemos que podría ser una buena plataforma para presentar la exposición de los trabajos de Salva lo público. El Cervantes de Bruselas nos ha dedicado dos semanas. El Cervantes de Tánger también nos ha dado un gran apoyo».
Entre los planes de futuro de Salva lo público está también la publicación de un catálogo donde se recojan todas las obras de esa posible exposición. «Pero siempre desde el ámbito de lo público y sin ningún ánimo de lucro», comenta García-Alix. Y concluye: «Creo que en toda Europa hay un paso atrás de las políticas neoliberales, que en una desgracia tan tremenda como la que vivimos, con tantos miles de muertos, han demostrado que no es que fueran injustas, es que han sido criminales. Por tanto, la conciencia de lo público se abre camino, se tiene que abrir camino».