En una sociedad hiperconectada, todos los usuarios son creadores de contenidos. Es sencillo imaginar la cantidad de material que pueden llegar a generar todas esas personas y lo fácil que puede ser perderse en ese océano de estímulos, canciones, textos, experiencias o imágenes. SamyRoad funciona como un aglutinador de contenidos de tendencias con la particularidad de que sus creadores son seleccionados expresamente para ello.
No es precisamente una apuesta por la democratización a la hora de generar aquello que se publica en un sitio web pero, tal vez, para eso ya hay otros sitios. Como explica Marta Nicolás, cofundadora de SamyRoad, prefieren situarse en un plano en el que prime la calidad antes que una marabunta de usuarios generando ruido activamente. «En SamyRoad, el consumo de la información es libre, pero para la creación el modelo es cerrado. Existe un prescriptor responsable en cada categoría que está encargado, entre otras cosas, de localizar a gente influyente dentro de su parcela». De esa manera, al contenido volcado en esta especie de red social, que no lo es exactamente, se le presupone un cierto pedigrí.
[pullquote]Los early adopters representan el 9,9% de la población de un país, Los trendsetters son únicamente el 0,1%. La aspiración de SamyRoad es captar a este 10%[/pullquote]La idea, que surgió hace algo más de un año, puso en el mismo barco a 5 socios que tenían ganas de coincidir. En un lado de ecuación de lo que tenían en mente estaban los consumidores de contenidos, un perfil de early adopters interesados en cazar tendencias en cuando pueden comenzar a adivinarse. En el otro, están los creadores, expertos o trendsetters. Samyroad trata de conectar ambos bandos con el objetivo de generar rendimiento económico a los prescriptores. «Lo que ofrecemos es una comunidad online que sirve como punto de encuentro para usuarios influyentes de todo el mundo. En ella, unos usuarios recomiendan productos, servicios y eventos. Otros son los consumidores de esas recomendaciones», señala Nicolás.
SamyRoad se lleva una comisión por cada venta además de ingresos por publicidad. El montante recaudado se reparte entre el creador, la propia plataforma y una iniciativa solidaria elegida por el usuario. «Tenemos acuerdos con World Vision, Intermon Oxfam, AccioNatura, Ayuda en Accion, o la Fundación Sindrome de Down».
Hay algo de escaparate virtual con cierto aire a lo Pinterest y su scroll infinito. «Nuestro objetivo era crear un producto adictivo, con el que la gente pueda pasar horas descubriendo contenidos de aquellos temas que les gustan», declara la cofundadora de la startup. Sin embargo, en SamyRoad la atención se centra en los creadores activos y no solo en quien comparte aquello que le gusta. La plataforma ofrece, además de imágenes, textos escritos, música, vídeo o lugares y localizaciones.
La nueva compañía, que abrió sus puertas en marzo de este año, se lanza a la captación de un público que, según la marca, representa al 10% de la población española. «Según algunos estudios, los early adopters representan el 9,9% de la población de un país, mientras que los trendsetters representan únicamente el 0,1%. La aspiración de SamyRoad es captar a este 10%», cuenta Marta Nicolás.
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