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Creatividad

Scratch Day Madrid: comenzando a programar


Por algún sitio hay que empezar. En los ochenta, lo normal era comenzar en la programación picando piezas de código para Spectrum procedentes de revistas como Microhobby. Luego, eso podría llevarte a ser un enfant terrible de la programación… o no, claro. En cualquier caso, el primer contacto con esa ciencia emergente a nivel doméstico se producía de forma autodidacta entre las paredes de un dormitorio. 30 años después, iniciativas como el Scratch Day intentan que esa primera experiencia venga facilitada por expertos que presentan a la tecnología como algo ameno y accesible para todos.
Scratch es un lenguaje de programación creado al amparo del MIT por el Lifelong Kindergarten Group. Se presenta como una manera sencilla de desarrollar creatividad interactiva muy adecuada para quien se inicia en el mundo de la programación. Para evangelizar acerdca de esta ‘palabra’, se creó el Scratch Day, jornadas didácticas para hacerlo llegar a todo aquel que estuviera interesado. 36 países han albergado Scratch Days y entre esos países se encuentra España. Neo Labels organizó el pasado sábado todo un día de contacto con el Scratch.
Más allá de un taller de iniciación al Scratch, que fue supervisado por el analista de sistemas Javier Fernández, el atractivo residía en ver las aplicaciones prácticas de este lenguaje. Así, Electric Bricks se encargó de dar vida a una serie de figuras Lego en un escenario virtual en interacción con el mundo físico. Jordi Delgado mostró qué se puede hacer con Scratch en Arduino, el entorno de código abierto, y Stephen Howell exploró las capacidades que alberga la mezcla entre Scratch y Kinect, el dispositivo de control para videojuegos de Microsoft.
El día terminó con la presentación de los trabajos creados en la Semana del Videojuego del Colegio Montserrat, un centro que ha incorporado de manera decidida nuevas herramientas a sus planteamientos pedagógicos.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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