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Señores del gobierno, los hackers pueden ser sus amigos (si los dejan)

En apenas seis meses, un grupo de hackers han pasado de sacarle los colores a la administración pública mexicana a convertirse en su aliado para mejorar su relación con la tecnología.

Tras el escándalo de la app de los 9.5 millones de dólares, que Codeando contribuyó a tumbar, algunos gestores públicos empezaron a interesarse por la labor de esta plataforma que pone a trabajar programadores para solucionar problemas de innovación cívica.

El primero en tomar la iniciativa ha sido el SAT, la administración tributaria mexicana, que el 24 de julio publicó una convocatoria en la web para mejorar su presencia en teléfonos móviles.

El organismo recurrió a Codeando para recibir propuestas para el rediseño de su app con las vistas puestas en el que el contribuyente pueda realizar trámites y recibir facturas a través de dispositivos móviles. “Esto puede incluir funcionalidades como realizar recordatorios que te dicen cuándo tienes que presentar tu declaración y la posibilidad de que un comercio te emita una factura digital en el instante de tu compra”, explica Rodolfo Wilhelmy, cofundador de la plataforma.

El plazo otorgado a los concursantes fue de dos semanas, seguido de una presentación del proyecto en público y frente a un jurado, en la semana del emprendedor de México el pasado 10 de agosto.

“Se presentaron 25 propuestas y se escogieron 11 finalistas”, añade Willhelmy. La hoja de deliberación está abierta y accesible a todos y anoche se nombraron los ganadores. El proyecto lo gestionará la compañía Extend Solutions.

Willhelmy espera que esto sea el principio de una nueva forma de llevar las licitaciones públicas con las empresas tecnológicas. “Es impresionante porque acaba con las barreras. Antes tenías que tener una gran infraestructura y contactos para acceder a estos proyectos. Ahora se presentaron empresas con apenas tres programadores con verdaderas posibilidades de ganar. La innovación puede venir de cualquier parte y no podemos penalizar solo por su reducido tamaño o falta de contactos”.

A medida que afinan esta forma de trabajar con las administraciones públicas, el cofundador de Codeando espera que se vaya publicando toda la información sobre cada propuesta en tiempo real para que los ciudadanos lo puedan ver en cada momento. “De esta forma podremos tener el ojo bien puesto sobre los abusos. Queremos rediseñar las licitaciones con plataformas específicas”.

Pero la ambición de Codeando no se queda solo en estimular la participación de programadores para solucionar problemas gubernamentales. Desde este mes, han recibido financiación del Fondo Avina y el Omidyar Network para construir una plataforma de datos abiertos en México.

“Estamos trabajando en una plataforma cívica digital que queremos que sirva para crear un ecosistema de empresas que construyan grandes proyectos con datos públicos. Hay un espacio enorme que el gobierno nunca va a llenar”, opina Wilhelmy.

El programador encuentra que no siempre es un problema de transparencia a la hora de manejar datos públicos. También entra en juego como se presenta esa información. «Se recurre demasiado al PDF para presentar esta información, que es un formato muy incómodo para trabajar con datos».

Tras la aprobación de los fondos, que les ha permitido tener a 4 personas trabajando sobre el proyecto a tiempo completo, Codeando decidió convertirse en una fundación sin ánimo de lucro.

La naturaleza hacker de Wilhelmy y sus compañeros de viaje los ha llevado a querer rediseñar la forma en que el gobierno colabora con la tecnología. “Nos cansamos de ver lo mal que se hacían las cosas. Licitaciones con unos precios desorbitados que tardaban meses en hacerse realidad. Nos gusta arreglar cosas y no vamos a parar hasta conseguirlo”.

Por Marcus Hurst

Marcus Hurst es Cofundador de Yorokobu y Redactor Jefe de Ling Magazine. Puedes seguirle en @marcushurst

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