Como aficionado al arte, Sergio Sancho echaba en falta cierta apertura por parte de este mundo hacia el que venía de la calle. Por eso un día tiró de proactividad y decidió dejar su puesto como directivo en el sector publicitario para emprender en el mundo del arte. Su objetivo: dar a conocer las obras que le gustaría ver a él mismo, pero que era imposible encontrar en ese momento el circuito.
Así es como en 2017 puso en marcha la primera edición Urvanity, conocida ahora UVNT Art Fair, y consolidada ya como una cita imprescindible para conocer, durante la semana del arte de Madrid, todo lo que se cuece en torno al arte contemporáneo emergente.
Hace tres años, Sancho optó por trasladar un concepto similar a Ibiza, dando lugar así a CAN Art Fair, el encuentro de arte contemporáneo en la isla balear que este año se celebra del 26 al 30 de junio.
«La creatividad no es algo que se tiene o no se tiene. Por supuesto, hay gente con mayor facilidad que otros para conectar ciertas ideas, pero todo el mundo tiene su parte creativa. Es una cualidad que se va entrenando. Cuando estás en entornos creativos, trabajas tus cualidades y te expones a distintos estímulos (yendo a exposiciones de arte, leyendo libros, viajando…); se estimula tu creatividad. Se trata de ir configurando poco a poco tu cabeza».
«No hay mayor enemigo para la creatividad que la monotonía: el seguir constantemente los mismos parámetros y rutinas simplemente porque las cosas siempre se han hecho de esa forma. Pensar así te convierte en una persona gris y mecánica, y te lleva a un punto que no favorece para nada tu creatividad.
El mayor aliado que uno puede tener para crear es mantenerse en contacto con todas las industrias creativas posibles: del arte a la gastronomía, pasando por el diseño, la publicidad… Ese cúmulo de ideas termina vertebrando tu lado más creativo».
«Creatividad y originalidad son cualidades muy cercanas. Tienen una relación bastante directa. Ser creativo ayuda a convertir algo común en algo original. Cuando consigues hacer algo original, significa que has podido darle una vuelta, desde un lado creativo, a algo que seguramente ya existía pero que nunca se había abordado de esa forma hasta entonces. Ser creativo y original ayuda a mejorar cosas que ya existían».
«En todo proceso creativo hay una inspiración, eso es innegable. Solo así pueden surgir ideas nuevas. Claro que puedes tomar ideas de otras personas, pero la medida en que las reinventes y las hagas verdaderamente tuyas definirá lo original que vas a poder ser.
Al final, una misma inspiración puede derivar a lugares muy distintos, al igual que se puede llegar a una misma idea desde diferentes acercamientos».
«Creo que una rutina que no caiga en la sistematización siempre puede ser buena. En cierto modo, es necesario tener una metodología y un orden a la hora de afrontar el proceso creativo, que por definición es caótico. Es importante que al principio exista esa parte de caos, sobre todo cuando haces una lluvia de ideas, porque eso es lo que dinamita el orden anterior y te lleva a un espacio de creatividad.
Llegados a cierto punto, hay que empezar a ordenar las ideas para que tengan sentido y definir hacia dónde se quiere ir; ahí es donde entra en juego la rutina. También es interesante comparar qué entiende cada uno por orden o método, porque yo tengo mi forma de organizar mi propio caos, pero mi orden puede seguir pareciéndole caótico a otra persona, y viceversa».
El teletrabajo puede ser muy positivo en función de la fase en que se encuentre el proyecto. A la hora de empezar a abordar un proceso creativo, sí, creo que el teletrabajo es un freno muy grande. Para mí es fundamental reunir al equipo en persona, poder hablar entre todos, lanzarnos ideas y ver cómo estas van conectando de manera orgánica. Necesito esa cercanía física para que la parte creativa eche a andar. Una vez se ha generado el proceso y entramos en una fase más organizativa, ahí ya cada uno puede desarrollar más individualmente su tarea.
«Siendo sincero, es un tema en el que todavía no he querido entrar porque sé que, en cuanto lo haga, voy a querer profundizar mucho y me va a exigir más aún, por lo que necesito hacerlo en un momento en el que me encuentre preparado para meterme de lleno en ese mundo. Aun así, no es un tema que descarte de primeras.
Hay que saber abordar la IA con respeto, pero creo que es innegable que parte de nuestro futuro está ahí. Tenemos que intentar ver cómo nos puede ayudar en nuestro día a día en vez de pensar en ella como un obstáculo, porque la tecnología es una herramienta que tiene que servir para ayudarnos. Creo que ese es el punto desde el que hay que acercarse a la IA».
«La palabra éxito es relativa porque es muy difícil alcanzar la perfección o darlo todo de nosotros mismos. Por supuesto, hay que disfrutar cuando las cosas salen bien, pero con cautela, porque si crees que replicando lo mismo que ya has hecho vas a volver a triunfar, te puedes equivocar.
Para mí, fracasar es pulirse. Es plantearte qué se puede mejorar, corregir esos fallos que surgen de manera natural, afinar tu grado de excelencia. Lo bueno que tienen los fracasos es que te obligan a seguir mejorando para acercarte cada vez más a la perfección. Si quieres mejorar, tienes que mantenerte siempre en ese punto de inconformismo. De lo contrario, la conformidad te puede traer problemas».
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