Reconozcámoslo, tenemos un problema con los residuos plásticos que generamos. Están en los mares, en la tierra que pisamos e incluso en algunos de los alimentos que consumimos. Y por mucho que nos incomode, el problema está ahí y hay que hacer algo, ya que, si no, estos residuos tardarán más de 100 años en desaparecer.
Pero ¿cómo podríamos darle la vuelta a esta situación, ¿cómo convertir el plástico de problema a solución? Para reflexionar sobre ello e implicar a los jóvenes en la búsqueda de soluciones, granini ha impulsado el programa de innovación sostenible Cultivando Talentos, que este año ha celebrado su segunda edición.
Eckes-granini, la empresa líder en zumos, néctares y bebidas de fruta en España, lleva años trabajando en la mejora de sus procesos de producción para reducir su impacto. Entre otras acciones, este año prevén reducir 72 toneladas de plástico en la producción de sus botellas trabajando para que sean 100% de plástico reciclado (100% R-PET). Además, ya han conseguido reducir el peso de sus envases en un 10% y todos sus embalajes están hechos con un 50% de plástico reciclado.
Con Cultivando Talentos, se pretende abrir un espacio de reflexión con las nuevas generaciones que están implicadas en el mundo del diseño de packaging para intentar trabajar en ideas que den respuesta a qué hacer con todo el plástico generado mientras se buscan otras vías de transición a largo plazo. Por eso, se apoyó a los estudiantes a la creación de tres proyectos que pudieran darle la vuelta a la botella, como reza el lema de esta segunda edición.
En esta ocasión, los invitados han sido 11 estudiantes de Product Design del centro superior de diseño IED Barcelona, a los que se motivó para idear soluciones que pudieran dar la vuelta a la botella, y convertir el residuo plástico existente de un problema a una solución.
Con el fin de guiarles en la realización de sus proyectos, se les invitó a un workshop impartido por profesores del centro como por ejemplo Núria Vila, diseñadora sostenible y profesora del Máster en Diseño Sostenible e Impacto Social del IED Barcelona. Además de contar con el apoyo de Nicole Vindel y Gastón Cedrone de Random Happiness y otros referentes del sector como Real Precious Plastic, Oiko Design Office y Sloopy Tunas.
«Los proyectos de referencia que nos presentaron desde granini (Oiko, Precious Plastics y Sloppy Tunas) demuestran que las empresas están llevando a cabo sistemas de reciclaje de este material con resultados espectaculares; son ya muy potentes e interesantes», comenta Roig Vilaró, uno de los alumnos participantes que ejerce como portavoz de sus compañeros.
«Como equipo de 11 estudiantes internacionales de Product Design, apostamos por generar un proyecto global que involucre no solo a los diseñadores sinó también a los consumidores, así como a la propia compañía», aclara Vilaró.
«El punto de partida fue crear un sistema inclusivo y una comunidad que forme parte de los proyectos. De allí nace el proyecto de crear un granini LAB, un espacio social donde se trabajan dinámicas que refuerzan la idea de las 5 R (reusar, reciclar, reparar, renovar, repensar). Ideas muy potentes que nos permiten explorar así el potencial del plástico desde un punto de vista creativo e innovador.
Con esta oportunidad, al lado de granini, el binomio de consumo de producto-papelera queda anulado y nos permite desarrollar nuevas propuestas. Nuestra propuesta para darle la vuelta a la botella plantea valorizar un recurso, como es el plástico en este caso, cuando aún lo tenemos en mano».
Con esta premisa, nacieron los tres proyectos colaborativos que están interrelacionados entre sí y que pueden funcionar como uno solo:
- Crushini. Una serie de juegos infantiles que, a través de su movimiento, cuando están en uso, trituran plástico y lo convierten en material útil para fabricar nuevos objetos.
- granini lab. Un espacio social en forma de taller que sirva, por un lado, para concienciar y fomentar a la comunidad sobre la importancia del reciclaje y, por otro, ofrecer la posibilidad de reparar cosas, a través de material reciclado, con máquinas de impresión 3D.
- Dome. El tercer diseño se basa en estructuras prácticas, funcionales y polivalentes, que pueden servir para el cultivo de frutas y que están hechas a partir de material reciclado, tomando como base el material propio de las botellas y los tapones granini.
«En conjunto, nuestro proyecto propone una comunidad compuesta por tres núcleos necesariamente enlazados», añade Roig Vilaró.
«Crushini es un parque infantil en el que los elementos de juego son máquinas mecánicas que trituran los residuos plásticos gracias a la energía motora de las personas».
«granini lab es un edificio y espacio en el que se transforma el plástico proveído por Crushini en un nuevo material que se puede usar en fabricación digital, ya sea para generar elementos que ayudan a reparar mobiliario o dar vida a nuevos productos».
«Finalmente, Dome es un espacio plurifuncional definido por una estructura en forma de cúpula. Es el resultado de un sistema de ensamblaje de las botellas granini, y el suelo generado con un mosaico de tapones de botella. La superficie de unión de los tapones tiene flexibilidad física para permitir, por un lado, un uso resistente a peso y presión y, por el otro, abierto a que se transforme en una superficie cultivable.
Estos tres proyectos permiten la recuperación del material, la transformación de este y su reúso, creando un sistema sostenible en el tiempo. Una comunidad colaborativa, creativa y en curso de crecimiento, en la cual pueda nacer una nueva cultura del plástico como nueva materia prima».
En la primera fase del taller, sigue explicando Vilaró, los tres proyectos nacieron por separado. Después, a pesar de parecer tres ideas muy diferentes entre sí, consiguieron generar un vínculo fluido entre ellas gracias a la ayuda de Oriol Bertomeu, profesor del IED Barcelona y tutor durante la segunda fase del taller.
De esta manera, el proyecto ayuda a concienciar a las personas, sean ellas consumidores directos o indirectos, diseñadores, madres, padres, niños o abuelos, para abordar el problema del plástico. «No podemos dejar de producir plástico, pero sí podemos cambiar el punto de vista hacia el material y mejorar su ciclo de vida», concluye Roig Vilaró.
«Cultivando Talentos trata de promover la voluntad de transformación de los residuos plásticos ya generados, de presentar una mirada rompedora, reentender el plástico y basarlo en una economía circular».
Para completar el programa de Cultivando Talentos, los estudiantes del IED Barcelona y granini, conjuntamente, decidieron colaborar con la Fundación ECOMAR y participarán en una recogida de residuos plásticos en la playa del Fórum de Barcelona.
El objetivo de Eckes-granini es convertirse en una organización 100% sostenible y, para ello,cuenta con un equipo de trabajo focalizado en lograr la sostenibilidad a través de diferentes iniciativas. Por ejemplo, introduciendo un 86% de origen vegetal en sus envases de cartón y utilizando pajitas de papel en lugar de las de plástico.
Además, desde enero de 2021, Eckes-granini es una compañía 100% neutra en carbono certificada como Climate Neutral, el certificado que otorga la Climate Partner. Gracias a ello ha compensado más de 43 millones de kilos de CO2.
En cuanto a sus materias primas, todas sus naranjas y manzanas proceden de cultivos 100% sostenibles y pronto también lo harán los melocotones.
Con esta segunda edición del programa Cultivando Talentos, la compañía busca dar un paso más en su apuesta para impulsar la sostenibilidad a partir de la creatividad.