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Traductor simultáneo: Si te proponen un plan y te encanta, no digas sí, di D1

Es verano. Hora de la siesta. Fuera, un calor que derrite las suelas de las chanclas. Aitana está tumbada en su cama (que hoy tampoco tocaba hacer porque, total, si luego la voy a deshacer para dormir, qué más da) viendo tiktoks a cascoporro mientras el resto de la familia duerme la siesta cuando salta su WhatsApp:

—¿Te vienes a la pisci?
—D1

Eso que puede que no sepas leer si eres de los que estuvieron en el estreno de Los Goonies también puedes encontrártelo escrito de una manera algo más legible para tus ojos booméricos, De una. Y no es más que la forma que tienen los centenials de decir que sí, que guay, que están de acuerdo con todo y que adelante.

Eso sí, unas veces equivaldrá a un simple sí y ya está, y otras (las más) tendrás que añadirle un matiz de prisa, de urgencia para hacer algo, un «¡ya estamos tardando!» implícito que te pone en movimiento con un entusiasmo y rapidez tales que ríete tú de la velocidad de la luz.

Lo veas abreviado o desarrollado, la expresión tiene un regusto a tango y a mate. Un regalo más que nos ha hecho Argentina, además de preciados topicazos, como el de que todos los psiquiatras que se precien tienen acento rioplatense o su maestría a la hora de insultar. También sabe a café de Colombia, a culebrón venezolano, a cuy asado de Ecuador y a tereré paraguayo. Porque este americanismo, como lo define la ASALE (Asociación de Academias de la Lengua Española), se utiliza en todos esos países para pedir que las cosas se hagan en el momento y sin dilación.

Salió con prisas de aquellos puertos y arribó a España algo más calmado, aunque conservando aún cierta urgencia en su significado. Ya no es una orden apremiante, sino más bien el «¡Venga!» que responderían los que tuvieron un Amstrad por Reyes como primer ordenador cuando les proponen «¿Unas birras?». No va ni la vida ni la amistad en ello, pero qué bueno si se toman ya.

Una expresión cargada de energía y de ganas de hacer realidad lo propuesto, lo planeado. La versión lingüística actualizada del entusiasmo y del acuerdo. «¿Encendemos el aire, pana?». «De una, bro».

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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