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El siglo XIX visto desde Google Street View

José Ignacio Lanzagorta García es un politólogo y antropólogo social al que Google Street View le sabía a poco. Estaba bien eso de poder ver las calles de su ciudad, México DF, desde la perspectiva 360º que el coche-cámara de Google capta por todas las esquinas para permitirnos pasear desde nuestras computadoras. Pero en esas imágenes, tomadas en sus respectivos días X, no encontraba ni rastro de la esencia de los lugares más emblemáticos de esta urbe de la que es «fanático».
Decidió hacer un Google Maps con personalidad.  Su proyecto, publicado en la revista Nexos, ha empezado por acoplar el siglo XIX mexicano a la visión satélite que el XXI nos proporciona. «El material son pinturas, grabados y litografías famosas de la capital, siempre con la restricción de que estas pudieran ser colocadas de alguna manera en Google Street View», habla sobre su trabajo. Con paciencia, él ha ido superponiendo retales de cada imagen histórica sobre cada espacio actual como si se tratara de un puzzle. «Es decir, el trabajo no consiste en replicar una imagen antigua desde el mismo punto de vista para luego amalgamarlas, sino buscar localizar el sitio retratado antiguamente en las fotografías de Google», matiza.
La inspiración del trabajo no es suya. El diario The Guardian presentó el pasado febrero un trabajo que llamó la atención de Lanzagorta. Se trataba de un proyecto de Halley Docherty, quien al igual que él ahora ha hecho con Ciudad de México, tomó pinturas de los siglos XVIII y XIX de Londres y las colocó en la aplicación Google Street View. «Era un trabajo extraordinario», valora el mexicano. Ahora el proyecto de Docherty se ha convertido en una serie de entregas mensuales en las que lo mismo retoma fotografías de la Segunda Guerra Mundial, que portadas de álbumes famosos. «Pero dudo que él estuviera planeando hacer esto también con México, por eso yo, aunque no sea fotógrafo ni diseñador, me animé a hacerlo».
«Quise replicar su trabajo pero en el contexto Mexicano», indica el autor chilango. El politólogo también comenzará una serie de entregas que según dice, «aunque Docherty puede que nunca emplee, a muchos les gustará ver». En mente ya tiene vislumbrado cómo superponer al DF actual las escenas del terremoto del 85, la Decena Trágica (derrumbe del gobierno de Madero), o la Revolución Mexicana (su próxima entrega en Nexus). «Además también voy a realizar el trabajo con la ciudad de Puebla».
Este primer intento ya lleva haciendo ruido más de una semana por motivos como a la posibilidad de ampliar el mapa en la calle Madero hasta alcanzar a ver la Entrada triunfal del Ejército Trigarante a la Ciudad de México en 1821, (obra de Theubet de Beauchamp, 1827); ser testigos del bullicio que armaba el mercado del Parián pinchando en el Zócalo hace unos 195 años atrás; o hacer zoom en la calle Tacuba (antes San Andrés) para verla en forma de ilustración de Pietro Gualdi en Monumentos de Méjico (1841).
Lanzagorta reivindica el uso artístico de la herramienta digital como un área de la creatividad sin explotar, pero con muchas posibilidades. «Si Google ha conseguido geolocalizar la vista de una buena parte de las vías públicas del planeta, no deja de resultar incluso un poco punzante impregnar en esas imágenes las cicatrices históricas, las miradas estéticas o la simple memoria sensible que su automóvil no logra retratar al pasar con su cámara esférica», opina. «Esta restricción, desde luego, excluye un gran número de interesantes, importantes y famosas imágenes que simplemente no embonan por cuestión de perspectiva o no están disponibles en Google Street View».
* Aquí está el resultado de su trabajo acompañado de las explicaciones que da el propio autor en Nexos.

Entrada triunfal del Ejército Trigarante a la Ciudad de México en 1821, Theubet de Beauchamp (1827).  Entre autos de una fotografía previa a su peatonalización, Agustín de Iturbide y el ejército independentista, entran a la ciudad por la calle de San Francisco (hoy Madero). La comitiva avanza a un lado de la extinta Capilla de la Tercera Orden y de la Casa de los Azulejos.

La plaza de la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, Anónimo. Siglo XIX. (Imagen tomada del libro de Guadalupe Jiménez Codinach, México. Su tiempo de nacer. 1750-1821, México, Avantel/Banamex, 2001, p. 260). Del mismo día que la imagen anterior, la fiesta por la proclamación de la Independencia de México llegó al Zócalo. En ese entonces la mitad de la plaza estaba ocupada por el mercado del Parián, por lo que la concurrencia se aglomeró en el lado oriental. En la pintura aún se observa el marco de la plazoleta oval que hasta un año antes de este acontecimiento albergaba la escultura de Carlos IV. Para estas fechas, la estatua del Caballito ya había sido resguardada en el patio de la Universidad de México.

La Villa de Guadalupe. Ilustración de Emily Elizabeth Swinburne para Mexico in 1827, de Henry George Ward (1828). La litografía como método de reproducción de imágenes se introdujo a México en la década de 1820. Sin embargo, las primeras ilustraciones litografiadas sobre temas mexicanos se hicieron en Inglaterra tras el viaje de Henry George Ward a México para inspeccionar la vida (y particularmente la industria minera) de la nación recién independizada. Su pareja, Swinburne, se encargó de las ilustraciones.

La calle de San Andrés (hoy Tacuba) y el Palacio de Minería. Ilustración de Pietro Gualdi en Monumentos de Méjico: tomados del natural y litografiados por Pedro Gualdi (1841). El auge de la litografía en México comienza con Gualdi, quien incluso genera escuela en la Academia de San Carlos, siendo profesor de uno de los más reconocidos pintores de ilustraciones litográficas, Casmiro Castro. Gualdi tuvo una particular fascinación por el Palacio de Minería y a él debemos también la ilustración de algunos interiores hoy inexistentes (como la Universidad de México) o modificados (como la Catedral).

Salto del Agua. Ilustración de Casimiro Castro en México y sus alrededores: colección de monumentos trajes y paisajes (1856). En la década de 1850 apareció la colección de ilustraciones litográficas más entrañable de todo el siglo. De las 42 láminas, Casimiro Castro, alumno de Pietro Gualdi, fue autor de de la mayoría. Aquí se muestra la icónica fuente del final del acueducto de Chapultepec, obra de Ignacio Castera en el siglo XVIII. La que vemos hoy es una réplica, pues la original, arruinada por los años y la Revolución Mexicana, fue llevada al Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán.

Capillas de Aránzazu y Balvanera del convento de San Francisco. Ilustración de Casimiro Castro en México y sus alrededores (1856). El trabajo de Castro y los otros ilustradores no solo brindó imágenes pintorescas sobre la Ciudad de México del siglo XIX, sino que también permiten dar cuenta de lo mucho que se ha perdido. En esta litografía podemos ver dónde se encontraría hoy el templo de San Felipe de Jesús, la portada principal de la capilla de Aránzazu (izquierda). La portada de la capilla de Guadalupe (antes de la Balvanera o Valvanera) conservaba aún sus relieves y esculturas de bulto. Irónicamente la destrucción del convento de San Francisco comenzó el mismo año que México y sus alrededores fue publicado.

Trajes mexicanos. Casimiro Castro en México y sus alredores (1856). El trabajo de amalgamar una ilustración con una fotografía de Google Street View a veces requiere fragmentar el dibujo y descomponer la perspectiva. Fue el caso de esta litografía sobre el palacio de los condes de San Mateo de Valparaíso y marqueses de Jaral de Berrio en la esquina de Espíritu Santo (Isabel la Católica) y Capuchinas (Venustiano Carranza). La composición de la imagen no permite apreciarlo, pero en ese entonces el soberbio edificio de Francisco de Guerrero y Torres tenía tres niveles. Fue cuando Banamex lo adquirió en la década de 1880 en que se unieron las primeras dos plantas.

Paseo de las cadenas en una noche de luna, ilustración de G. Rodríguez en México y sus alrededores(1856). Una de las ilustraciones más enigmáticas de la colección de Castro muestra una escena nocturna. La litografía no lo distingue bien, pero al frente de la Catedral se había colocado en el siglo XIX un paseo arbolado delimitado por pequeños postes unidos por cadenas. La plaza ha sufrido numerosas remodelaciones a lo largo de todo el siglo siguiente. Sin embargo, estas cadenas pueden apreciarse aún decorando la actual plaza de Santa Catarina en las esquinas de República de Brasil y  Honduras.

Plazuela de Guardiola. Ilustración de Casimiro Castro y Juan Campillo en México y sus alrededores (1856). Al encabezar los menús de la cadena Sanborn’s en todo el país, esta debe ser la ilustración del siglo XIX mexicano más conocida de todas. Solo el palacete antaño de los condes del Valle de Orizaba y conocido como la Casa de los Azulejos subsiste en el paisaje de esta populosísima plazuela.

Plaza de Santo Domingo. A. Gallice en Álbum Mexicano (1885). Manuel Toussaint desdeña esta colección de ilustraciones litografiadas de México como una sombra de lo que fue México y sus alrededores. Esta imagen, sin embargo, es muy interesante pues muestra una efímera intervención que se llevó a cabo en el Palacio de la Inquisición (a la derecha dentro de la ilustración) en 1879 a cargo de Luis G. Anzorena, cuando le agregó una tercera planta, la misma que fue eliminada en restauraciones del edificio unas décadas después.

Por Jaled Abdelrahim

Jaled Abdelrahim es periodista de ruta. Acaba de recorrer Latinoamérica en un VW del 2003. Se mueve solo para buscar buenas historias. De vez en cuando, hasta las encuentra.

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