¿Qué diferencia hay entre un signo y un símbolo? ¿Y entre un icono y un pictograma? Diferenciar estos términos puede que no sea importante si no te dedicas al diseño o a la creatividad, aunque deberíamos aplicarnos aquello de que el saber no ocupa lugar. Pero si tu trabajo está en esos campos, te conviene —y mucho— saber diferenciarlos. Esta cuestión semántica no solo nos ayuda a comunicarnos mejor con clientes y compañeros, sino que beneficia nuestra relación con ellos y el uso que les damos.
Lo cierto es que no es difícil confundirlos porque todos sirven para resumir en una imagen un concepto o información, sin necesidad de usar palabras (o, por lo menos, no muchas). Son representaciones gráficas de ideas, conceptos, información, advertencias, entidades, grupos de personas… más reales o abstractas.
Todo signo tiene tres partes: el representamen, el objeto y el interpretante. Es lo que se conoce como la triada de Peirce.
La parte física corresponde al representamen, mientras que la idea que transmite sería el objeto. La relación entre representamen y objeto varía según las personas, la cultura o el tiempo. De hecho, un mismo signo puede dar lugar a distintas interpretaciones, incluso para una misma persona. Si el lector establece esta relación de la forma que deseamos, habremos transmitido nuestro mensaje con éxito.
El contexto también influye en su interpretación. Lo que acompaña al signo por contraste o por semejanza puede acentuar, diluir o cambiar su interpretación.
Peirce también define distintos tipos de signos:
En el caso de las señales de tráfico o el de las instrucciones de lavado de prendas estamos, además, usando códigos sociales o ideogramas. Son elementos gráficos con reglas que hacen que un conjunto de piezas pueda entenderse.
Estos códigos crean lenguajes visuales. Hasta el punto de que hay ciertos lenguajes escritos basados en símbolos que pueden considerarse ideogramas, ya que cada símbolo representa un concepto complejo. Escrituras como la japonesa, jeroglíficos egipcios, símbolos mayas… donde un ideograma representa una idea a través de un símbolo sujeto a unas reglas para que pueda ser entendido.
La palabra icono viene del griego eikon (imagen) y tiene múltiples significados con alguna relación entre sí. En diseño gráfico e ilustración, aunque pueda dar lugar a confusión, hablamos de iconos o iconografía cuando nos referimos a signos, sean iconos, indicios o símbolos. Debe tener equilibrio entre significado, síntesis y estética. Se trata de encontrar un lenguaje que el público al que van destinados entienda fácilmente de la forma más simplificada posible.
Por ello podemos usar símbolos siempre y cuando tengamos claro que la audiencia está familiarizada con ellos. Por ejemplo, en Occidente, un icono de un búho puede ser un símbolo de sabiduría, pero en muchas culturas esta asociación no será efectiva. Si tu público está en España, podrás usar esta asociación, pero si tu público es, por ejemplo, asiático, quizás tengas que buscar un icono más internacional.
La diferencia entre este tipo de iconos y los pictogramas es, sobre todo, la libertad estética. El pictograma está más limitado, debe ser más formal y objetivo, con un significado universal, evitando símbolos y posibles interpretaciones. Un ejemplo son las señales de los baños (al menos, las de toda la vida). En cambio, los iconos pueden ser más juguetones, abstractos y simpáticos, dando cabida a símbolos e interpretaciones.
Los símbolos son parte de lo que nos hace humanos, nos proporcionan los nombres y la escritura, nos identifican y hablan de nuestra sociedad y cultura. Son una forma de comunicación que evoluciona y crea lenguajes únicos, más universales o más particulares. En cambio, los iconos son una forma muy directa de representar un objeto y su eficacia es, en muchas ocasiones, insuperable. Por otro lado, mostrar algo sin mostrarlo a través de indicios es una forma sutil y elegante y, a veces más estética y genérica, de referirnos a un objeto o a un concepto.
Utilizar estos signos para comunicar lo que deseamos, con conceptos complejos a través de distintas capas de interpretantes, usando códigos sociales o iconos sencillos para ser más directos y concisos, depende de cada mensaje y de cada creador.
El uso de estos signos no es solo aplicable a iconos, pictogramas y logotipos, sino también a ilustraciones, pinturas, fotografías, videoarte… Aprender a usar este lenguaje visual te ayudará a pensar con imágenes y comunicarte mejor y de forma más consciente.
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