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No me duele la penetración anal

Técnicamente, al dolor que uno siente cuando es penetrado analmente se lo denomina anodispareunia. Alguien podría ahora mismo asentir con la cabeza: claro, duele, porque el ano no está diseñado para ser penetrado. Su función biológica es otra muy distinta, y todos la conocemos bastante bien cuando visitamos al señor Roca.
Religiones y morales laicas varias incluso se han atrevido a cuestionar o prohibir esta práctica por considerarla antinatural, sucia o inmoral. Hasta hace bien poco, en Kansas, Oklahoma o Texas, por ejemplo, se prohibía el sexo anal entre parejas heterosexuales. Hasta el año 2002, había diez estados donde el sexo anal estaba prohibido bajo cualquier circunstancia. Eran leyes periclitadas, pero hasta la década de 1990 aún se producían denuncias a parejas gays por sodomía. A pesar de ello, el 50 % de las mujeres entre 25 y 30 años admite haber probado el coito anal, según la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Comportamiento.
Es peor y mejor
El sexo anal sin preservativo multiplica por veinte la posibilidad de contagio de VIH en comparación al coito vaginal. Pero eso no nos dice nada acerca de la moralidad de la práctica, solo de sus riesgos. Unos riesgos que, por otra parte, se minimizan con las medidas profilácticas adecuadas.
El dolor por sexo anal existe, pero sin embargo es improbable si el sexo anal se realiza en buenas condiciones de lubricación. Pere Estupinyà escribe acerca de los resultados presentados a este respecto en 1.190 homosexuales belgas en un congreso de medicina sexual en Chicago en su libro S=EX2:

Los resultados fueron que el 41 por ciento no sentía dolor alguno, pero el 32,7 por ciento de ellos sí sentía un dolor suave, el 17,2 por ciento de suave a moderado, el 4 por ciento moderado, y el 1,8 por ciento severo. Profundizando en los resultados se observó que cuanta mayor experiencia menos dolor, pero que había un sector de la población en el que el dolor estaba siempre presente, y que muy a menudo les impedía mantener relaciones satisfactorias.

Aleksander Stulhofer y su equipo de investigadores de la Universidad de Zagreb han descubierto que casi de la mitad de las participantes en un estudio tuvo que interrumpir su primera experiencia de sexo anal porque era dolorosa; pero, a la vez, solo el 52% de las dos mil encuestadas había utilizado lubricante antes de practicarlo. Es decir, que no lo había practicado con el suficiente cuidado.
De cualquier manera, para muchos el dolor es lo que menos a la hora de condenar el sexo anal: sencillamente el ano no está diseñado para ser penetrado. No es su función natural. Y eso es totalmente cierto. El ano es producto de miles de años de evolución darwiniana. Es una forma viable por la cual excretamos nuestros residuos. Usarlo para otra cosa, pues, no solo es antinatural, sino estúpido.
Sin embargo, ese razonamiento es muy superficial. A menudo usamos partes de nuestro cuerpo para funciones que no les corresponden. Es lo que se llaman funciones exadaptativas. Por ejemplo, nuestras orejas y el puente de nuestra nariz tiene una función exadaptativa en muchos miopes: sujetar las gafas.
El sexo anal y ponerse unas gafas no son la misma cosa, pero sí lo son con arreglo al argumento «esa parte del cuerpo no fue diseñada para eso». También las gafas, por cierto, fueron contempladas con suspicacia por la Iglesia, porque contravenían lo natural. Fray Guillermo de Baskerville, el protagonista de El nombre de la rosa, es un avanzado a su tiempo cuando extrae una suerte de lentes para poder escudriñar mejor la realidad.
Además, el sexo anal es natural en tanto en cuanto se produce a menudo en la naturaleza. Se ha observado en machos de oveja, de jirafa y de bisonte, y también entre machos de delfín mular, que se penetran mutuamente. Si hemos de catalogar moralmente un acto por la frecuencia en la que aparece en la naturaleza, entonces la monogamia, que anormal en la naturaleza, sería una práctica aberrante.

Es mejor y peor
Llegados a este punto podríamos aducir que no importan estas cifras acerca del dolor, o si usamos gafas o no. El simple hecho de que, porcentualmente, el sexo anal duela más que el vaginal ya debería ofrecernos una pista clara sobre la estupidez que estamos practicando. Sin embargo, ésta también es una forma simplista de analizar la situación.
Las razones que nos hacen disfrutar del sexo son diversas, y no se limitan a la estimulación erógena. Tras revisar una gran cantidad de bibliografía científica al respecto, Kim McBride, de la Universidad de India, concluyó que hay seis grandes grupos de razones que nos hacen disfrutar del sexo anal:

  1. Intimidad y confianza, pues el sexo anal suele practicarse con personas con las que tenemos más confianza.
  2. Búsqueda de diversidad y nuevas sensaciones.
  3. Juegos de control y dominación.
  4. El morbo de quebrantar un tabú.
  5. El dolor leve puede producir placer.
  6. Es una práctica más dentro de todas las que se llevan a cabo dentro de la pareja.

El placer sexual no es simple roce de células, sino también contexto e imaginación. Pero si nos limitamos a la biología, arrancando de raíz cualquier pensamiento y emoción, en muchos hombres, la penetración anal también estimula la próstata, lo que incrementa el placer hasta el punto de que se puede eyacular. En el caso de las mujeres, hay estudios con sonogramas que podrían determinar si se alcanzan algunas estructuras internas del clítoris durante la penetración anal:

Son estudios no finalizados todavía, pero de confirmarse explicarían que unas chicas sientan tanto placer asociado al sexo anal mientras que a otras le genera más bien indiferencia.


Suciedad
El ano es un lugar sucio y apestoso. Ése es un buen argumento, siempre y cuando no se recuerde que el sexo también es, para muchas personas, más excitante cuanto más sucio sea. ¿Acaso no es sucia la penetración vaginal con un pene por el que también se orina?
Siguiendo en la línea de salubridad, darse un morreo o plantarle un ósculo a la mejilla del amado también es sucio. Durante la Edad Media se decretó que el beso, como el juego amoroso o los preliminares en general, eran reprobable. Y Sigmund Freud catalogaba el beso como «perversión» en su Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad. Porque las bocas son mucosas en las que proliferan millones de bacterias. Más de 6 millones de bacterias de 600 tipos diferentes. Son casi cloacas. Su función es servir de entrada al alimento, no besar.
En nuestra también cara tenemos millones de ácaros foliculares (demodex folliculorum), y eso es lo que estamos besando cuando acercamos los labios a una mejilla.
El sexo es sucio y primitivo, desde un beso hasta la penetración vaginal. Pero el contexto es lo que determina que nos guste o no. Por eso nos damos el lote con nuestra novia, intercambiando babas a tope, pero quizá nos dé apuro compartir el cepillo de dientes o beber del mismo gollete que él o ella acaba de beber. Y ya no digamos bebernos una copa de saliva, aunque sea la propia.
Imágenes | Pixabay/Shutterstock

Por Sergio Parra

❶ Divulgador y editor de divulgación científica en Xataka Ciencia, Muy Interesante, Next Door, Naukas, Escapada Rural, Jot Down, Quo, Conec o Mètode.

❷ También ha colaborado en proyectos de empresa como El Instituto de la Felicidad (Coca-Cola), Coca-Cola Journey, Blog de Lenovo (Lenovo), Strambotic (Público), Tecnoxplora (Atresmedia) o Muy saludable (Sanitas), así como en la edición de libros y manuales para Editorial Planeta, RBA Coleccionables, Montena y Martínez Roca.

❸ Crítico cultural en Papel en Blanco y El Hispanoamericano.

❹ Habla de viajes en Diario del viajero.

LIBROS PUBLICADOS

DIVULGACIÓN CIENTÍFICA

■ Biografía del científico victoriano Michael Faraday Ciencia de alta tensión (RBA, 2013), traducido al francés, al italiano y al ruso.

El elemento del que solo hay un gramo. Y otras historias de física, química y sustancias asombrosas (Guadalmazán, 2015). A propósito de él, le entrevista Carlos Herrera (Herrera en la Cope).

Cultiva tu memesfera. Somos lo que nos rodea (Arcopress, 2015). Entrevista en La Contra de La Vanguardia por Ima Sanchís.

La inteligencia artificial. El camino hacia la ultrainteligencia (National Geographic, 2017), traducido al italiano y al francés. (Coautoría con Marc Torrens).

■ Trilogía de libros ilustrados juveniles Las chicas son guerreras (Montena, 2016), Las chicas son de ciencias (Montena, 2018) y Las chicas van donde quieren (Montena, 2019). Traducidos al italiano, al turco y al rumano.

Eso no estaba en mi libro de Historia Natural (Guadalmazán, 2017).

Cómo cambiar el mundo antes de los 30 (Next Door Publishers, 2018). Entrevista en NTN24 por Luis Quevedo.

¡Mecagüen! Palabrotas, insultos y blasfemias (Larousse, 2019). Entrevista en Hoy por Hoy y en Está Pasando (Telemadrid) por Inés Ballester.

Eso no estaba en mi libro de genética (Guadalmazán, 2020).

LITERATURA DE VIAJES

300 lugares de verdad que parecen de mentira (Martínez Roca, 2013). Entrevista en La Contra de La Vanguardia, por Víctor Amela.

Ciclistas de sofá (Xplora, 2014)

NOVELA

La granja de Dios: Publicado en Cd-Rom Pc-Actual (2001). Premio de Literatura de Pc-Actual 2001 y  seleccionado para la oferta de libros PDF de Microsoft Reader.

Frío (Septem Ediciones, 2005). Premio Ategua Castro del Río de Novela 2003.
What hath God wrought. Finalista Premio de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) de Ciencia Ficción 1999.
Las gafas de Platón: Primera novela-podcast en castellano (2005).

BITIS tm (Mundo Imaginario, 2006). Premio Libro Andrómeda 2005. (Se completa el volumen con la novela corta Empatía)

Jitanjáfora(AJEC, 2006).

La moleskine (Nostromo, 2006). Premio V Certamen Nacional de Narrativa Caja Castilla la Mancha “Valentín García Yebra” 2005

Tanatomanía (Espiral CF , 2007).

Capítulo fundacional de la novela colaborativa Yo, dragón, auspiciada por Koch Media y Soopbook para el videojuego Dinivity II: Ego Draconis (2009).
Venus decapitada (Viaje a Bizancio Ediciones, 2010).
Jitanjáfora: Desencanto (AJEC, 2011).

➽ Redacción de novelas de youtubers como ElRubius (Escuela de Gamers, Gamedonia y Real Hero), Experimentos Caseros (Maytalia y los inventores, Maytalia y el espacio, Maytalia y el cuerpo humano), Grefg (Rescate en White Angel), ByViruzz (El despertar de la bestia, La gran alianza), AlphaSniper97 (Atrapados en Box Odissey).

Ha recibido algunos galardones y reconocimientos, entre los que destacan el XVI Certamen Literatura Ategua (Novela) con Frío (Septem, 2005), el V Certamen Nacional de Narrativa Caja Castilla La Mancha “Valentín García Yebra” con La moleskine (Nostrum, 2006) o la mención en los Premios Ignotus con Jitanjáfora (AJEC, 2006).

ANTOLOGÍAS DE CUENTOS

Más allá de…: cuento incluido en la antología Artifex Segunda Época número 3 (2000). Finalista en el Certamen Domingo Santos de Relato Corto.
El animal: cuento incluido en la antología El Fungible (2001) Finalista en el certamen de cuentos El fungible.
El demiurgo desnudo: cuento incluido en la antología de relatos fantásticos del Ayuntamiento de Noviercas (2001). Finalista en el certamen de relatos fantásticos del Ayuntamiento de Noviercas.
Juan Hitlerfranco busca a Dios: cuento incluido en la antología española de fantasía y ciencia ficción Visiones 2002.

El bigote de Venus: cuento incluido en la antología del II Concurso de la Asociación Juvenil “el Rural” Oria-Almería (2006).
¿Quieres ampliarme?: Publicado en la antología Artifex Tercera Época nº 4, Editorial Bibliópolis (2006). Finalista Certamen Relato Corto Domingo Santos 2001
Aduya: Publicado en antología Fabricantes de Sueños 2008 (2009). Finalista de los Premios Ignotus de la AEFCF en categoría relato (2008).

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