Malos tiempos para los poderes fácticos. Del sonido de su nombre rebota la palabra ‘descrédito’. Las personas, mientras tanto, empiezan a despertar. Los dioses han caído. Para construir un nuevo mundo ya no se mira al cielo. Se mira al suelo. Ahí viven muchos héroes que en su anonimato levantan grandes obras. Son los Superhéroes de barrio.
Existen desde el nacimiento de las comunidades. Pero, a menudo, la historia los ha silenciado. Los libros siempre miraron al poder institucional y con frecuencia despreciaron el poder de los anónimos.
Hoy el foco se atreve a girar al otro lado y orientar su luz a las sombras. Allí, de pronto, aparecen personas, muchas personas, que hacen cosas importantes, muy importantes. Están en todos los lugares del mundo. Están, por ejemplo, en el barrio madrileño de Aluche.
Allí cayó un foco. Lo encendieron diez jóvenes. “Descubrimos que había mucha gente comprometida. Eran personas que hacían cosas increíbles por los demás y por salir adelante”, explica Andrea Fernández, una de las impulsoras de la plataforma. Pero su trabajo quedaba en el silencio y el silencio, más que espolear, precipita hacia el olvido.
Fernández y nueve jóvenes más se propusieron “dar valor a estas personas que intentan cambiar las cosas”. Crearon una plataforma llamada Superhéroes de barrio para que estos ciudadanos puedan contar las cosas que hacen, las cosas que consiguen y las cosas que con ayuda de otras personas quieren hacer.
En esta web hay un espacio (Grandes episodios) donde se cuentan hazañas de superhéroes “con final feliz”, especifica Daniel Muñoz, otro de los impulsores. Por ejemplo, la cabalgata que organizaron los vecinos de Aluche cuando el ayuntamiento les dijo que ese año no había presupuesto para sacar a los reyes en sus camellos. O el hombre que ha evitado que el Banco Santander lo desahucie porque no puede pagar una hipoteca que ha duplicado su cuota mensual. O el anciano de 77 años que consiguió evitar el cierre de un centro ocupacional para discapacitados.
También hay un espacio para pedir la colaboración de otras personas (Necesito superhéroe). “Contamos historias reales de personas que no se conforman con lo que les toca. Si no les gusta su realidad, intentan cambiarla”, dice Daniel Muñoz.
En la web de superhéroes solo caben historias reales. “Nos basamos en la realidad porque es más poderosa que la ficción”, continúa. “La única concesión a la ficción es el nombre que hemos dado a la plataforma”.
“Nuestra intención es poner en contacto a personas que quieran cambiar las cosas. Individuos que no se conforman con lo que le toca a ellos o los demás”, comenta Muñoz. “Buscamos gente que reflexiona y que quiere resolver problemas. No hace falta volar para ser un superhéroe. Solo hay que tener voluntad y ser crítico”.
Porque, además, “la plataforma es una reflexión en sí misma”, según el madrileño. “Pretendemos despertar el espíritu crítico. Si las personas que aparecen aquí pueden hacer esto, tú también”.
El curso Comunicación del presente y del futuro, de Mr. Marcel, donde se gestó el proyecto acabó. Pero la iniciativa ya crece sola. “La web funciona por sí misma. Nosotros la creamos pero ahora es la gente la que aporta contenido y la que busca allí a otras personas”, dice Muñoz. “La idea es crear una red de contactos y dar a conocer estas cosas que pasan todos los días. Es una red de solidaridad”.
En la vocación de esta plataforma está también el deseo de “romper miedos”, dice Fernández. “No tenemos que ir de la mano de un hermano mayor. Nosotros podemos hacer las cosas. Y esto es solo el principio. Hemos empezado por Aluche pero ya estamos investigando cómo se puede extender la plataforma en el barrio de Lavapiés. También hemos hablado con otros colectivos de Madrid y de otras ciudades”.
Siete de los diez jóvenes que comenzaron el proyecto llevan hoy las riendas de una iniciativa que nació y continúa funcionando con un presupuesto de cero euros. “Esta plataforma intenta fomentar el espíritu de colaboración y nosotros somos los primeros que tenemos que aplicarnos el cuento. Todo lo hacemos mediante cooperación y también hemos conseguido muchas cosas por intercambio o trueque”, explica Muñoz. “Nos hicieron las chapas, por ejemplo, a cambio de pintar la puerta de un local”.
Superhéroes de barrio llevan apenas dos meses funcionando. Pero en este tiempo no solo han calado en Aluche. Desde esta semana tienen un espacio radiofónico en Onda Latina, la radio libre más antigua de Madrid, para hablar de las hazañas que no se cuentan en otros medios y conversar con personas que buscan a esos Supermanes que viven en su barrio y no van con los calzoncillos por fuera.