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¿Cuál es la lengua con más fonemas del mundo?

Podría ser una pregunta de Trivial en una de esas largas partidas de sobremesa en casa de tus suegros cuando llueve y no tienes excusa para escapar. Una pista: olvidaos de cualquier idioma occidental, por mucho que el alemán os suene raro raro raro. La respuesta la da el New York Times: es el Taa, también conocido como !Xoon o !Xoõ y lo hablan aproximadamente 4.000 personas en Botsuana y algunos territorios de Namibia.

Esta lengua africana tiene aproximadamente entre 100 y 164 sonidos consonánticos, dependiendo de la variedad dialectal y de los estudios que se apliquen sobre los fonemas, y unos 44 vocálicos. Una cifra nada despreciable teniendo en cuenta que el español posee 24 fonemas, cinco vocálicos y 19 consonánticos, y que el inglés articula un total de 45 sonidos.

El taa o !Xoom es una lengua comprendida dentro del grupo de las joisanas o khoisánidas y se caracteriza por utilizar chasquidos o clics para articular ciertos sonidos. Inciso: el símbolo ‘!’ es utilizado en el Alfabeto Fonético Internacional (AFI) para señalar esos chasquidos. De ahí lo de !Xoom. Fin del inciso.

Los principales son el clic dental [l], clic alveolar [!], clic palatal [ǂ], clic alveolar lateral [ll] y clic bilabial [ʘ]. Todos ellos, combinados con otros sonidos, son los que producen la cantidad de consonantes y vocales que caracterizan a este idioma.

Aprenderlo no debe ser fácil, ya que a la pronunciación de los clics debe seguir inmediatamente la articulación de otros sonidos, lo que convierte a sus hablantes en «maestros de la respiración».

«El mayor reto que los niños deben superar para hablar una lengua de chasquido es producir sílabas que empiezan con una consonante de clic justo cuando tienen que tomar aire, y luego cambiar rápidamente la respiración para expulsar ese aire con el fin de pronunciar una vocal sin que haya ninguna pausa intermedia», explica la investigadora lingüística de la Universidad de Ohio Amanda Miller. Y sí, es tan difícil como suena.

Los chasquidos parecen tener una intención onomatopéyica, como si quisieran imitar los sonidos cotidianos que rodean a los habitantes de estas tierras africanas. De esta forma, los hablantes taa tienen una palabra para definir el sonido de un huevo podrido cuando se agita [!húlu ts’êẽ] o el sonido que hace un objeto puntiagudo cuando cae al suelo [ǂqùhm ǁhûũ].

Sorprendentemente, tanto el !Xoom como otras lenguas de chasquido son capaces de condensar una gran información en una sola palabra. «Muchos conceptos podrían expresarse en una sola sílaba en el taa, algo que en inglés supondría entre tres y cuatro sílabas», afirma Bonny Sands, lingüista de la Northern Arizona University.

Según explican en el artículo del NYT, en las lenguas joisanas las palabras sólo están formadas por una o dos sílabas, por lo que se necesitaron muchas consonantes y vocales para ampliar su vocabulario.

Imagen de portada: Rickson Davi Liebano / Shutterstock.com

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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