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La extraña unión de la química y la ortografía

A simple vista es una tabla periódica más. Con sus colorines y sus elementos químicos, los mismos que Walter White disfrutaba mezclando a escondidas en el interior de una caravana destartalada en Breaking Bad.

Pero si la miramos con más atención, hay algo más. No son lecciones de química, son normas ortográficas que más de una pesadilla han causado (y causan) a quienes se dedican a escribir, da igual si son sesudos informes o escuetos tuits.

Esta tabla periódica tan peculiar ha corrido como la pólvora por las redes sociales. Su diseño e idea es obra de SinFaltas, una empresa que se define a sí misma como «un grupo heterogéneo (lingüistas, abogados, comerciales, informáticos), pero todos unidos por el convencimiento de que estamos ante una gran oportunidad de fomentar el gusto por la lengua y por escribir de acuerdo con las normas ortográficas, que son una gran ayuda para mantener la unión del español en todo el mundo y para habituarnos al cuidado por las cosas del día a día».

La idea se le ocurrió a uno de sus miembros al ver en Facebook una foto de un amigo donde aparecía con una tabla periódica detrás. Los viajes en autobús dan para mucho. «Siempre he comprobado que adaptar la tabla periódica a distintos campos utilizando las letras de los símbolos tiene tirón en las redes sociales, por lo que empecé a mirar por encima a ver si podía cuadrar con la ortografía», explica SinFaltas. «Muchos de los elementos salían solos de un primer vistazo. No hay más que pensar que el primero es el hidrógeno, es decir, la H, letra que tiene mucha miga ortográfica. Luego hay bes, uves…».

Asociar cada símbolo químico a una regla ortográfica resulto complicado en algunos casos, sin embargo. «El último fue Nh y de los más complicados, Md o Fr», rememoran desde SinFaltas. «Más complicado, no obstante, ha sido reducir la información para que cupiera en cada casilla sin omitir nada ni dar ninguna información errónea». Porque eso es esta tabla: un resumen muy visual de las normas ortográficas que rigen el español.

El éxito de la tabla ortográfica demuestra que existe un gran interés por la lengua entre los usuarios de redes sociales y de la sociedad en general. «La gente se enfrenta hoy todos los días a la lengua. Todo el mundo escribe a diario, como mínimo en WhatsApp, y se hacen muchas preguntas. Lo decimos siempre: la ortografía está de moda», afirman rotundos los artífices de la tabla periódica de la ortografía.

La tabla no se cuestiona si las normas ortográficas son lógicas o no, como ocurrió en 2010 cuando la RAE publicó la nueva Ortografía. Tampoco entra en el debate de qué reglas deben seguirse y cuáles no. Simplemente, las dan a conocer.

«Detrás de las normas de la RAE hay gente que sabe mucho y todas las normas tienen una justificación detrás», opina uno de los miembros de SinFaltas. «A mi juicio la última edición de la ortografía de la RAE (la de 2010) es una obra de arte y hay que aprovecharlo. Gracias a eso se pueden preparar cosas como nuestra tabla».

 

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

2 respuestas a «La extraña unión de la química y la ortografía»

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