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Los cuadros vivientes en las series de televisión

En el cine, los cuadros vivientes son planos en los que los actores se colocan a la manera de los personajes de un cuadro. Los actores cercanos a la pantalla apenas gestualizan o hacen movimientos. Es habitual que al fondo haya actividad de personajes de reparto: invitados a una fiesta, servidumbre, soldados… La toma está hecha con la cámara fija, lo que ayuda a crear el efecto de pintura tridimensional. Estos planos con frecuencia son usados como apertura o cierre de las escenas.

El término técnico es tableau vivant (tableaux vivant en plural). La idea se remonta al siglo XIX en Francia. Los fotógrafos recreaban cuadros conocidos o escenas que simulaban ser cuadros sobre temas populares o religiosos. La gracia no tardó en extenderse pronto al resto del mundo.

Tableau Vivant Kaiserfest Malkasten Düsseldorf, 1877

CUADROS VIVIENTES EN EL CINE

En el cine primitivo, el cuadro viviente era obligatorio: la mayoría de los temas bebían del teatro, y la edición (cortar y pegar escenas) estaba por descubrir. Cuando apareció la edición, los tableaux vivant se convirtieron en rasgo de estilo. La técnica fue usada con buen gusto por cineastas como Renoir, Ophuls o Dreyer (que comenzaron en el cine mudo). Más adelante, cineastas como David Lean, Kurosawa o Sergio Leone crearon pinturas vivas que inspiraron a otros cineastas.

Stanley Kubrick es el maestro de los tiempos modernos en el tableau vivant. En el cine reciente, Wes Anderson ha convertido la técnica en el sello personal: remarca el gusto del director por la simetría.

La naranja mecánica (Stanley Kubrick) comienza con un primer plano. La cámara hacia atrás muestra una pintura viva.
Las pinturas vivas de The Life Aquatic with Steve Zissou (Wes Anderson) ayudan al público a percibir la atmósfera calmada de las profundidades marinas.

CUADROS VIVIENTES EN LA SERIES

La televisión ha tardado en emplear la pintura viviente. Este tipo de plano es, por lo general, rico en detalles y precisa un cuidado estudio de la luz. El fotógrafo Néstor Almendros (Días del cielo, La decisión de Sophie) decía tomar como referencia a Caravaggio, Rembrandt y Goya, pintores conocidos por el empleo de la luz.

En los últimos año, quizá dos hechos han contribuído a la aparición de los tableaux vivant en televisión:

  1. Las pantallas cada vez más grandes y con mayor definición.
  2. El deseo de las cadenas de contar con producciones visualmente golosas.

Las pantallas de televisión cada vez más grandes. Podemos encontrar pintura viva en series del siglo pasado. Ejemplos interesantes los hay en The Prisoner (1967).

The Prisoner (1967).

La serie británica apabulla con una estética ambiciosa que reafirma una de las propuestas narrativas más desquiciadas de la historia de la televisión. La pintura viva ayuda a comprender la angustia del protagonista en la cárcel-retiro de oro de espías.

Sin embargo, no es hasta el siglo XXI cuando el tableau vivant se reafirma y cobra pleno sentido. Producciones como Ángeles en América (2003), Carnivale (2003) y Deadwood (2004) están entre las pioneras reafirmando el eslogan (famoso entonces, obsoleto ahora): «No es televisión, es HBO».

Los planos de Angels in America beben de la pintura religiosa.

Producciones visualmente golosas. El tableau vivant es uno de los elementos que añade a determinadas series un toque de calidad, un toque cinematográfico. En las series épicas —con una producción en auge— el tableau vivant muestra la gloria, con frecuencia decadente, de los imperios.

Juego de Tronos.
Downton Abbey.

En las series de época —con Downton Abbey como principal referente— el tableau vivant crea una sensación de universo al ralentí. A veces, uno está en los salones de la mansión de los Crawley como en un museo de cera en el que las figuras cobraran vida por momentos.

Cada plano de Mad Men parece una pintura de Hopper que cobra vida.

En Mad Men funciona como espejo. Los protagonistas parecen por momentos replicar anuncios de papel cuché. Encuadres perfectos para realidades imperfectas.

La sombra del Hannibal interpretado por Mads Mikkelsen empapa cada plano de la serie. El tableau vivant —con referencias a Kubrick— arropa una simetría siniestra.

Hannibal.

El tableau vivant reafirma en otras series la asfixia de mujeres que no ven un futuro, como The Handmaid’s Tale o Alias Grace.

The Handmaid’s Tale.

Hay más ejemplos. Los siguientes nos darán una idea de la extensión del uso del encuadre tableau vivant:

El tableau vivant recrea el poder de los capos en Boardwalk Empire e inquieta al ojo del espectador que espera la acción en cualquier momento.
Les revenants. El tableau vivant muestra la vida doméstica que pronto será alterada por visitantes inesperados.
The Knick recrea con el tableau vivant la pintura de la época sobre escenas médicas.
Mr. Robot. El mundo como una piedra inamovible contra los deseos de cambio del protagonista.
The Young Pope. La pompa y la gloria del papado ama el tableau vivant.
Westworld. El tableau vivant recrea a menudo la falta de voluntad propia de los androides.
Twin Peaks (2017). David Lynch es el maestro del tableau vivant en televisión. Cada pintura viva es un relato que busca la participación del espectador.

 

Por Javier Meléndez Martín

Soy guionista desde 1998. He trabajado en producciones de ficción y programas para Canal Sur, ETB y TV3.

Co-escribí el largometraje para televisión Violetas (Violetes), una película para Televisió de Catalunya, Canal Sur Televisión y Canal 9. (2009).Violetas consiguió dos premios y dos menciones.

Imparto talleres de guion desde 2010.  Ahora, en Portal del escritor.

Puedes leer mi blog La solución elegante (recomendado por la Universidad Carlos III de Madrid para estudiantes de guion).

Puedes seguir las actualizaciones del blog en Facebook y en Twitter.

5 respuestas a «Los cuadros vivientes en las series de televisión»

Pues sí, faltan algunos. Yo destacaría por encima de todos Wolf Hall, una de las series con la mejor fotografía y mucha de ella basada en cuadros antiguos y lo que es más espectacular, iluminación antigua. Velas y chimeneas son en ocasiones la única fuente de luz (apreciable, no sé si había focos muy bien disimulados).

Gracias, no la conozco. Me la apunto. Necesitamos varias vidas para ver todas las series que se producen cada año, ¿verdad? 🙂

Muy interesante el artículo, estoy desarrollando mi doctorado sobre la presencia de tableaux vivants en el cine y me ha resultado muy curioso su planteamiento.
Gracias.

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