El del espectáculo, y la cultura en general, es un sector que se ha visto duramente golpeado por el covid. Muchas representaciones teatrales, conciertos y festivales han sido suspendidos durante estos meses y si se han puesto en marcha, ha tenido que ser a costa de reducir drásticamente los aforos e imponer unas medidas de seguridad que garantizaran la salud de los espectadores.
Pero ¿y si se construyera un edificio que pudiera amoldarse a las medidas anticovid y permitiera esa máxima del show must go on?
En agosto de 2020, el estudio Stufish Entertainment Architects, representado por Ric Lipson y Paul Preston, y un grupo de productores, creativos y técnicos (Holly Gilliam, productora de eventos en vivo y documentales; Katy Lipson, productora teatral; Jake Berry, director de producción y Robert Delamere, director y fundador de Digital Theatre) se unieron para colaborar en el diseño de un edificio que fuera capaz de albergar cualquier tipo de espectáculo en vivo, que cumpliera con las medidas de seguridad contra la pandemia y que pudiera adaptarse a otras que pudieran llegar en el futuro. De esa colaboración nació The Vertical Theatre Group. Y el resultado de esa colaboración es The Vertical Theatre.
Se trata de un espacio polivalente, que se puede montar y desmontar para instalarlo en cualquier lugar, y que está previsto que sea realidad a finales de este año.
The Vertical Theatre es un edificio abierto para poder mantener una ventilación natural y circulación del aire por el interior con el fin de disminuir el riesgo de contagios, aunque está cubierto con un techo para proteger al público y al escenario de las inclemencias meteorológicas. Se accede al interior a través de cuatro pasarelas separadas para evitar aglomeraciones y minimizar el contacto entre los espectadores, y tiene una capacidad para entre 1200 y 2.400 personas. Cuenta también con zona de restauración y para su diseño se ha tenido muy en cuenta la distancia social.
«The Vertical Theatre se llama así porque cambia el modo en el que se reparte el público por todo el espacio, que pasa de estar en el suelo, alejándose cada vez más del escenario para cumplir el aforo, a colocarlo verticalmente», explican sus creadores. «Esto significa que la mayoría del público está a la misma distancia del escenario, lo que implica que todos tienen una buena visión».
El público se sienta en palcos que pueden albergar grupos de entre 4 y 12 personas o que formen una burbuja familiar. Esos palcos, como todo el edificio, son modulables, lo que permite que se puedan adaptar a cada tipo de normativa establecida en diferentes países, y están convenientemente distanciados unos de otros.
Esa distribución en pisos y en balcones proporciona un mayor espacio personal, aseguran desde The Vertical Theatre Group. «También hay diferentes calidades y tamaños de asiento según el lugar del recinto en el que se encuentre. Todos estos elementos hacen que la experiencia de estar entre el público haga que todos se sientan como un VIP. Además del servicio de bebidas y comida que se lleva a los palcos, una vez que uno está en su asiento, para poder disfrutar del espectáculo sin moverse (salvo para ir al baño)».
En cuanto al escenario, «el diseño del edificio permite situarlo en cualquier orientación. Desde el interior, pasando por el transversal, hasta el final», aclaran los arquitectos y diseñadores. «Esto significa que el backstage también tiene que ser flexible. El suelo del teatro está elevado para permitir que los camerinos y los ascensores del escenario estén bajo el suelo, lo que significa que el backstage está debajo. Si el espectáculo termina, habrá algún almacén detrás del escenario, pero los camerinos seguirán estando debajo».
Además de las ya explicadas, los diseñadores han aplicado otras medidas de seguridad anticovid en el edificio: pasillos anchos, se ha reducido el número de escalones y pasamanos, materiales de fácil limpieza, puntos de desinfección y lavado de manos tanto dentro como fura del recinto, pasamanos recubiertos con un acabado especial que elimina un alto porcentaje de virus… Incluso se ha pensado en minimizar los contagios a la hora de comprar las entradas, la comida y la bebida, ya que todo ello se pedirá a través de una aplicación para reducir las colas.
Los arquitectos están decidiendo todavía qué estructuras emplearán para su construcción, teniendo en cuenta que será un espacio portátil. «Estamos estudiando varias formas de construir la estructura, desde las que ya están prefabricadas hasta otras hechos especialmente para este proyecto. La mayor parte de la estructura será probablemente de acero, con elementos prefabricados de acero, aluminio y madera».
«El recinto es al aire libre, por lo que la acústica tiene que intentar reducir el ruido de entrada del tráfico exterior, del lugar, etc., y reducir el ruido de salida del espectáculo», comentan los diseñadores cuando les preguntamos por la calidad del sonido de un edificio tan singular como este.
«El sistema de sonido está diseñado para que el sonido amplificado llegue por igual al público, al igual que cualquier espectáculo al aire libre, ya sea un partido deportivo, un circo o un concierto. Se utilizan materiales en toda la estructura para absorber el sonido adicional en la medida de lo posible, pero hay que reconocer que esto es más parecido a un festival o a un teatro al aire libre que a un edificio acústico cerrado y sellado».
En opinión de los miembros de The Vertical Theatre Group, «los diseñadores de los edificios del futuro tendrán en cuenta estos aspectos en cuanto a la circulación, los materiales, los puntos de contacto, los pasillos pequeños, etc. Es posible que la era del billete de papel haya llegado a su fin y que la gente siga disfrutando de pedir sus bebidas a través de una aplicación, con el fin de reducir los desplazamientos por los edificios». También creen que se incluirán más aseos para permitir un mayor lavado de manos e higiene.
Los creadores de este proyecto esperan poder exportarlo a otros países, por lo que ya está en conversación con otros socios potenciales y está abierto a otras colaboraciones. ¡Que no pare la música!