Al principio no hay opción. Alguien decide por ti que te has de llamar Antonio. Pero luego vienen los cómics, las películas de terror, el cine, la música… Y Antonio Gamboa decide sustituir ese nombre por a.k.a. Lord Horror y a.k.a. T-Creep. Llegan también los retratos. Gamboa empieza a dibujar y, entonces, se convierte definitivamente en The Art Warriors.
Entre sus dibujos hay una colección creciente de personajes. Es lo que más le gusta. El retrato. Y, para elegir modelo, solo hay un requisito: “Es gente que me inspira”, dice el director de arte. “Pueden ser escritores, músicos, actores, amigos… O puede ser alguien que encuentro en una foto y, sin más, lo pinto. Me baso en personajes que me motivan”.
En sus retratos hay mucho realismo. Pero su intención no es copiar inalterable la realidad. El director de arte, nacido en Málaga, dice que se fija en un detalle concreto (los ojos, el pelo, los labios…), y se enfoca ahí más que en el resto de elementos del retrato.
“Dibujo la forma en la que yo interpreto esas caras. A veces les aplico un toque oscuro, creepy… y otras veces introduzco muchos blancos. Mezclo el blanco de la camiseta con el blanco del fondo”, especifica.
The Art Warrior comienza siempre por los ojos. Después compone el resto de rasgos faciales y, al final, dibuja el pelo. “Es a lo que más tiempo dedico”, apunta.
El ilustrador no mezcla lápiz con digital. Dice que normalmente opta por una de esas dos formas de trabajar. O lápiz y acuarela, o todo digital.
Sus personajes aparecen en discos, portadas de libros, revistas… También hace retratos por encargo y, últimamente, ha pintado en tiempo real algunas conversaciones de hang outs (videoconferencias).
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