De las nociones románticas del viajero sin raíces que trabaja desde cualquier sitio hemos pasado a historias más realistas y racionales. Trabajar desde cualquier lugar no es solo una cuestión de buscar la aventura. Es la manera de repoblar las ciudades pequeñas de talento. Muchas mentes brillantes ya no tienen necesidad de emigrar a las grandes urbes para destacar.
Hoy es más fácil conciliar vida profesional y personal si uno se quita de en medio desplazamientos innecesarios. Surgen nuevos perfiles de profesionales con aptitudes para dirigir proyectos variopintos con trabajadores repartidos por todo el mundo.
Tampoco es necesario dejarlo todo para vivir en el campo. Se puede vivir en el campo y seguir trabajando en lo que uno desee. Se puede perseguir una pasión sin estar condenado a la bancarrota.
Este grupo de personas ha logrado que la calidad de su trabajo se imponga sobre el miedo de sus clientes a la distancia. La tecnología es el medio que utilizan para vivir como quieren vivir. Son minoría, pero pronto dejarán de serlo.
Ilustración: María Castelló Solbes
Enric Adrian Gener: Diseño web en medio del océano
Hace dos años, Enric Adrian Gener hizo lo que pasa por la cabeza de muchos pero pocos se atreven a hacer. Dejó su trabajo estable en una agencia de publicidad madrileña para perseguir lo que más le gusta hacer. El buceo. Pero algo había cambiado respecto al pasado. Hacer esto ya no significaba lanzarse al vacío. Ya no era una cuestión de todo o nada. “Mi plan desde el principio era seguir trabajando con la única diferencia de que ahora estaría muy cerca de lo que me gusta hacer”, cuenta este menorquín de 29 años.
Hoy, Adrian Gener se sigue ganando la vida haciendo páginas web y programación pero casi nunca desde el mismo lugar. Ha vivido en la isla de Hierro y en Tenerife. Actualmente está pasando un tiempo en Menorca. No tiene claro donde estará en unos meses. La clave para llegar hasta aquí ha sido estar dispuesto a trabajar en cualquier momento. “Tienes que ser totalmente flexible. Domingo por la noche, sábado por la mañana, y aceptar fechas de entrega muy cortas. No puedes tener un horario fijo”.
Sus dotes creativas también le han permitido aprovecharse del trueque. “Consigo material para bucear gratis a cambio de ayudar a centros de buceo con su imagen corporativa”.
Vivir así le ha aportado una serie de ventajas: “Hago lo que más me gusta hacer”; pero también algunos inconvenientes. “Aunque quiera pagar por ello, todavía encuentro problemas en encontrar pinchos y conexiones remotas que estén a la altura. Me permiten hacer cosas básicas, pero me encuentro con problemas cuando tengo que subir archivos más grandes”.
Preguntado si forma parte de un nuevo perfil de trabajador, Adrian Gener dice no haberse parado a pensar en ello. “De todas maneras, me has contactado en el momento perfecto”, responde por correo electrónico. “Hace un par de días hubieras tenido la foto perfecta para tu entrevista. Estaba en un barco con unos amigos navegando por Menorca. Mi estudio se trasladó allí durante ese tiempo. Para finalizar uno de mis trabajos tuve que coger una zodiac y mi portátil y acercarme a la orilla en busca de cobertura 3G. Desde allí subí a la Red los archivos finales de un trabajo que tenía que entregar”.
Se acabó tener que decidir entre una cosa u otra. Se puede tener las dos cosas a la vez. Es posible conciliar vida personal con vida laboral aunque signifique lidiar con cambios de horario y grandes distancias. Rajnish Kumar, un programador indio, vive en un pueblo en la provincia de Toledo por razones sentimentales. Sin embargo, esto no ha significado que tenga que renunciar a llevar las riendas de su empresa Ixigo con sede a más de 7.000 kilómetros de distancia.
Kumar fundó este buscador y agregador de viajes en 2006 junto a otras dos socios en Gurgaon (India). La página es una de las que más crece en su sector en el país asiático y su expansión internacional ya está en marcha. Pero Kumar sigue pasa buena parte de su tiempo en España.
Entre las herramientas indispensables para el día a día están Jajah para hacer llamadas internacionales de bajo coste, Freeconference, Google Docs para compartir archivos, Skype y iChat.
El caso de Kumar no es algo fuera de lo común en el sector tecnológico. Es quizá donde más se trabaja a distancia. “Muchas empresas en EEUU tienen desarrolladores en India que colaboran en remoto. Europa del este está repleta de programadores que trabajan desde sus casas o business centres para consultorías de informática en todo el mundo”.
Esta forma de trabajo añade un nivel de complejidad que, según Kumar, se puede solucionar con las herramientas adecuadas. “Lo más importante es evitar que la falta de presencia física no se convierta en una barrera. Debes equiparte con software de tele y vídeoconferencias, acceso remoto, herramientas para monitorizar proyectos, redes privadas virtuales y la posibilidad de compartir pantallas”.
Trabajar de forma efectiva no solo depende de herramientas, asegura. “Tiene mucho que ver con disciplina también. Sé proactivo y comunica a menudo. Evita apagones en la comunicación. Utiliza mensajes de estatus de forma precisa”.
¿Para ser puntero hay que mudarse a una gran ciudad? La respuesta no es clara. Puede que ayude pero ya no cuenta tanto como antes. Si no, que se lo pregunten a Javier Errea. Durante la última década, se ha convertido en uno de los diseñadores de periódicos más cotizados del mundo.
Ha participado en más de 40 rediseños en 20 países. Fue el cerebro detrás del premiado diario portugués i. Rediseñó el diario francés Liberation y Marca. Fue determinante en el lanzamiento de El Economista. Pero su estudio no está en una calle de moda en Madrid, Barcelona o París. Se encuentra a unos kilómetros del centro de Pamplona.
¿Cómo ha cambiado tu forma de trabajar la creciente movilidad y conectividad que proporciona Internet?
Hay un hecho clave.Sin internet hubiera sido muy difícil o imposible de lograr. Vivo en Pamplona y no he tenido la necesidad de migrar a una ciudad, digamos, más central, mejor ubicada, más estratégicamente situada, bien en España o en el extranjero. Con la conectividad que proporciona internet, vivir en Pamplona y trabajar para clientes en medio mundo es posible sin grandes esfuerzos. Eso era impensable hasta hace bien poco. O sea, que sí, que ha debido de cambiar mi forma de trabajar. O, al menos, internet me ha permitido seguir viviendo donde quería, en mi pueblo. A pesar de tanto viaje, puedo seguir con facilidad los trabajos que se están desarrollando en el estudio, intercambiar archivos y comentarios.
¿Por qué has decidido tener tu estudio en Pamplona en vez de en una ciudad más grande como Londres, Madrid o París?
La respuesta es sencilla: Soy de Pamplona y me encuentro bien en mi ciudad. Es donde me reconozco más y mejor. Donde me gusta pasear. Donde me encuentro arraigado. Donde consigo ver las cosas mejor, con más calma. Las raíces son algo importante para mí. Si te soy sincero, a pesar de todos los viajes que he hecho y a pesar de diversas mudanzas laborales, en realidad, nunca me vi en otro lugar. Quizá sí de manera provisional, pero con el rabillo del ojo siempre mirando a Pamplona. No sé, es algo difícil de explicar. Y no se trata tanto de que sea una ciudad mediana o pequeña, con las ventajas que eso tiene para una vida familiar, niños y todo eso. En realidad, es una opción personal.
¿Hace una década hubiera sido posible efectuar el tipo de proyectos que realizas hoy desde Pamplona?
Con mi nula mentalidad comercial te aseguro que no. La gente de Pamplona, y no lo digo yo, somos por naturaleza poco dados al marketing. No va con nosotros. No es que lo despreciemos, es que no nos sale de dentro. Una vez escuché que Pamplona es la única ciudad del mundo donde si entras en una tienda a comprar una camisa casi te echan de la misma, te animan a que no compres nada.
En fin, internet funciona estupendamente como estrategia boca oído. Tu trabajo está accesible, cualquiera lo puede ver. Creo que detrás de internet está la crisis de los congresos profesionales o, al menos, de buena parte de ellos. Antes ibas a un congreso fuera a mirar, a descubrir, a salsear también, claro. Ahora es casi imposible descubrir nada porque ya lo has visto antes. Con lo cual los congresos, en su formato tradicional, han perdido buena parte de su sentido.
A veces lo pienso: ¿Cómo es posible que llame el dueño de un diario de la India, y hablo de un caso real, interesándose por nuestros servicios? Ha pasado hace menos de un mes. No hacemos labor comercial ninguna, salvo nuestra presencia en internet y mi participación como ponente en algunos congresos. No tenemos el apoyo de una gran firma detrás. Pero no somos un caso especial; hay mucho así en todas partes. Pienso que se trata de dar con la tecla, de ofertar algo específico de una manera intuitiva, porque no hay mucha estrategia detrás de lo que hacemos. Creo que lo estamos ofreciendo.
¿Cuáles son los inconvenientes de trabajar de esta forma?
El inconveniente de tanto viaje es que la salud se resiente. Aunque el mayor inconveniente es que tienes que paliar el contacto personal con la gente del estudio tecleando muchas horas y enviando comentarios que han de interpretarse de la mejor manera posible. Sin vernos las caras ni el tono con que se dice algo. Y ya sabemos que en eso internet es peligrosísimo. ¡La cantidad de malos entendidos que se generan!
¿Crees que las nuevas tecnologías están ayudando a repoblar las ciudades más pequeñas de talento?
Sin ninguna duda. Conozco colegas y amigos cercanos que han decidido irse de Madrid o de Buenos Aires y que se han establecido en sus ciudades de origen: en Sevilla, en Vitoria… O, incluso, de otros que se van a un pueblo perdido sin problemas. Claro que algunos siguen la trayectoria tradicional de migrar a una gran ciudad, pero el cambio es brutal. Lo único malo es que para cada viaje tienes que hacer un vuelo de más, tanto de ida como de vuelta, entre tu ciudad y el aeropuerto internacional más cercano, en mi caso, habitualmente, Madrid, Eso supone una media de cuatro o cinco horas de pérdida de tiempo.
En zonas urbanas una buena conexión es algo que se da por sentado. Pero en muchos lugares del mundo conseguir buena cobertura y acceso a Internet es prácticamente imposible. Christian Payne, un periodista y fotográfo freelance, se ha convertido en experto en conectarse a Internet en los lugares más remotos.
Durante sus viajes a Irak o África siempre lleva consigo un Mi-Fi. “Es un dispositivo que contiene una tarjeta SIM. Coge la señal del teléfono móvil y lo convierte en una conexión Wi-Fi. Cuando esto no funciona he llegado a añadir estos dispositivos a una cometa y hacer uso de paneles solares para proporcionar electricidad”, explica.
Llevas muchos años trabajando desde lugares remotos. ¿Cómo has agudizado el ingenio para conectarte en sitios complicados?
Siempre estoy aprendiendo. Paso mucho tiempo experimentando con el móvil y distintas formas de comunicación. Mi bolsa siempre está equipada con un panel solar plegable o mi MIFI. Me encanta buscar formas de transmitir un mensaje desde puntos negros de comunicación elevando, por ejemplo, un panel solar en un poste. Experimento también con nuevos módems que funcionan por satélite o poner mi smartphone en un vaso de cristal vacío para potenciar su cobertura. Me siento cómodo trabajando desde cualquier parte, y en condiciones extremas puedo grabar historias offline para subirlas a la web una vez que encuentro conexión.
¿Qué consejos tienes para personas que quieren trabajar en movimiento?
Viaja ligero y lleva siempre alternativas. Acuérdate que nunca puedes tener suficiente potencia. Conoce tu equipo antes de realizar un trabajo. No confíes demasiado en la nube. Si vas más profundo y lejos que otros siempre habrá un sitio con conexión a internet.
¿Cuales son los lugares más extraños en donde has conseguido conectarte?
Durante una visita al parque nacional Tsavo (Kenya), mi iPhone cogió una señal abierta de WiFi. Era una de las más rápidas que he probado jamás. No había nada ni nadie delante de mí. Solo elefantes y naturaleza. Mi guía no tenía ni idea de cómo lo había conseguido. Pensamos que quizá era algo militar.
¿Qué barreras existen para promover esta forma de trabajar? ¿Están las empresas preparadas para asumirlo?
Las barreras existen en la infraestructura cuando hay una mala gestión. Las organizaciones siguen teniendo problemas de confianza para dejar libertad a sus empleados para trabajar en donde quieran. En otros lugares la banda ancha sigue siendo insuficiente para el trabajador móvil.
¿El concepto actual de oficina acabará siendo obsoleto?
No creo que eso suceda pero pienso que su significado será redifinido. Mi oficina no es una habitación. Es espacio. Es el espacio que se encuentra a mi alrededor cuando trabajo. Normalmente reside en el triángulo entre mi móvil, mi café y yo. Me siento muy afortunado de poder tener mi oficina en la palma de mi mano.
Anita Alvarez: Creativa desde casa
Ha pasado más de una década desde que Anita Alvarez, creativa hispanoargentina, trabaja a distancia. “Comencé en EEUU realizando proyectos para varias agencias desde casa. Era una cosa que se empezaba a normalizar”. Al llegar a España hace 7 años, Alvarez se encontró que apenas existía aquí. Estuvo trabajando en una oficina durante un tiempo pero pronto se dio cuenta de que ya no había vuelta atrás.
Decidió volver a casa y 8 años más tarde sigue siendo su principal lugar de trabajo. Durante ese tiempo ha realizado todo tipo de proyectos relacionados con su profesión. “He sido representante de una multinacional en España trabajando en remoto. He trabajado para clientes en todo el mundo desde aquí”.
Su marido también se ha apuntado al carro de trabajar a distancia. “Es comercial para una empresa de EEUU. Ellos tienen apps especiales en el móvil para estar informados de ventas y material nuevo”.
Con el paso del tiempo esto le ha ayudado a convertirse en especialista en gestionar equipos en remoto. “Tengo un grupo de gente a mi disposición. Somos flexibles y acudo a uno de ellos según el tipo de trabajo”.
Todo esto le ha permitido conciliar su vida laboral con el cuidado de una hija pequeña. “Viajar 50 minutos por la mañana y otros 50 por la tarde es tiempo que dejo de facturar y estar con mi hija. Siento decirlo pero me entra una satisfacción casi sádica cuando veo un atasco”.
Aun así tiene una recomendación que repite varias veces durante la entrevista. “No trabajes en pijama. Levántate y prepárate como si fueras al trabajo”.
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Foto: Varrqnuht reproducido bajo licencia CC
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