Sin disimulos. Todos, sin excepción, hemos aprovechado el viaje de algún amigo al extranjero para encargarle un iPad, especias para una spaghetatta o «unos Levi’s que están muy baratos en los outlets de Nueva York». Orkun Batur y Bora Uyak eran esos amigos generosos que cargaban como mulas los recados de todo el mundo. Ese fue el motivo por el que crearon PleaseBringMe.
Cuando a alguien le entra el gusanillo de dar vida a una idea, puede hacerlo por diferentes motivaciones. La más normal es que ha detectado una necesidad de un grupo de personas que tienen un problema al que se le puede dar solución. En muchas de estas ocasiones, se llega a esa conclusión porque la necesidad surgió en uno mismo.
Este fue el caso de los turcos Orkun Batur y Bora Uyak, dos amigos del colegio que han vivido en países como Alemania, Austria, Tailandia, Suecia o España y que veían siempre cómo su entorno le cargaba las maletas de vuelta a casa con los más variopintos artículos de encargo. «Siempre hay alguien que necesita algo del extranjero. A veces esas cosas no están disponibles en casa o son demasiado caras», explica Orkun Batur.
El servicio se inspira en el imprescindible y gigante tablón de anuncios americano Craiglist, y es gratuito. «No tenemos planeado introducir ningún tipo de cuota. Puede que introduzcamos algunos asuntos de Google o adoptemos el propio modelo de Craiglist, pero sería más adelante», dice Batur.
El diseño de la web es simple con el objetivo de reducir tiempos de carga y de que pueda ser utilizada desde conexiones móviles no demasiado rápidas. Además, como explica Batur, la plataforma puede ser utilizada también por los nativos de cada país para reclamar ayuda de cariz más social o humanitario como libros o medicinas. «Las ONGs puede publicar fácilmente sus datos de contacto e informar a los viajeros de cómo ayudarles».
En cuanto a asuntos de fiabilidad y seguridad, PleaseBringMe se limita a aferrarse a su rol de plataforma externa cualquier transacción. «No podemos garantizar ninguna seguridad. Sí protegemos los pocos datos privados de cada usuario. Para intentar evitar que haya personas que no entreguen aquello que se les ha encargado, estamos trabajando un sistema de calificaciones de usuarios», explica Batur.