Es una pura cuestión de tiempo. Un artículo en un medio digital o una entrada en un foro (da igual la temática de la que traten), y en pocas horas o minutos saltará un troll. Este personaje se siente cómodo en internet, su hábitat natural, y bajo el anonimato que confiere la Red, se dedica a atacar con saña a cualquiera que expone un punto de vista, con independencia del contenido.
Puede ser un comentario de mal gusto o un ataque despiadado que ignora cualquier consideración de convivencia básica, pero lo cierto es que este tipo de usuario deja tras de sí un rastro de mal rollo que ahuyenta a muchos lectores, y sobre todo, enturbia un debate que podría ser muy valioso para la comunidad.
En la mayoría de los sitios web se trata de un fenómeno molesto y de difícil solución, pero en otros, se ha convertido en un auténtico problema. En Reddit, por ejemplo, el asunto de los troles se ha ido de las manos de sus administradores y ha costado la cabeza de su efímera CEO, que al irse ha alertado al mundo: «Los trolls están ganando la batalla de internet».
La secuencia suele ser la siguiente: se publica una entrada en la Red y hay unas elevadas posibilidades de que un usuario llegue con el cuchillo entre los dientes atacando de forma despiadada. En esto, como en todo, dependerá mucho de la naturaleza del sitio, el contenido de lo escrito, y la comunidad de usuarios.
Los medios generalistas se han visto obligados a contratar la figura del moderador, un puesto que vela por el buen hacer de los usuarios conforme a unas normas básicas de convivencia. Sin embargo, en algunos sitios como los foros o el propio Reddit, son los comentaristas lo que generan realmente el contenido.
¿Cómo meter la tijera en este caso? Y ahora que hablamos de este conocido sitio, y amparados en la libertad de expresión, comenzaron a surgir subforos de todo tipo, algunos bordeando la legalidad, mientras que otros superan esa fina línea holgadamente.
El necesario límite en una ciudad sin ley
Ellen Pao, la joven CEO, llegó a los mandos de Reddit dispuesta a acabar con esa ciudad sin ley y cortar por lo sano con comportamientos que ya se podían considerar delictivos. ¿Estamos exagerando? Para nada: la tercera parte de los millenials reconoció haber sufrido algún tipo de ciberacoso en algún momento.
Sí, uno de cada tres, y lo peor del asunto es que esta actitud acosadora estaba encontrando poco a poco una justificación en comunidades como Reddit, en las que bajo la bandera de la libertad de expresión la sensación del ‘todo vale’ había comenzado a arraigarse entre los usuarios.
Aunque cueste creerlo y en el momento en el que escribimos estas líneas, hay un subforo en Reddit bautizado como Rapingwomen (violando mujeres), en el que los usuarios comparten sus experiencias impunemente o piden material gráfico sobre violaciones. En este vomitivo foro, la relativización del contenido ha llegado a extremos tales en los que son varios los usuarios que expresan abiertamente no comprender qué hay de malo en una violación.
La efímera CEO no titubeó y comenzó con una cadena de despidos en puestos clave y a adoptar medidas restrictivas en las que, por desgracia, no calibró bien la fuerza de su enemigo. Conviene recordar que en el caso de Reddit, los comentaristas son la cara y cruz de una misma moneda: son el único activo del sitio y las decisiones restrictivas deben tomarse con contundencia pero calibrando bien las consecuencias.
Pao vivió en carne propia los males que quería atajar y bajo amenazas de muerte y peticiones masivas de dimisión, se vio obligada a dejar el puesto al cabo de unas semanas, aunque antes de irse, dejó esa apocalíptica advertencia: estamos perdiendo la batalla de internet. ¿Es cierto? El asunto va por barrios, pero sí, en los peores casos la situación es descorazonadora: Twitter se lleva la palma. Acapara el 88% de los trolls, mientras que en Facebook el fenómeno está bajo control. ¿Por qué esto es así?
Hay una respuesta: el anonimato y la adopción de medidas. Mientras que en Twitter o Reddit uno puede publicar lo que quiera bajo un alias, en Facebook y aquellos sitios que exigen algún tipo de identificación, el fenómeno de los trolls se diluye hasta casi desaparecer. ¿Se ha encontrado entonces la solución al problema? No tanto. Hay muchos usuarios que prefieren el anonimato para hacer contribuciones de valor que de esta manera caen en saco roto, con lo cual, esta medida paga un elevado peaje.
Con todo, algunos medios no se han cortado a la hora de atajar la acción de estos usuarios, que los expertos ya definen como sádicos: The Verge y algunos otros han optado por cerrar los comentarios durante un tiempo, haciendo una doble demostración de músculo y contundencia.
¿Es la medida adecuada? No lo sabemos, pero al menos es alguna medida, y siempre mejor que no hacer nada.