Había una vez un mundo que en vez de una bola gigante de agua y tierra era una red social llamada Twitter. No eran humanos sus habitantes. Eran tuiteros. Algunos pasaban por la vida desapercibidos. Otros, en cambio, se convertían en líderes y sus mensajes eran repetidos (o retuiteados) infinidad de veces.
En este mundo brillaban algunos tuits por su belleza y su esplendor. Ocurría lo mismo que cuando en el planeta Tierra un Miguel Angel hacía un David. La obra era replicada y llevada al interior de muchos otros lugares.
En ese universo llamado Twitter copiaron la idea de los humanos y decidieron hacer vinilos decorativos con frases que gozaban de gran popularidad.
Inventaron un sistema en el que los usuarios enviaban tuits, dentro de esta red social, con el hashtag #stickmytweet. Otras personas los veían y votaban los que más les gustaban en la web Stickmytweet. Los que contaban con un mayor respaldo se convertían en un vinilo y se ponían a la venta en ese site.
Esa historia es real. El proyecto de convertir unos tuits en vinilos para para decorar hogares, oficinas y locales es de Hommu Studio.
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