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Un afectado por las revueltas de Londres recupera su negocio con la ayuda de las redes sociales


Domingo, 7 de agosto. Los habitantes de Londres amanecen perplejos y consternados. Aaron Biber, un peluquero de 89 años se acerca a su barbería situada en la calle grande del barrio de Tottenham. El paraje es desolador. Las ventanas de su negocio están rotas, sus herramientas de trabajo desaparecidas. Este humilde barbero empieza a pensar lo impensable. No puede hacer frente al coste de las reparaciones. Tendrá que cerrar.
En paralelo, el Gobierno de Cameron busca culpables por las revueltas. No tardan en responsabilizar al sistema de mensajería de Blackberry y las redes sociales por facilitar la labor de los saqueadores. Amenazan con bloquearlas. Una semana después, estas mismas redes demonizadas por el establishment son las que han permitido que Biber pueda seguir con su negocio.
Björn Conradi, un becario en la agencia londinense BBH, se enteró de la historia de Biber por su novia. La cosa no podía quedar así, pensó. Lo habló con sus compañeros y juntos decidieron crear Keep Aaron Cutting, un blog que permite hacer donaciones al veterano peluquero para reconstruir su tienda.

La respuesta ha sido increíble. Lanzaron la propuesta el miércoles 10 de agosto y el sábado de esa misma semana cerraron el plazo de donaciones tras recibir 40.000 euros. «Casi todo ha sido microdonaciones pero también hubo una mujer que donó 500 libras», explica el joven publicitario. El dinero que sobre será donado a las labores de reconstrucción en Tottenham.
Los medios de comunicación también se han volcado en contar su historia. Biber, seguidor del Tottenham, ha recibido una visita de Peter Crouch delantero del equipo. El Washington Post cuenta su historia junto con el caso de Save Siva’s Shop, otra iniciativa espontánea que ha reunido más de 22.000 euros para reconstruir la tienda de Siva Kandiah en Hackney.
Conradi dice estar abrumado con la respuesta de los medios. «En mi vida he hablado con tanta gente y lo mismo ocurre con Aaron. Está todo el día concediendo entrevistas».
«Lo único que hemos hecho es contar su historia de Aaron con un botón para hacer donaciones y moverlo por nuestras redes sociales. Internet ha hecho el resto. Esta historia muestra que los medios sociales son una potente herramienta para hacer cosas buenas».
 
 

Por Marcus Hurst

Marcus Hurst es Cofundador de Yorokobu y Redactor Jefe de Ling Magazine. Puedes seguirle en @marcushurst

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