La protesta contra el genocidio de negros, indio y pobres, con el homenaje a la concejala Marielle Franco, asesinada en 2018, así como la reinterpretación de la historia de Brasil desde el punto de vista de los más humildes y la sátira de la corrupción que envuelve la política e incluso el mundo del carnaval de Río de Janeiro fueron los puntos álgidos de los desfiles en el Sambódromo de este año. A lo largo de dos noches, 14 escuelas de samba del grupo especial han hecho gala de toda su creatividad para sorprender a los espectadores con recursos cada vez más escasos. El recorte de los presupuestos públicos, que comenzó en 2018, se ha agudizado. Por esta razón, los carnavalescos, coreógrafos y directores artísticos de las escuelas de samba, tienen que echar mano de la imaginación para no defraudar al público, que acompaña el espectáculo en el Sambódromo o desde casa.
(fotos de Valeria Saccone)