Con la trama Gürtel, los no germanohablantes aprendimos cómo se dice cinturón en alemán y conocimos, entre otros muchos implicados, a un señor, de nombre Álvaro y de apellido Pérez, pero al que todo el mundo conocía como ‘el Bigotes’ por razones obvias. Aunque no parece que el Sr. Pérez tenga mucho que ver, el caso es que lucir pelo encima del labio superior se ha convertido en algo de lo más frecuente en los últimos meses. El bigote (que no ‘El Bigotes’) está de moda. Tanto que en Barcelona existe un hotel que se lo ha dejado crecer.
Es el Bon Moustache Hostel Barcelona y lo regentan Javier e Isabel. Su vinculación con el mundo de los bigotes proviene de su primo, Mauricio, que vive en Munich y es miembro de Bon Moustache!, un colectivo de artistas que, entre otras actividades, se dedica a la organización de fiestas, a la producción de música electrónica y al diseño de ropa y complementos, como, por ejemplo, bolsas y camisetas con bigotitos.
Además de la familiar, la vinculación del hotel barcelonés con el colectivo artístico alemán cuenta con otra de tipo conceptual: “El Bon Moustache Hostel dispone de un espacio polivalente donde se celebran actividades culturales y de ocio regularmente, además de contar con un punto de venta para las divertidas camisetas y bolsas de los chicos de Munich”.
El hotel está ubicado en pleno centro de la ciudad, entre el barrio gótico y el Borne, dispone de dos dormitorios con siete literas cada uno (además de baño privado, taquillas personales y terraza, entre otros servicios), y de una habitación doble privada, por lo que sus dueños prefieren hablar de él como un albergue. “Nuestros huéspedes tienen una edad media de 25 años, viajan solos o con amigos y se alojan en un hostel no solamente porque es una opción asequible sino también y sobre todo porque es un lugar en el que puedes conocer a otros viajeros y encontrar una experiencia de viaje se sale de lo convencional”.
Esta experiencia se completa con la propuesta de actividades de ocio y establecimientos que Isabel y Javier recomiendan a sus huéspedes. Una especie de guía alternativa de Barcelona a la que denominan Bon Moustaches Places: “Está repleta de sitios con carisma, con alma y que no suelen aparecer en las guías de viaje. El típico bar donde te tomarías un vermouth con tus amigos este domingo, por ejemplo”.
