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Ciencia Creatividad

Un libro de cocina para hablar sobre el futuro de la carne

Como ya os hemos hablado en otras ocasiones en Yorokobu, el aumento exponencial de la población (9.000 millones en 2050) hace insostenible el sistema alimentario que tenemos actualmente. En realidad se podría decir que ya lo es hoy en día. La industria de la carne produce muchos residuos, es muy contaminante (es una de las mayores productoras de gases de efecto invernadero) y es tremendamente ineficiente. Eso por no hablar de todo el sufrimiento animal que genera.

Hasta ahora la única salida que había pasaba por que la gente simplemente dejara de comer carne, que se pasara al tofu e incluso algunos (locos) hablaban de comer insectos… El problema es que a la gente le gusta demasiado la carne y le cuesta mucho cambiar de hábitos, pero en los últimos tiempos ha surgido una nueva esperanza, una innovación que podría facilitar que la gente continuara con su dieta eliminando la mayoría de los inconvenientes de la carne actual: se trata de la carne cultivada en laboratorio o carne in vitro.

Seguramente recordaréis que, en agosto de este año, se retransmitió a través de internet desde Londres la cata de la primera hamburguesa de carne cultivada a partir de células madre. Probablemente nunca tanta gente junta había visto a unos científicos comerse una hamburguesa en directo. Aquél día quedó claro que esa tecnología pronto permitirá producir un producto muy similar a la carne de forma más respetuosa con el medio ambiente, con los animales y utilizando muchos menos recursos, pero las reacciones a la noticia demostraron que muchas personas todavía se sienten incómodas con la idea de consumir un producto como este por considerarlo demasiado artificial.

Quizá el problema es que no tenemos en cuenta que este nuevo tipo de alimentos no tiene por qué ser una reproducción de la carne que actualmente se consume, ya no habría necesidad de que la ternera viniera en filetes, ni el pollo en forma de muslos y mucho menos con huesos; podría darse al producto cualquier formato y, además, es muy posible que el cambio a la carne in vitro creara toda una nueva cultura gastronómica que ahora nos puede parecer extraña o incluso absurda.

Pero la gente de Next Nature Lab, un colectivo de investigadores, escritores y creativos procedentes de la Universidad Técnica de Eindhoven, Holanda, que llevan explorando el tema de la carne in vitro desde hace dos años, están convencidos de ello. Aunque, quizá precisamente por ser probablemente las personas que más han investigado las implicaciones de la carne in vitro, no son ciegos fanáticos de la misma, sino que quieren aportar toda la información necesaria para que la sociedad tome las decisiones correctas en el futuro en relación con este tema. Ese es el origen del In Vitro Meat Cookbook (El libro de cocina de la carne in vitro).

Utilizando el formato del libro de cocina como base, esta publicación (que alcanzó su objetivo de financiación en Indiegogo la semana pasada) es una exploración muy visual de esas nuevas culturas gastronómicas carnívoras que la carne cultivada en laboratorio podría crear en el futuro. El libro no solo aborda cuestiones técnicas o de diseño, sino que se adentra en los resbaladizos campos sociológicos y éticos del tema, intentando responder a preguntas tan interesantes como: ¿cómo sería la comida de navidad si el pavo fuese de carne in vitro? ¿Comerías carne cultivada a partir de tus propias células madre? ¿Es la carne in vitro kosher (apta para personas judías)? ¿Es vegetariana?

El libro cuenta con múltiples recetas extrañas, divertidas y posiblemente deliciosas como por ejemplo alitas de dodo resucitado, helado de carne, snacks caníbales, filetes tejidos como bufandas, sushi transparente, albóndigas de colores para niños o pintura de carne, platos que aunque ahora nos resulten absolutamente demenciales han sido desarrollados con un absoluto rigor culinario, teniendo en cuenta los ingredientes y las técnicas que podrían utilizarse.

Esta variedad de nuevos formatos no nos debería extrañar; tal y como declaró a la televisión holandesa el director de Next Nature, Koert van Mensvoort, “seguramente al principio recrearemos los formatos en los que actualmente se come la carne, al igual que en el pasado el primer automóvil se asemejaba a un coche de caballos e incluso se llamó ‘carruaje sin caballos’. Pero nosotros pensamos que la carne cultivada nos traerá toda una nueva serie de productos y de experiencias gastronómicas”.

Acompañando a las recetas aparecen varias entrevistas y ensayos escritos por científicos, activistas, filósofos y cocineros, tratando temas como las posibilidades que ofrece la carne in vitro de acabar con el hambre en el mundo, la sostenibilidad de su producción, las ramificaciones culturales, morales y religiosas de que los animales ya no tengan que morir para alimentar al mundo y una sección con las posibilidades gastronómicas de este nuevo producto. Veamos algunos de los platos de esta sección, siempre teniendo en mente la naturaleza creativa y totalmente especulativa del libro:

Albóndigas mágicas

Diseñadas específicamente para los niños, que son especialmente sensibles a las hormonas y antibióticos utilizados en la producción de la carne actualmente, este producto podría adaptarse completamente a ellos aportándoles la cantidad de proteínas, grasas, omega-3 y vitaminas más adecuada para sus jóvenes cuerpos. Así como colores o texturas diferentes para atraerlos hacia estos alimentos.

Carne en polvo

La forma más básica de la carne cultivada podría ser esta carne en polvo que proporcionaría las proteínas necesarias en forma de un condimento que podría añadirse a sopas, productos de panadería o ensaladas, aunque el libro recomienda que se consuma en una “cremosa fondue de carne”. Mmmm, vale.

Carne tejida

Los supermercados podrían vender ovillos hechos de largas cadenas de proteínas que el usuario utilizaría en unos electrodomésticos del futuro, que le permitirían personalizar completamente el resultado final de su carne eligiendo su textura, sabor y nivel de ternura, como una especie de impresora 3D. Incluso se podría llegar a crear un acto social en el que los comensales pudieran tejer su propia bufanda de proteínas.

Flores de carne

Habitualmente los productos vegetarianos sustitutivos de la carne imitan a los productos cárnicos, como en el caso del embutido vegano. La flor de carne haría lo mismo pero al revés, se cultivaría carne en forma de flor. En la presentación sugerida se serviría al estilo del sushi, comiéndose hoja a hoja utilizando palillos. Toda una delicatessen del futuro.

Pintura de carne

Terminaremos con otro producto para niños o para las personas creativas de la familia. La pintura de carne podría utilizarse para crear un cuadro que, una vez terminado, se cocinaría 15 minutos en el horno y ya estaría listo para comer. «Estimule la creatividad de sus hijos mientras preparan la cena por usted», podría decir su publicidad.

Por Juanjo Villalba

Juanjo Villalba es escritor y traductor. Puedes seguirle en @juanjovillalba

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